Villela Hernández, Félix Manuel

Nació en Ciudad Altamirano el 23 de noviembre de 1931. Hijo de Arturo Villela y María Hernández.

En Coyuca de Catalán, estudió la primaria en el Internado 20 Evarista Peñaloza; en el Colegio del Estado, en Chilpancingo, cursó la secundaria; y se graduó como Profesor de Educación Primaria en la Escuela Nacional de Maestros (generación 1951–1953). Asistió a la Preparatoria 3 de la UNAM y obtuvo la licenciatura en la Escuela Nacional de Economía (generación 1959–1963).

Dedicó gran parte de su desempeño profesional a la docencia. En el D. F., trabajó en escuelas primarias y secundarias, y en la Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional. Durante mucho tiempo, realizó actividades sindicales en la Sección IX del SNTE. Se jubiló en 1987.

Volvió a Guerrero, y radicó durante casi diez años en su tierra natal. En ese lapso, ocupó la Secretaría General del Comité Municipal del PRI, por elección directa, y llegó a la Presidencia del mismo en 1989; fue secretario general del H. Ayuntamiento de Pungarabato en el periodo 1990–1993, y cronista de la ciudad de 1990 a 1996; fundó la Asociación de Cronistas de Tierra Caliente, desempeñando el cargo de tesorero.

Fundó y dirigió el periódico Chuperio de Ciudad Altamirano, en 1954; en esa misma ciudad, colaboró y dirigió la revista Esquipula, en 1958. Ganó el primer lugar en el concurso de oratoria en la Escuela Nacional de Maestros, en 1953, y en la Escuela Nacional de Economía de la UNAM, en 1961. Es miembro de la Peña Literaria del Club de Periodistas de la Ciudad de México. En 1962, fue secretario del Centro Cultural Guerrerense en el Distrito Federal.

Obtuvo premios por composiciones musicales folclóricas en la ferias de Huitzuco y Ciudad Altamirano, y de poesía y cuento, en Taxco, en 2000, y en Chilpancingo, en 2001 y 2002. En 2002 la diputación guerrerense ante el Congreso de la Unión homenajeó su trayectoria; lo mismo hicieron, en 2008, sus compañeros de la generación 1948–1950 del Colegio del Estado.

Félix Manuel Villela es, sin lugar a dudas, uno de los escritores más prolíficos del estado de Guerrero. Su producción no sólo comprende trabajos de poesía y narrativa, sino también de investigación histórica, sociológica, política y lingüística.

Es autor, entre otras obras de: Aquellas poesías, 1961; Déltami, 1965; Tres poemas de amor y uno de tristeza, 1969; Sonetario de Tierra Caliente, 1987; los ensayos: Situación política del PRI en Guerrero, 1963; Toponimia de Guerrero, 1979; Apuntes sobre el estado de Guerrero, 1980; Cincuenta biografías terricalidenses, 1988; Cortes literarios de hipocresía filosófica, 1989; Meñique y otros relatos, 1989; Juan Álvarez murió en su casa, 1998; Realizario. Semblanzas terracalidenses, 2003; Tapayolas para el General, 2006; y, Hurío, nuestra tierra, 2007. En 2008 publicó y presentó con mucho éxito la que es, hasta hoy, su única novela: Ocelote.

Desde 1996 vive en Chilpancingo, donde se ha dedicado a escribir y a dictar conferencias. Es becario investigador de Guerrero Cultural Siglo XXI, A. C., miembro de la Sociedad de Geografía y Estadística correspondiente a Guerrero, y Presidente de Escritores Guerrerenses, A. C.

El 27 de octubre de 2009, en el marco de los festejos por el 160 Aniversario de la Erección del Estado de Guerrero, le fue entregada por el gobernador de la entidad, Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, la Condecoración Juan Álvarez “por servicios prestados a favor del estado de Guerrero y de sus habitantes”.

El escritor, poeta y promotor cultural Isaías Alanís, en bella semblanza –a la que intituló “Félix Manuel Villela. El señor de los asombros”– dijo en octubre de 2009: “A Manuel siempre lo he considerado un hombre que vive metido en los asombros. Conoce orígenes y el principio del fin. Habla con la rosa y con la arena del Balsas… Desentraña los misterios fonéticos y nos regala con asombro una relación de Tierra Caliente, prístina y viva. Por su pluma aparecen y desaparecen con asombro personajes y lugares, cuevas y lomas, pedazos de río y pueblos que con esa prosa vertical, sonora y límpida, Villela traza con elegancia y donaire”.

“… el verdadero Manuel Villela es un ser de luz. Un calentano que se ha destacado en una diversidad de disciplinas, y que lo ha hecho con conocimiento de causa y sabiduría”.

(JSA/CCL)