Municipio. Su cabecera municipal es Zirándaro de los Chávez.
Toponimia, escudo y/o glifo. La mayoría de los autores afirma que el nombre de Zirándaro significa “lugar donde abundan las zirandas”, árboles semejantes a los amates, muy comunes en esa zona. En 1971, durante el gobierno del licenciado Israel Nogueda Otero, por iniciativa del profesor Teobaldo González, presidente municipal que encabezaba la comuna zirandarense en ese trienio, se le agregó a la cabecera del municipio el apellido Chávez, en honor al ilustre médico, nacido en esa población, don Ignacio Chávez Sánchez, considerado el padre de la cardiología en México.
Escudo
El escudo del municipio tiene forma de U, enlazado con una diadema circular en color esmeralda, que adorna el emblema. Al centro de la parte superior del blasón, sobresale en blanco y negro la silueta del doctor Ignacio Chávez Sánchez. Detrás del círculo y al fondo se aprecia una ziranda, con la corteza en color sepia y un ramaje verde, árbol que, de acuerdo a la tradición, dio origen al nombre del municipio; de igual forma, dentro del círculo, se observa al fondo del mismo el cerro del Campo, rodeado de un cielo azul, pleno de nubosidades, donde acamparon don José María Morelos y Vicente Guerrero durante el desarrollo de la Guerra de Independencia; en la parte baja del cerro del Campo, se representa la presa La Calera, con su vertedor de demasías que se drena en el río del Oro, obra gestionada por el doctor Chávez Sánchez y realizada por la Comisión del Río Balsas cuando el general Lázaro Cárdenas era su vocal; fue inaugurada por el presidente Adolfo López Mateos en 1964, poco antes de concluir su gestión presidencial. Fuera del círculo, en la parte inferior, se aprecian dos manos unidas, en color natural, con sus uñas blancas, que en forma vigorosa emergen como raíces del arbusto simbólico, demostrando con ello la vida, el desarrollo y el progreso de Zirándaro.
Glifo
Reseña histórica (cronología). En la relación Zirándaro Guayameo, escrita en noviembre de 1569, se incorporan testimonios de “viejos naturales de estas tierras” que describen a la ahora cabecera municipal asentada en la orilla de un río grande, en el cual entran muchos ríos; refieren, asimismo, que el río tiene muchos peces, llamados bagres, truchas y mojarras y también camarones grandes de a palmo y caimanes en gran cantidad; dicha relación también dice que la población estaba asentada en un valle grande, apegado a dicho río, con tierra baja y llana, con grandes arboledas, entre las que abundaban los ciruelares, cuyo fruto secaban y ocupaban para hacer vino, que bebían los naturales; su gente –refiere el escrito– vive conforme y con mucha paz.
A la llegada de los españoles, el cacique de esta provincia, perteneciente al señorío de Michoacán, se llamaba Zemboruta. Tres años después de la conquista de Tenochtitlan, en 1524, arribaron a Zirándaro los primeros españoles: una pequeña expedición procedente de Pátzcuaro, al mando del capitán Antonio de Carbajal, Francisco Morcillo, Tomás de Rijoles, Juan de la Torre y un negro de nombre Tomás Garrido.
Esta cabecera municipal fue catequizada por los evangelistas fray Juan de San Román y fray Diego Chávez, pero quien le dio una organización política y religiosa fue fray Juan Bautista de Moya; este fraile, nacido en Andalucía, promovió la construcción de la iglesia local y convirtió a su población al catolicismo. De acuerdo con la información disponible, Zirándaro tributaba a la guarnición de Cutzamala, mantas de algodón, calabaza, maíz, frijol, melón, chile y sal.
La etapa colonial transcurre entre las actividades de los encomenderos, los hacendados, la explotación de minerales y el trabajo de catequización de los religiosos. Documentos referidos a la tasación de tributos impuestos a Zirándaro hasta 1566 mencionan como encomendero a Alonso de Ávila (o Dávila Alvarado). En el año de 1565 se registra una severa hambruna en la población y tienen lugar los hechos sobrenaturales de la “cosecha milagrosa” y “sangre del indio” atribuidos a fray Juan Bautista Moya, en los que se pone de manifiesto la crueldad a que fue sometida la población indígena por parte de los encomenderos, a la que se llegó a marcar con el hierro de su majestad, para distinguirlos como esclavos.
En 1765 la localidad de Zirándaro fue poblada por nueve familias “de razón” con el número de 38 feligreses, a las cuales se agregaron 67 familias indígenas, cuyo número de individuos era de 228. En esta época vivían, en lo que ahora es el municipio, 139 familias de españoles, mestizos y mulatos que sumaban 499 habitantes, más 134 familias de indios, con un total de 406 indígenas, sumando un gran total de 905 habitantes, distribuidos en ranchos y estancias.
En el Siglo XVIII, al reformarse la organización política de la Nueva España, la jurisdicción de Zirándaro se convirtió en partido y pasó a depender de la intendencia de Valladolid y del obispado de Michoacán.
En 1811, al crearse la provincia de Tecpan, Zirándaro quedó integrado a ella y lo mismo sucedió al crearse la Capitanía General del Sur, cuando se consumó la Independencia y se instauró la monarquía. Durante la Guerra de Independencia, la población de Zirándaro se incorporó a las fuerzas insurgentes encabezadas por Morelos y especialmente por Guerrero, quien instaló su campamento en el Cerro del Campo, elevación geográfica ubicada frente a la cabecera municipal de Zirándaro, con una cima plana, casi del tamaño de la base del cerro, y un solo acceso, características que la convertían en un sitio ideal como base militar, prácticamente inexpugnable. La población de Zirándaro brindó amplio apoyo a la guerrilla suriana, contribuyendo a evitar la extinción del movimiento insurgente.
