Médico cirujano, poeta, orador y periodista. Nació en Chilpancingo el 17 de noviembre de 1900; murió en esa misma ciudad, el 13 de junio de 1975.
Egresado de la Escuela Médico Militar. Cumplió comisiones relacionadas con su profesión en Perote, Veracruz, y más tarde en ambas costas del estado de Guerrero. En 1926 fue diputado local e inmediatamente después resultó electo diputado al Congreso de la Unión. En el Colegio Electoral de su Legislatura destacó por sus dotes oratorias, apoyadas en una vasta cultura general. En 1935 volvió a su tierra natal como médico militar, estableció su propio consultorio y alternó esas actividades con incursiones en el periodismo; por esa época conoció e hizo cordial amistad con Daniel Ramos, Aarón M. Flores y Humberto Ochoa Campos, y en 1945 este último editó el semanario denominado El Güero Sol, de escasos dos años de existencia; sin embargo, este periódico fue el antecedente del primer diario del estado: El Diario de Guerrero, debido también a la iniciativa de Ochoa Campos. En esa publicación, García Infante tuvo a su cargo el editorial y la página literaria que escribía dos veces por semana.
El bibliógrafo Hermilo Castorena Noriega asegura que el doctor García Infante ingresó a la Sección 17 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, de la que fue secretario general. Castorena Noriega agrega que de las asambleas de la referida sección surgió la idea de publicar un semanario al que llamaron Rumbos, del que nuestro personaje fue director. Como este periódico se editaba en la imprenta del estado, debido a su carácter crítico fue suprimido por el gobierno.
Por su pleno dominio de la oratoria, el doctor García Infante siempre fue requerido para pronunciar los discursos oficiales en las principales ceremonias cívicas.
En 1948 se hizo cargo del Centro de Salud en Tixtla, lo que le permitió relacionarse con distinguidos maestros, como Raúl Isidro Burgos, Norberto García Jiménez y Jesús Jiménez Bello, este último un gran declamador. En 1950 tuvo a su cargo los servicios médicos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. De 1951 a 1953 fungió como jefe de los Servicios de Salubridad en el estado. En el Congreso Médico Nacional celebrado en 1951 resultó electo vicepresidente. En 1953 se desempeñó como jefe de maternidad del Hospital Guerrero, hoy denominado Raymundo Abarca Alarcón, y en 1956 fue jefe del servicio antivenéreo del citado hospital.
Sus actividades profesionales no le impidieron servir al Colegio del Estado y a los alumnos, con los que siempre buscó relacionarse. Ahí impartió cátedra, de 1945 a 1959, de Ética, Enfermería Elemental y Quirúrgica, Trabajo Social e Historia Universal. De 1962 a 1973, en la UAG, fue catedrático de Higiene General y Dietología.
La mayor parte de sus brillantes discursos se perdieron, pues no los escribió debido a que era un gran improvisador. Se caracterizó por su sentido del humor y de él se cuentan innumerables anécdotas. Su obra poética, también abundante, ha sido rescatada en parte por su hijo Roberto Antonio García Morlet; el ayuntamiento de Chilpancingo la publicó en 1988 bajo el título La canción de las horas.
(JPLC)