Escritor, maestro y poeta. Nació el 3 de junio de 1911 en Iguala; murió en la Ciudad de México el 22 de agosto de 1998. Sus restos descansan en el Panteón Civil de Dolores. Fueron sus padres don Jesús Palacios Román y doña Julia Martínez.
Estudió en Iguala, en el Seminario de Chilapa, en Chilpancingo y en la Escuela Normal Superior de México, donde en 1947, por acuerdo de la Dirección General de Enseñanza Normal, presentó examen de eficiencia en Lengua y Literatura Españolas.
Laboró en escuelas primarias, secundarias y Normales. En el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio dejó honda huella su calidad didáctica. Sirvió la cátedra de Literatura en la Escuela Normal Superior de Nayarit.
Amplió el horizonte de la cátedra al colaborar en diarios y revistas de la capital y de provincia; su voz fue luminosa. Publicaron sus escritos Revista de Revistas, México al Día, Novedades, El Universal Gráfico, El Nacional,la revista Cuauhtémoc, La Voz de México (de Chicago); y desde el 4 de junio de 1945, en El Universal mantuvo una columna que tuvo los siguientes nombres: “Mande Ud.”, “Corregir”, “La paja en el ojo ajeno”, “Hágase la luz”, “Urbi et orbi”, “Herrare humanum est”, donde trató sobre las normas recientes y lógicas para hablar y escribir con propiedad, orientar y buscar el buen decir y estimular sin emplear el regaño…
Perteneció al grupo Vórtice. En noviembre de 1953 el GEAR (Grupo de Escritores y Artistas Revolucionarios), con auxilio del maestro Carlos Bustos Cerecedo, publicó un opúsculo de Sonetos, composición poética en la cual destaca notablemente su obra. En 1980 el ayuntamiento de Acapulco dio a conocer Hacia los cuatro vientos, 88 pp., en anopistógrafo. Y Escritores Guerrerenses, A. C., publica el mismo título, México, Carsa, 1997, 96 pp.
El 17 de octubre de 1987, en el Palacio Legislativo, en México, el licenciado José Francisco Ruiz Massieu, gobernador del estado de Guerrero, le entregó la presea Juan Ruiz de Alarcón, por sus méritos literarios.
En 2002 apareció Lingotes de mi corazón, 58 pp. Incluye varios poemas inéditos, con los que el maestro Isaac correspondía a la ternura de su esposa, doña María de los Ángeles Solano Ramírez, y que ella guardaba en secreto. Sus hijos, generosos, dan a conocer tan vigorosas palabras; el material fotográfico permite admirar otra arista más del poeta.
(AND)