Zirándaro fue escenario de numerosas batallas entre las fuerzas insurgentes y las realistas; destaca el enfrentamiento ocurrido el 30 de septiembre de 1818 entre realistas al mando del coronel José Gabriel de Armijo y los insurgentes al mando de don Vicente Guerrero Saldaña, general en jefe de las tropas del sur, con resultado favorable a la causa insurgente, cuyo ejército, después de resistir las embestidas imperialistas, los hizo retroceder desde el “arroyo de la guerra” hasta la iglesia del lugar, donde resisten por espacio de siete días, hasta consumarse su derrota total, pudiendo huir sólo unos 100 realistas, a quienes las fuerzas del general Guerrero les arrebataron más de 400 fusiles. El 17 de noviembre de 1819 Zirándaro volvió a ser escenario del enfrentamiento entre realistas e insurgentes, saliendo estos últimos vencedores, bajo el mando del coronel Bedolla.
En 1824, al conformarse la primera República federada, Zirándaro quedó comprendido dentro del municipio de Huetamo, del estado de Michoacán. En esa época, la región correspondiente a Zirándaro contaba con 2590 habitantes; se producían maíz y frutas; existía bastante ganado, y sus habitantes fabricaban panocha y queso, y obtenían mucho pescado en el caudaloso río.
Durante la intervención francesa, los prisioneros hechos a las fuerzas invasoras en Tacámbaro el 11 de abril, en Uruapan el 19 de junio y en Morelia el 12 de octubre de 1865, fueron llevados a la plaza de Huetamo, lugar que fue acondicionado como cárcel; de este punto, los europeos confinados pretendieron escapar, hecho que provocó que fueran enviados a Zirándaro, al otro lado del Balsas, río atestado en ese entonces de caimanes, que dificultaban cualquier intento de fuga. La mayoría de los prisioneros vivieron cerca de ocho meses y formaron núcleos familiares con mujeres de la región. Otros se asentaron en la zona de Coahuayutla y en Tlacotepec en forma definitiva.
A principios del Siglo XX, el 9 de abril de 1907, con motivo del arreglo de la controversia que existía entre los estados de Michoacán y Guerrero por cuestión de límites territoriales, los municipios de Pungarabato y Zirándaro pasaron a formar parte de la entidad guerrerense, según consta en decreto de esa fecha expedido por el Congreso de la Unión, confirmatorio del laudo presidencial respectivo.
En mayo de 1911 un joven llamado Bolívar Sierra se destaca como impulsor de la revolución maderista contra el Porfiriato en Zirándaro, alcanzando, posteriormente, el grado de coronel. En febrero de 1913, asesinados el presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez, el general Gertrudis G. Sánchez, en reunión con el cuerpo rural, desconoció al régimen huertista. En dicha reunión participó el general Cecilio García, quien jugó un importante papel regional, junto con sus hijos, en la lucha armada de la Revolución. El 31 de marzo de 1913 inició la revolución constitucionalista en la región.
En Guayameo, localidad del municipio de Zirándaro, enclavada en plena sierra madre, tuvo lugar una importante concentración de fuerzas revolucionarias, a finales de octubre de 1913, con el objetivo de reorganizarse y preparar un ataque contra el sanguinario general huertista Antonio G. Olea, quien tenía bajo su poder y mando la plaza de Pungarabato. En esta reunión se encontraban destacados revolucionarios calentanos, con sus respectivas columnas de caballería, como Salvador González, el licenciado Inocente Lugo, José Rentería Luviano, Cecilio García, Telésforo Gómez, Rafael Valenzuela, los coroneles Ponciano Pulido y Herculano Valle, bajo el mando del jefe supremo de la Revolución en Michoacán, el general de división Gertrudis G. Sánchez, con su brazo fuerte, el general Joaquín Amaro. Pocos días antes habían ocurrido los combates del Puerto de San Lorenzo, Coyuca de Catalán y la plaza de Ajuchitlán, defendidas por los huertistas Crisóforo N. Ocampo, Jenaro Basabe y Julio Bahena, respectivamente.
Calles del centro.
Personajes ilustres.
- José R. Bermúdez. Ciudadano zirandarense al que se le recuerda como un héroe civil en la población, pues murió heroicamente defendiéndola del ataque de bandidos que, al amparo del desconcierto que provocó el movimiento revolucionario, formaron gavillas que medraron, despojando de bienes, vidas y honras a personas y comunidades indefensas. Con una exigua fuerza de 30 voluntarios, enfrentó el 3 de diciembre de 1915 a un grupo de 300 facinerosos que intentaban atacar Zirándaro, lo cual evitó a costa de su vida. Su mérito se amplifica si se considera que carecía de grado militar alguno y sólo actuaba en razón de su conciencia social y nombramiento de jefe de voluntarios. Sus restos descansan en un nicho de la parroquia local. Su lápida señala: “Que Dios premie su heroico sacrificio”.
- Cecilio García Alcaraz (1864–1924). Militar revolucionario, que alcanzó el grado de general. Fue el principal promotor del movimiento revolucionario en Zirándaro; combatió a las fuerzas del usurpador Victoriano Huerta comandadas por el general Antonio G. Olea, en Coyuca de Catalán, y por el coronel Ezequiel Peña, en Huetamo. Durante 1915 ocupó la Jefatura de Operaciones del estado de Michoacán y el cargo de gobernador constitucionalista. Fue fusilado en Morelia. Sus restos descansan en un nicho de la parroquia de San Nicolás Tolentino, de Zirándaro.
