Urocyon cinereoargenteus. Mamífero de la familia Canidae; de tamaño más pequeño que el coyote; tiene orejas grandes y puntiagudas, la cola larga y más abundante en pelo que aquél; su color es negro grisáceo en el lomo y blanco en el pecho y garganta, con los flancos pardos plomizos y la cola, en el dorso, negruzca y más clara en el inferior, para terminar con la punta negra totalmente. Posee patas cortas, como las de un pequeño can; su tamaño oscila entre los 50 a 60 cm. de cabeza y cuerpo; y la cola, de 30 a 40 cm. Pesa de 3 a 4 kg.
Es un animal astuto, de hábitos nocturnos, aunque también en el día puede desplegar su actividad; vive en lugares rocosos o entre matorrales espesos; en Guerrero es de los mamíferos silvestres más abundantes, junto con el coyote. En ocasiones trepa a los árboles en busca de nidos o para reposar, propiedad poco común en los cánidos, pero no en las zorras, que pueden hacerlo merced a sus uñas un poco retráctiles.
Se localiza en casi todo el estado, con mayor presencia en terrenos semiáridos con matorrales o encinares poco poblados.
En la noche sale en busca de alimento, aunque no es raro encontrarla por la tarde o muy temprano. Cuando la necesidad le obliga, se acerca a los poblados en busca de aves de corral o desperdicios de cocina.
Come frutas silvestres, ratones, conejos, liebres, anfibios, pequeños reptiles, huevos y aves silvestres y domésticas; al no encontrar algo mejor, consume carroña. Es frecuente ver en los parajes el excremento de estos cánidos, constituido por semillas de querengue (Vitix pyramidata), nanche de perro (Byrsonima crassifolia), capire (Mastichodendron capiri), y algunas entremezcladas con pelos de rata o ratón silvestre o plumas de ave.
La hembra entra en celoa finales del invierno, que es cuando se lleva a cabo el apareamiento; al concluir la gestación, que dura 63 días aproximadamente (entre marzo y abril), paren de dos a cinco cachorros, lo común es que sean tres; para ello escoge lugares escondidos, que bien pueden ser la saliente de una roca, el tronco hueco de un árbol o las oquedades de los riscos.
Los críos no difieren en su desarrollo con los cachorros de la familia de los perros silvestres; entre juegos practican las técnicas de caza, y su mejor instructor es la propia madre, que los entrena y enseña. Al cabo de 4 o 5 meses, los zorritos comienzan a capturar presas por su propia cuenta, para independizarse definitivamente entre septiembre y octubre. La longevidad es de 12 a 15 años.
No tiene enemigos naturales. Huye del puma por la peligrosidad que éste representa; el hombre la caza para poner a salvo sus aves domésticas.
La zorra aporta beneficios al controlar la población de roedores. En Guerrero no se aprovecha ni su piel ni la carne.
(EA