Pintor y grabador. Nació en 1960 en Ameyaltepec, municipio de Eduardo Neri, en la región del Alto Balsas. Esta comunidad pertenece a un pequeño grupo nahua conformado por los pueblos de Xalitla, San Juan Tetelcingo, San Agustín Oapan, Ahuehuepan, Ameyaltepec y Maxela, en el que hombres, mujeres, niños y ancianos son artistas del pincel, del trazo preciso y del color. Desgraciadamente, la pobreza del campo en la región, la falta de apoyos y el poco dinero que obtienen de sus pinturas sobre barro, yute, madera y, sobre todo, papel amate, los ha obligado a emigrar de sus lugares de origen.
Nicolás de Jesús (Foto: Isaías Alanís).
La primera vez que Nicolás de Jesús cruzó la frontera, clandestinamente, una banda de racistas californianos le dio una gran paliza y lo abandonaron como muerto. Su obra refleja ese traumatismo, pero también su voluntad por superarlo; salvó la vida y se volvió pintor, sin negar sus orígenes, poniendo su identidad étnica al frente y confrontando su talento con el medio artístico de México, EU, Europa y Asia.
Este artista se ha dedicado, principalmente, a la pintura en papel amate, el cual se consigue en San Pablito, municipio de Pahuatlán, en el estado de Puebla. Ahí se produce el papel amate amarillo, negro y blanco (aunque este último en menor escala). Esta industria se encuentra en peligro por la falta del árbol de amate, debido a la deforestación del territorio.
De sus raíces indígenas heredó, a través de generaciones, el arte del dibujo, la pintura y la escultura. Él define su obra como “arte náhuatl en ámatl”. Comunica sus sentimientos y los de su raza en las diversas obras que presenta en exposiciones, galerías y museos a nivel nacional e internacional, ya que es cofundador del Taller Mexicano de Grabado en Chicago y pertenece al grupo de Pintores Nahuas del Alto Balsas.
El mercado (Foto: Isaías Alanís).
Los Pintores Nahuas del Alto Balsas (Ameyaltepec, San Agustín Oapan, Xalitla y Maxela) surgieron con este nombre en la década de los 60 del Siglo XX. Son herederos de una tradición que data de la época prehispánica. Nicolás de Jesús, miembro de una segunda generación de artistas de este grupo de 187 pintores, de cuatro diferentes pueblos, se hizo acreedor, junto con otros, al Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007 en la modalidad de Artes y Tradiciones Populares. Este premio se otorga cada año por medio de la Secretaría de Educación Pública.
En Guerrero, ha desempeñado el puesto de promotor cultural en la Secretaría de Educación Pública. Sus obras se identifican por el dominio del punteo en tinta china sobre el blanco papel amate; utiliza el nombre náhuatl Tlalnelhuáyotl (Tierra de Raíces). Enseguida, mostramos una de sus principales obras: el Árbol de la vida.
Árbol de la vida.
Ha expuesto su obra en Chicago, Italia, París, España, países orientales y México. En octubre de 2008, presentó sus obras en la exposición Oleoductos y Fronteras, una muestra binacional de artistas de EU y México, realizada en el puerto de Acapulco. Cuatro artistas guerrerenses estuvieron presentes en el evento, inaugurado el domingo 12 de octubre: Nicolás de Jesús, de Ameyaltepec; Gabriel Trinidad, de Cuanacaxtitlán; Jesús Orlando Martínez, de Taxco; y, Víctor Juárez Vázquez, de Tixtla. Para esta muestra, Nicolás de Jesús, Gabriel Trinidad y Víctor Juárez pintaron un mural acerca de La Parota, que resume la preocupación por la lucha social del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota (CECOP); sin embargo, el tema de la presa sirve para reflejar “el amor a la madre tierra y al alimento que nos produce, y la defensa de la misma…”, como expresó Nicolás de Jesús.
(VVS)