- Marcelo Pineda (1897–1979). Abogado egresado de la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Fue presidente municipal de Zirándaro y posteriormente diputado local ante la XXV Legislatura del estado de Guerrero (1921). Después se desempeñó como oficial mayor del Gobierno michoacano que encabezó Sidronio Sánchez Pineda, gobernador constitucionalista interino.
- Ignacio Chávez Sánchez(1897–1977). Médico, doctor en cardiología, fundador del Instituto Nacional de Cardiología, que hoy lleva su nombre y del cual fue su director; está considerado el “Padre” de la escuela cardiológica latinoamericana. Fue rector de la Universidad Nicolaíta de Morelia, Michoacán y de la UNAM. (v. Chávez Sánchez, Ignacio).
- Chávez Sánchez Rodolfo (1895–?).Jurista. Fue ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
- Alberto C. Reyes. Luchador social. Abanderado de la gestión de dotación de tierras al término de la lucha armada de 1910; movilizó a los solicitantes y participó activamente en la consolidación del agrarismo, hasta que fue asesinado en 1933.
- Salvador Pineda Pineda (1917–1975). Abogado, orador y escritor. Catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM. Editorialista del periódico Excélsior. Fue 4 veces diputado local y federal; oficial mayor del PRI; de 1964 a 1968, se desempeñó como subsecretario de Relaciones Culturales de la SEP; fue nombrado embajador de México en Grecia, cargo que ocupó de 1969 a 1971. Su obra editorial incluye: Perfiles de México, Semblanzas y referencias históricas, Signos de América, Crónicas y Ensayos, entre otras.
- Alberto Damián Bermúdez (Beto Bermúdez).Músico popular, guitarrista. Grabó cerca de 30 discos de larga duración. Tocó en numerosos sitios de la Unión Americana y Centro y Sudamérica. En 1976 recibió la Medalla Virginia Fábregas por sus 25 años en el medio artístico; el gobernador Rubén Figueroa Figueroa le otorgó una medalla por sus méritos artísticos y fue designado Ciudadano Honorario de Acapulco, por acuerdo de cabildo. En Zirándaro, el auditorio municipal lleva su nombre. (v. Bermúdez, Beto).
Región a la que pertenece. Región de Tierra Caliente.
Localización geográfica. El municipio se localiza al noroeste de la capital del estado, entre los paralelos 18° 07’ 14” y 18° 32’ 17” de latitud norte y 100° 54’ 53’’ y 100° 32’ 00’’ de longitud oeste.
Extensión territorial. Zirándaro tiene una extensión territorial de 2165 km2, que representa 17.30% de la superficie regional y 3.41% de la estatal.
Colindancias. Colinda al norte con el estado de Michoacán, al sur con Coyuca de Catalán y Coahuayutla de José María Izazaga, al este con Coyuca de Catalán y al oeste con Coahuayutla de José María Izazaga.
Población. De acuerdo al II Conteo de Población y Vivienda, publicado por el INEGI en 2005, Zirándaro tiene 20 053 habitantes, de los cuales, 9888 son hombres y 10 165, mujeres. Esta cifra le da una densidad poblacional de 8.1 habitantes por km2 y corresponde al 8.1% de la población total de la región calentana y al 0.6% de la población total de la entidad. De 2000 a 2005 su tasa de crecimiento anual intercensal fue del -2.8%, cifra que revela un decrecimiento poblacional municipal moderado, fundamentalmente por la emigración de la gente, sobre todo al D. F., a Morelia, a Chilpancingo, a Acapulco y a EU; por otro lado, este municipio es eminentemente rural, con un gran número de localidades sumamente dispersas y mal comunicadas; de 305 localidades que tiene el municipio, sólo 4 –incluyendo la cabecera municipal– tienen más de 500 habitantes, predominando los parajes de 1 a 5 viviendas.
La población ocupada ascendió a 5540 personas; de éstas el 58.8% laboraba en el sector primario, el 25.8% en el sector servicios y el 13.1% en el sector secundario. Con respecto a los ingresos, el 31.7% de la población ocupada no recibe ingresos, el 11.7% percibe menos de un salario mínimo, el 30.2% gana de uno a dos salarios y el 9.5% recibe tres o más salarios mínimos.
Suelo (características y usos). La composición del suelo de Zirándaro corresponde a los castaños o chesnut, en la parte norte del municipio, donde predominan pequeños arbustos y pastos bajos; y, los chernozem o negros, con una alta composición de sales de calcio, adecuado grado de nutrientes minerales y nitrógeno, son aptos para la agricultura.
Los suelos estepa praire o pradera con descalcificación se diferencian por su color; del gris pardo al gris claro y ligeramente oscuro son propicios para la ganadería; los café grisáceo o café rojizo y amarillo bosque son aptos para la agricultura. La superficie destinada a la agricultura es de 24 018 hectáreas, de las cuales el 92.7% es de temporal y el 7.2% de riego; la ganadería se realiza en 131 416 hectáreas de agostadero. El municipio de Zirándaro tiene 27 ejidos y comunidades agrarias, con 2615 ejidatarios.
