Navegante, fraile agustino. Nació en Ordizia, Euskadi, los primeros días de 1508. Sus padres fueron Juan Ochoa de Urdaneta y Gracia de Cerain. Tuvo una educación esmerada, y demostró su habilidad en el manejo de las ciencias exactas. Se inició en los viajes marítimos a los 17 años, como grumete, en una expedición que mandó el rey Carlos V, por especias, a las islas Molucas. En ese tiempo ya había dado muestras de ser inteligente y buen escritor. Era bilingüe, dominaba tan ampliamente el castellano como su lengua nativa; además, recurría con frecuencia al uso de vocablos de otros idiomas romances. Demostró conocer varios dialectos.
Navegó bajo la capitanía del circunnavegador Juan Sebastián Elcano en la nao Sancti Spíritus. Firmó el testamento de Elcano, pese a que le manifestó varias críticas sobre su desempeño náutico. Esa expedición, de siete barcos, levó anclas el 24 de julio de 1525, de la Coruña. En el estrecho de Magallanes perdieron 6 naves. En una de ellas llegaron a Mindanao el 6 de octubre de 1526, ya bajo el mando de Carquizano. De allí partieron a las Molucas, donde Urdaneta permaneció nueve años, aprovechados en afianzar sus conocimientos y extender su vasta experiencia. Aquí surgieron sus dotes diplomáticas y usó su buen trato con navegantes asiáticos que le ampliaron los conocimientos básicos para proyectar, años más tarde, en 1565, el tornaviaje a las Américas, por el Pacífico.
Regresa a Lisboa el 26 de junio de 1536, donde le requisan cuanto portaba, incluidos los mapas trazados por él y que siguieron Loayza y Saavedra, y las Memorias escritas sobre sus experiencias en todos sus viajes.
Escapa de Portugal el 26 de febrero de 1537, y reescribe sus Memorias, con todos sus detalles, y las entrega en Valladolid. Allí conoce a Pedro de Alvarado, quien lo invita a otra expedición que partirá de Nueva España a Filipinas. Alvarado no realiza el viaje. En México, no prosperan sus relaciones con el virrey Mendoza; el proyecto pasa a manos de Villalobos, que también fracasa. Urdaneta, mientras, estudia las razones del viaje fracasado que hizo Cabrillo a California en 1542; escribe sobre el Caribe y los ciclones, de las tortugas y las fiebres tropicales.
El 20 de marzo de 1553, Urdaneta ingresa a la Orden de los Agustinos, en México. Dentro de esta agrupación misionera, sigue estudiando sobre temas marinos; participa en la expedición de Tristán de Luna a Pensacola en 1559.
El 24 de septiembre de ese año, recibe órdenes del virrey Luis de Velasco de incluirse en una expedición a las Filipinas como experto náutico, haciéndolo secreto ante Portugal. Se trataba de implantar el dominio sobre Filipinas, y tender un puente comercial entre Acapulco y China. Se buscaría, a la vez, una ruta de regreso a la Nueva España, más viable, sobre el Pacífico. Cinco viajes habían fracasado, y se tenía la convicción de que Urdaneta lo podría lograr, gracias a sus conocimientos sobre el mar.
La expedición, bajo el mando de Legazpi, parte de Acapulco al puerto de Navidad, y de aquí zarpa a Filipinas el 21 de noviembre de 1564 siguiendo la ruta propuesta por Urdaneta.
El 21 de enero de 1565, Urdaneta previene que llegarán a la isla de Guam, a la que arriban al día siguiente, contradiciendo los pronósticos de la tripulación, quienes afirmaban que estaban llegando a Filipinas. Urdaneta estuvo preciso; llegaron a Filipinas hasta el 13 de febrero.
Enseguida repararon la nao San Pedro, preparando su regreso y con la intención de comprobar su teoría del tornaviaje. Establecidos en el puerto Cebú, Urdaneta aprovecha el tiempo para ultimar sus cálculos de travesía, distancias y tiempo. Coloca al Cabo Mendocino a 270 leguas, afirmación que nadie cree, pero que a los 15 días logra confirmar el piloto Espinosa; precisión comprobada al término del recorrido de las 7000 millas.
El 18 de septiembre, arriban a Santa Rosa, en California, logrando así la primera travesía del océano Pacífico navegando del poniente hacia el oriente. Llegando a tierras mexicanas, costearon todo el país hacia el sur, y volvieron a las playas de Acapulco el 8 de octubre.
Desde entonces, la ruta del tornaviaje se utilizó fructíferamente hasta marzo de 1815, cuando zarpó de Acapulco el último galeón de Filipinas, llamado comúnmente la Nao de China (v. Galeón del Pacífico, El).
(FMVH)