Varias especies de Ficus, representadas, en esta obra, por el amate común Ficus segoviea.
Árbol de 15 a 20 m de altura, con enormes raíces que penetran a grandes profundidades entre rocas y peñascos, buscando el agua. Su tallo es liso, de color oscuro en algunas variedades; en otras, es de color plomizo o amarillo. Su fruto es una infrutescencia globosa de color verde o morada, de 1 a 2 cm de diámetro.
Crece en clima subhúmedo, semiseco y seco, con terrenos pobres, pedregosos, entre grandes rocas. Su distribución es amplia, cubriendo gran parte del territorio estatal (principalmente en la cuenca del Balsas).
Se tiene conocimiento de que los nativos, en la antigüedad, utilizaban la corteza para la fabricación del papel amate en el que pintaban sus códices. Con el látex, elaboraban una especie de chicle. En la actualidad se sigue utilizando la corteza para elaborar pinturas artesanales.
(EA