Orografía. Presenta tres formas características de relieve: zonas accidentadas, en 45% de la superficie, formadas por las estribaciones de la Sierra Madre del Sur y localizadas al poniente y al sur del municipio, con altitudes máximas de 2700 msnm; zonas semiplanas, en un 20%, que se localizan en el poniente, sur y centro, formadas por lomeríos con altitudes medias de 1000 msnm; y, las zonas planas, en el restante 35%, ubicadas en la parte oriente y norte, conformadas por valles, con alturas sobre el nivel del mar que van de los 250 a los 750 m. Sus principales elevaciones son los cerros de la Estrella, del Carrizo, del Maguey, del Campo y Azul.
Hidrografía. Las principales corrientes en el municipio son: el gran río Balsas, cuyo gasto máximo es de 3881.0 m3 por segundo (en temporada de lluvias) y de 38.6 m3 el mínimo (en época de estiaje); el río Placeres del Oro, con un gasto máximo de 820 m3 por segundo y que da lugar al sistema hidrológico de la presa La Calera, con 29 millones de metros cúbicos, ubicada junto a la población del mismo nombre, la cual de hecho es ya una colonia o zona conurbada de la cabecera municipal; el río La Parota y el río Chiquito, todos ellos afluentes del Balsas. Existen también los arroyos Guayameo, las Guacamayas, San Rafael, del Pino, el Rincón, Grande, Las Pilas, Santa Rita y Aratichanguio, que también vierten sus aguas al río Balsas.
Clima. El municipio cuenta con tres tipos de clima: al norte predomina el cálido subhúmedo, con temperaturas que oscilan entre los 24 y los 35 °C, de acuerdo a la época del año; al sur encontramos el templado subhúmedo, cuyas temperaturas durante el año van de los 12 a los 22 °C; y, al suroeste predomina el semicálido subhúmedo, cuyas temperaturas anuales oscilan entre los 22 y los 35 °C. Los vientos dominantes soplan de este a oeste en la primavera y de norte a sur en el verano.
Flora. La vegetación que predomina es de dos tipos: la selva baja caducifolia, que pierde sus hojas en tiempo de secas y que abarca la mayoría de la superficie, y la zona de bosques, integrada por pino, encino y oyamel, considerada como área maderable; en la primera, también se localizan especies como el cueramo (nombre de origen purépecha, con el que se designa al bocote), tepehuaje, guaje, tamarindo, cirián, pinzán, corongoro, cascalote, zopilote, ceiba, parota, mezquite, cuachalalate, cuirindal, amate y ziranda (común en la región de Tierra Caliente y que originó el nombre del municipio).
Fauna. La fauna es la misma que hay en toda la región calentana; sin embargo, el hecho de que este municipio sea uno de los más grandes del estado, esté mal comunicado y presente índices mayores de ruralismo, ha permitido que ésta sea más abundante y variada; se pueden encontrar en su ámbito: venado, puma, ocelote, tejón, armadillo, jabalí, zorra, tlacuache, zorrillo, mapache, coyote, iguana, liebre, conejo, ratón de campo y cuinique, batracios como el sapo y la rana, víboras de cascabel, coralillos y otros reptiles no venenosos, como la culebra ratonera; las aves también son numerosas, y entre ellas se pueden observar: zopilote, gavilán, aguililla, tecolote (búhos), tecolotillo, paloma, zanate (sobre todo en zonas pobladas), perico, golondrina, calandria, primavera, tordo, correcaminos, colibrí y muchas otras que aprovechan las corrientes y espejos de agua para vivir, como algunos tipos de patos y garzas.
Por la existencia de agua en todo el año, hay algunas variedades de peces que sirven de alimento a los pobladores, como la tilapia, la carpa y el bagre; por otro lado, la diversidad de insectos es muy abundante, destacan entre ellos, por su importancia en la salud pública, el alacrán y los mosquitos.
Recursos naturales. Están registrados yacimientos minerales en el municipio; sin embargo, actualmente no se explotan. Abundan los materiales de construcción como arena, piedra y grava, que son utilizados localmente. Sus corrientes de agua son, quizás, el recurso natural más valioso en el municipio, pues dan lugar a la agricultura de riego, que ocupa mano de obra todo el año, enriquecen con la pesca la nutrición de la población, y favorecen el desarrollo de la ganadería y la permanencia de una fauna muy variada; también cuenta con área forestal que produce 3135 m3 de pino. (INEGI 2006).
Grupos étnicos. Predomina el mestizaje entre la población del municipio; destacan numerosos núcleos poblacionales francamente caucásicos, producto del arraigo que tuvieron en el Siglo XIX los cientos de europeos que fueron hechos prisioneros durante la intervención francesa y que formaron familias con mujeres oriundas. En 2005 había 120 habitantes que hablaban alguna lengua indígena.
Religión. Para 2000, de acuerdo al Censo efectuado por el INEGI, el 88.4% de la población profesa la religión católica; el resto practica otras religiones o no son creyentes.
Educación. El municipio cuenta con una infraestructura educativa de 123 escuelas, 258 maestros y 5544 alumnos inscritos en 482 grupos, distribuidos de la siguiente manera:
Nivel |
Escuelas |
Profesores |
Alumnos |
Grupos |
Preescolar |
28 |
37 |
780 |
67 |
Primaria |
78 |
168 |
3651 |
346 |
Secundaria |
15 |
40 |
870 |
54 |
Bachillerato |
1 |
10 |
181 |
6 |
Cap. p/el trabajo |
1 |
3 |
62 |
9 |
Total |
123 |
258 |
5544 |
48 |
Fin de cursos 2005–2006.
El índice de analfabetismo municipal, entre la población de más de 15 años, es de 28.5%.
Salud. El sistema sanitario del municipio cuenta con tres unidades móviles, una Unidad de Medicina Familiar del ISSSTE y nueve establecimientos de primer nivel, dependientes de la Secretaría de Salud de la entidad (SESA), controladas administrativamente por la jurisdicción Sanitaria de Tierra Caliente ubicada en Tlapehuala, que en conjunto disponen de 11 consultorios, una unidad dental, una farmacia y 23 camas no censables. Los recursos humanos están integrados por 20 médicos generales y 11 enfermeras. La cobertura asistencial por habitante es de un médico por cada 1003 y una enfermera por cada 1823.
En las comunidades de Ciriquicho, El Cerano, Alita, San Antonio y Hacienda Vieja hay una casa de salud atendida por un auxiliar.
Las necesidades de atención médica de segundo nivel (hospitalización) de la población zirandense son satisfechas por el Hospital General Regional ubicado en Coyuca de Catalán.
Abasto. La cabecera municipal dispone de un mercado municipal que abastece a la población, en el que se expenden y distribuyen productos alimenticios elaborados y sin elaborar; la demanda de todo tipo de artículos se complementa con un tianguis, las tiendas de abarrotes particulares y 13 tiendas DICONSA, existentes en la cabecera y en las principales localidades del municipio. La cabecera también cuenta con siete establecimientos comerciales de ventas al mayoreo y 91 de ventas al menudeo, 45 negocios de servicios y 11 de manufacturas.
Asimismo, hay numerosas tortillerías, y la dieta de la población se complementa con peces que son sacados de la presa y los ríos. No existe rastro con instalaciones sanitarias adecuadas, por lo que la matanza de animales mayores y menores se realiza a la usanza tradicional. Mucha gente, y sobre todo los comerciantes, se abastecen con mayoristas en Huetamo, Michoacán y en Ciudad Altamirano. De existir un puente vehicular sobre el Balsas hacia Huetamo, esta población –por su cercanía– sería el mayor centro de abasto.
Deporte. Los deportes más arraigados entre la población son el volibol y el basquetbol, para cuya práctica existen canchas en la mayoría de los poblados; el futbol también es practicado por los zirandarenses en forma organizada, en una liga municipal. Mención especial merece la pelota tarasca, que sobrevive en forma espontánea, sin apoyo para su promoción y conservación. Por vocación ganadera se practican los jaripeos y suertes charras asociadas a ésta.
Vivienda. El municipio de Zirándaro, en 2005, censó 4636 casas habitación, de las que 4574 están habitadas; predominan las casas particulares hechas de tabique, ladrillo, block, piedra, cantera, cemento y concreto; le siguen en porcentaje las construidas de adobe; sin embargo, existen todavía, en forma minoritaria, casas-habitación de madera, embarro y bajareque y otros materiales ligeros. Presentan en promedio cuatro ocupantes por vivienda.
El servicio de energía eléctrica beneficia a 59 localidades, con una cobertura municipal del 84.7%; el agua entubada llega a 14 comunidades, con una cobertura del 38.3%; en tanto que el 55.1% de las viviendas tienen drenaje sanitario.
Servicios públicos. El ayuntamiento proporciona a la población los siguientes: seguridad pública, energía eléctrica, agua entubada, alumbrado público, pavimentación de calles, drenaje y recolección de basura, entre otros.
Jardín central de Zirándaro.
Comunicaciones, transporte y medios de comunicación social. En materia de carreteras, Zirándaro tiene una salida por el sur, con 58 kilómetros de asfalto hacia Coyuca de Catalán, cabecera distrital. De ahí se pueden desplazar hacia la capital del estado, por Iguala y al D. F., por Tejupilco, estado de México. Por el norte, se encuentra a 18 km la ciudad de Huetamo; sin embargo, para trasladarse hacia allá se debe atravesar el río Balsas, acción que sólo puede hacerse en época de estiaje por no existir puente vehicular que permita cruzar sobre esta corriente de agua. De Huetamo, existe comunicación hacia Zitácuaro y Morelia.
La vinculación interior del municipio se ve favorecida por varias carreteras de terracería, que comunican con las localidades siguientes: al poniente, con Guayameo, la comisaría más importante del municipio, por un camino que tiene 63 km; al noroeste se llega a Aratichanguio, por un camino que tiene 60 km de longitud y pasa por las poblaciones de Ciriquicho, Catatemba, La Parota, El Cuitaz, La Ordeña y Hacienda Vieja; y hacia el sur, se llega a la comunidad de El Pino, pasando por La Calera, El Chivo, La Estancia, La Parota del Cuartel, Los Guajes, La Palma de los Bermúdez, Los Alacranes y San Rafael.
Se pavimentó la carretera Zirándaro–Santa Teresa, que enlaza con la vía federal que llega a Coyuca de Catalán y Zihuatanejo, tratando de integrar totalmente este municipio al estado de Guerrero.
Zirándaro tiene un centro comunitario digital, una oficina telegráfica; una oficina postal y una agencia de correos que distribuye la correspondencia a la población, que acude por ella; tiene asimismo 3 usuarios de banda civil permisionada y 34 estaciones terrenas receptoras de señal vía satélite. Cuenta con 378 líneas telefónicas y 114 unidades del servicio público de transporte. En el municipio se escuchan las radiodifusoras de Huetamo, Ciudad Altamirano y Coyuca de Catalán; y llegan con regularidad los periódicos de la región.
Agricultura. La agricultura es la actividad preponderante del municipio de Zirándaro, cuya extensión es de 247 567 hectáreas, en la que se establecieron ejidatarios y pequeños propietarios. El sector agrícola cuenta con 47 000 hectáreas, de las que 3580 son de riego, pero sólo se aprovecha un 50% de ellas debido a lo azolvado de la presa local. Mención especial merece el cultivo de melón, con 1080 hectáreas de riego cultivadas por parte de compañías extranjeras que rentan las tierras y cubren todo el ciclo, desde la cosecha hasta el transporte del producto a la frontera norte. Las tierras de temporal que se ocupan para la siembra anual de sorgo, maíz, ajonjolí y caña de azúcar se estiman en 30 000 hectáreas; sin embargo, por diversos factores sólo se utilizan 10 176 hectáreas.
El número de ejidos del municipio es de 28, con una superficie de 118 766.3 hectáreas en posesión de 2615 ejidatarios.
En el año agrícola 2006, la superficie sembrada y cosechada de cultivos cíclicos fue de 13 214 hectáreas, con una producción de 73 375.9 toneladas. Los principales cultivos fueron: maíz, con 26 006.5 toneladas, melón con 15 120 y sorgo de grano con 8580.
Ganadería. Para el sector pecuario el municipio cuenta con una extensión aproximada de 131 466 ha de agostadero, cubierta básicamente de vegetación y pastizales nativos, la cual es de libre pastoreo, con un coeficiente aproximado de 6.3 ha por animal. Predomina el ganado bovino y, en menor proporción, hay equinos, ovinos, caprinos y porcinos; asimismo, los recursos avícolas y los apícolas son importantes. La producción pecuaria del municipio abarca carne, leche, queso y, en menor escala, huevo, miel y cera.
El inventario ganadero en 2006, estaba conformado por 87 808 cabezas de bovinos, 18 484 de porcinos, 6388 de caprinos, 912 de ovinos y 95 538 aves. La producción de carne en canal fue de 3116.5 toneladas, de las cuales 2535.5 corresponden a bovinos y 352.7 a porcinos.
Industria. Desde el punto de vista industrial, no existe una actividad organizada de trascendencia; no obstante, hay en el municipio trapiches para caña de azúcar que producen dulce (panocha o piloncillo) para consumo regional; también hay adoberas, tejerías y ladrilleras cuya producción es para satisfacer la demanda de construcción local; por otro lado, es conocida la producción artesanal de huaraches que se confeccionan con piel curtida y material sintético (hule, plástico), también para consumo local. Dentro de este renglón, merecen mencionarse, igualmente, las empacadoras de melones para exportación a la Unión Americana, pequeñas factorías que brindan empleo a un número importante de gente del municipio.
Turismo. No existe desarrollo con enfoque turístico, aunque en la presa de La Calera se podrían impulsar actividades como la pesca deportiva, el paseo en lancha y la gastronomía regional.
Comercio. El comercio se realiza en 91 tiendas tradicionales que venden de todo y en las cuales se puede conseguir cualquier mercancía, desde instrumentos de labranza hasta comestibles, vinos, papelería, ropa y calzado. La cabecera municipal cuenta con un mercado municipal, y desde 1997, tiene una gasolinera. También hay 13 tiendas rurales y dos puntos de leche en polvo.
Servicios turísticos. En la cabecera municipal hay restaurantes, fondas, hoteles y transporte para la población y los visitantes.
Monumentos históricos. La parroquia de San Nicolás Tolentino es una construcción de bella arquitectura que fue edificada en el Siglo XVI bajo la dirección del fraile Juan Bautista de Moya y es considerada un monumento religioso de valor histórico.
Estatua del Dr. Ignacio Chávez.
En el lado oriente de la plaza cívica de la cabecera municipal se encuentran la estatua de cuerpo entero del doctor Ignacio Chávez Sánchez y un teatro o sala de uso múltiple que lleva el nombre de Beto Bermúdez, músico popular contemporáneo que destacó como guitarrista. Al poniente, se halla un busto del general Lázaro Cárdenas del Río, y en las escuelas primarias Vicente Riva Palacio y Alberto C. Reyes están los bustos de los maestros Augusto Jaimes Gómez y Alberto C. Reyes, respectivamente.
Sala de usos múltiples Beto Bermúdez.
Existen, sitios de importancia arqueológica de origen tarasco, como los ubicados en Catatemba, sobre la margen del río Balsas, que han sido saqueados desde tiempo inmemorial; incluye pirámides, plazuelas y un cementerio en estado deplorable por la destrucción causada por los saqueadores. También en La Parota se encuentran otros vestigios arqueológicos de trascendencia, igualmente de origen tarasco.
Fiestas, tradiciones y leyendas. La principal fiesta tradicional tiene lugar en la cabecera municipal del 1 al 10 de septiembre; es de origen religioso, pues es en honor del santo patrono San Nicolás Tolentino; posteriormente se continúa con las celebraciones del aniversario de la Independencia, que da lugar a la coronación de la reina de las fiestas patrias. Estas celebraciones incluyen banda musical permanente, jaripeos (el “toro de once”), carrera de caballos, peleas de gallos, bailes y desfiles. Existen otras fiestas regionales que celebran a los patronos de sus capillas, como la de Alita, del 25 al 31 de enero; San José a partir del 19 de marzo, y la de Guayameo que se realiza el 20 de noviembre.
Entre las danzas tradicionales que sobreviven destaca la pastorela, que organiza una familia diferente cada año en la cabecera municipal; tiene lugar en enero y son conocidas popularmente como Las Pastoras; el atavío de los jóvenes participantes de ambos sexos es vistoso y alegórico, pues incluye bastones y sonajas de mérito artístico por su decoración, con papel y listones de colores, acompañados de una interesante variedad de cantos y alabanzas. Tiene sentido de ofrenda a la Virgen de Guadalupe.
Probablemente es en Zirándaro donde se encuentra más arraigada la música de la “tamborita”, que distingue musicalmente a Tierra Caliente, no sólo de Guerrero, sino de Michoacán y del estado de México. El zirandarense tiene fama bien ganada de bailador de sones y gustos calentanos. Este tipo de ritmos son muy populares, a tal grado que forman parte del repertorio musical de todas las orquestas o conjuntos musicales populares que amenizan los bailes públicos o privados en la región. Cuando en el evento participan grupos musicales especializados en estos ritmos (“tamborita”), se usa una base de madera hueca, llamada artesa, para que sobre ella bailen los participantes y se escuche en forma clara el zapateo de los bailadores, que coincide naturalmente con el ritmo que les marca este instrumento de percusión, forrado generalmente con cuero de venado y que es apoyado por guitarras sextas y violines.
Existen tradiciones y leyendas en Zirándaro, comunes en toda Tierra Caliente, como es la celebración del Día de San Juan, que congrega a los habitantes de las principales localidades en alguna loma o cerro en las afueras de la población, para comer algunos alimentos preparados especialmente con ese fin, como el atole de ciruela y otros típicos de la región; las personas asistentes deben usar alguna prenda roja, detalle que caracteriza a esa festividad, en la que por supuesto, no faltan el mezcal y otras bebidas alcohólicas. Dentro de las leyendas tradicionales de Tierra Caliente existe la de los “chaneques”, hombrecillos de tamaño diminuto (duendecillos), que se encuentran en el campo, generalmente en barrancas, arroyos o ríos, los cuales son muy irascibles y con debilidades muy humanas, tales como el gusto por el tabaco y las bebidas alcohólicas, así como por los juegos de azahar; se dice que cuando una persona es sorprendida por un “chaneque” irrumpiendo en su territorio, o bien el minúsculo personaje lo encuentra dormido bajo algún árbol en el monte, éste lo “enferma”, causándole trastornos que pueden ocasionarle la muerte; las mujeres embarazadas le temen en forma mayúscula.
Otras leyendas comunes en la región, y la gente de Zirándaro no escapa a éstas, son las creencias en el “amigo”, nombre que le dan al diablo, y la de la “Nana Colasa,” versión regional de “La Llorona”; el primero es un personaje que concede favores de todo tipo, a cambio del alma del favorecido; para ello, se le debe convocar y acudir posteriormente a la cita en el lugar y fecha que de alguna manera le dan a conocer al que requiere sus servicios; la segunda leyenda coincide con lo que se dice de “La Llorona” en el D. F.
Existe una leyenda regional que afirma que en el Cerro del Campo existe un tesoro que fue dejado por don Vicente Guerrero cuando estuvo acampado en ese lugar, tesoro que despide destellos en lo alto de la montaña cuando el sol se encuentra en cierta posición en el cielo; al respecto, se dice también que un audaz y joven cazador, apellidado Torralba, se aventuró en el cerro mencionado buscando estas riquezas, hecho que le costó la vida y su conversión en fiero perro que desde entonces custodia aquel paraje.
Trajes típicos. No existe un traje típico del municipio. Como en toda Tierra Caliente, el sombrero de astilla, producido en Tlapehuala, caracteriza el vestir del varón calentano, y aunque también se elabora sombrero para mujer, éste no ha sido muy aceptado, como prenda de vestir cotidiana, por las damas.
Artesanías. No existen artesanías propias del municipio, aunque pudiera considerarse en este rubro la huarachería y la elaboración a baja escala de hamacas y de atarrayas para pesca.
Manifestaciones artísticas. Zirándaro es uno de los municipios en donde la tradicional música de la tamborita, característica de la región de Tierra Caliente, se encuentra más arraigada; se afirma que este tipo de música es de origen relativamente reciente y encuadrada en el modelo denominado “Sonecito de la tierra”, que con carácter festivo y profano se generaliza a lo largo del país a fines del Siglo XVIII. Entre los creadores locales destacan Juan Bartolo e Isaías Salmerón, fallecidos en 1924 y 1951, respectivamente, iniciadores de una corriente creativa que aún continúa.
El conjunto característico se forma de dos violines, una o dos guitarras sextas y una tamborita de madera de parota con parches de cuero de venado, que marca el ritmo con vaqueta y bolillo; este instrumento de percusión, de manufactura local, es el que da el nombre con el que se conocen estos conjuntos musicales: “la tamborita”.
El repertorio musical se integra por dos géneros: el gusto y el son, ambos procedentes de la misma fuente: los sones y jarabes antiguos; el gusto suele ser de ritmo lento, parecido al de la chilena costeña, y la pareja lo baila como paseíllo, aunque siempre le alternan movimientos musicales más rápidos, que obligan el zapateado; incluye siempre coplas líricas y/o picarescas. La velocidad del son es mayor, casi de principio a fin, con un grado de dificultad superior para bailarlo, ya que la pareja –al igual que en el gusto– debe llevar el ritmo que marca la tamborita, situación que, por la rapidez del mismo, requiere de gran condición física; no todos los sones tienen letras para cantarse, pero cuando llegan a presentarlas el contenido se orienta a lo picaresco. Estos conjuntos musicales amenizan fiestas familiares y religiosas, festividades públicas y políticas.
La temática de los gustos y de algunos sones se asocia, en ocasiones, con faenas ganaderas y con el entorno en el que viven los autores; los temas de amor y desamor que revelan gran picardía, como El huizache y El pañuelo, son frecuentes; también es común que estos ritmos lleven nombres de animales, como El zopilotito, La garza y El chiscuaro, por ejemplo, parodiando generalmente actividades humanas; no falta el repertorio fúnebre, valses lentos que se tocan en velorios y entierros. Abundan los corridos, que tienen gran vigencia en la región, con piezas narrativas llenas de colorido y valor descriptivo de personajes, sucesos, usos y costumbres.
Los intérpretes son músicos que con honrosas excepciones, no logran mantenerse económicamente con esa actividad, por lo que la intercalan con la agricultura temporalera, el comercio y otras que les permiten subsistir.
Atractivos turísticos. Sitios atractivos para los visitantes pueden ser la presa de La Calera, la plaza cívica y la parroquia de San Nicolás Tolentino en la cabecera municipal.
Iglesia de San Nicolás Tolentino.
Gastronomía. El tipo de comida que se consume en Zirándaro es la misma que se degusta en toda la región de Tierra Caliente, distinguiéndose el consumo de mojarras y otros peces que fácilmente se sacan del río y de la presa local y que no es común conseguir en otros municipios de la región. Cotidianamente se consumen los uchepos (tamalitos de elote tierno), las toqueres (tortillas gordas de maíz de elote sazón, elaboradas con manteca de cerdo, llamadas en otras áreas del estado tlaxcales), el aporreado, la barbacoa de res, chivo o cordero; el frito de puerco, el mole rojo y el verde, con tamales nejos; asado de pollo, pollo en crema, cecina de res, y frijoles “puercos”. En postres es común la shumata (dulce de ciruela), la manácata (calabaza endulzada, que se acompaña de leche), el atole de ciruela y los tamales dulces.
Estructura política municipal. El H. Ayuntamiento está conformado por el presidente municipal, un síndico procurador, tres regidores de mayoría relativa y tres regidores de representación proporcional; cuenta además con la Secretaría, la Tesorería y las direcciones de Seguridad Pública, Agua Potable, Desarrollo Rural, Catastro, Registro Civil y DIF. Como autoridades auxiliares, se cuenta con el Comité Municipal de Consulta y Participación Ciudadana, los Comités Comunitarios del Consejo de Desarrollo y 27 comisarías municipales.
Palacio Municipal de Zirándaro.
Reglamentos municipales. Se basa en el Bando de Policía y Buen Gobierno, Reglamento Interior del Ayuntamiento, y los reglamentos: de Catastro Municipal, de Espectáculos y Diversiones Públicas, de Agua Potable, y de Alcantarillado y Drenaje.
Distritos Judicial y Electoral (Federal y Estatal). Zirándaro pertenece al Distrito Judicial de Mina, al VII Distrito Electoral Estatal, los dos con sede en Coyuca de Catalán; y, al Distrito Electoral federal 01, con cabecera en Ciudad Altamirano.
Cronología de presidentes municipales.
Nombre |
Periodo |
|
1941–1942 |
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1943–1944 |
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1945–1946 |
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1947–1948 |
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1949–1950 |
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1951–1952 |
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1953–1954 |
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1955–1956 |
|
1957–1959 |
|
1960–1961 |
|
1961–1962 |
|
1963–1965 |
|
1966–1968 |
|
1969–1971 |
|
1971–1974 |
|
1974–1975 |
|
1975–1977 |
|
1978–1980 |
|
1981–1983 |
|
1984–1986 |
|
1987–1989 |
|
1990–1993 |
|
1994–1996 |
|
1997–1999 |
|
1999–2002 |
|
2002–2005 |
|
2005–2008 |
|
2009–2012 |
Comunidades que integran el municipio. En 2005, el INEGI registró 305 localidades que conforman el municipio de Zirándaro; por su importancia demográfica, sobresalen las siguientes:
Nombre |
Total |
Hombres |
Mujeres |
|
3 442 |
1 680 |
1 762 |
|
1 874 |
949 |
925 |
|
1 500 |
704 |
796 |
|
660 |
303 |
357 |
|
432 |
211 |
221 |
|
420 |
195 |
225 |
|
397 |
199 |
198 |
|
382 |
178 |
204 |
|
313 |
142 |
171 |
|
276 |
136 |
140 |
|
269 |
137 |
132 |
|
268 |
121 |
147 |
|
267 |
142 |
125 |
|
247 |
115 |
132 |
|
229 |
122 |
107 |
|
225 |
105 |
120 |
|
220 |
97 |
123 |
|
184 |
98 |
86 |
|
173 |
84 |
89 |
Para mayor información consultar el Censo de Población y Vivienda, INEGI, 2005.
Cabecera municipal. Zirándaro de los Chávez. Pueblo. Se encuentra localizada entre los 18° 28’ 32’’ de latitud norte y los 100° 58’ 46’’ de latitud oeste. Su altura sobre el nivel del mar es de 200 m y se halla a 360 km de la capital del estado. Tiene 3442 habitantes, cifra que representa el 17.1% de la población total; de ese número de habitantes, 1680 son hombres y 1762, mujeres.
Kiosco de Zirándaro de los Chávez.
(VTG/FLE/UFEP)