Víbora de cascabel

Crotalus intermedius. Serpiente venenosa, caracterizada por llevar en el extremo de la cola un apéndice córneo denominado cascabel o crótalo, que agita con intensidad cuando se siente amenazada; este apéndice córneo motiva el nombre popular que se le da.

Se dice que cada coyuntura o articulación del cascabel significa un año de vida; sin embargo, este concepto público es equivocado, pues éstas se forman en cada muda de piel y, por lo general, las víboras la cambian varias veces al año. Por otro lado, existe la posibilidad de que –por diversas razones– los segmentos más viejos se desprendan fácilmente.

Su cabeza, que es plana y achatada o triangular, es característica de los ofidios venenosos. Este reptil puede llegar a medir hasta 2.5 m de largo, aunque la mayoría mide de 90 a 120 cm.

Las víboras de cascabel son sordas y, aunque tienen una vista bien desarrollada, detectan a los animales de sangre caliente, con dos fosetas faciales sensibles al calor, auxiliándose con su lengua bífida, que tiene la capacidad de captar los olores y los traslada al órgano de Jacbson. Como arma de ataque, usa un veneno con propiedades proteolíticas y neurotóxicas, que es inyectado a la presa a través de los colmillos perforados en forma de aguja hipodérmica.

Este reptil se localiza prácticamente en todo el territorio estatal. Se ha podido observar que las víboras que habitan en clima cálido son más ágiles y agresivas que las que viven en un clima medio templado o frío.

La alimentación básica de este ofidio son los roedores, aunque también consume pequeñas aves y reptiles como lagartijas y culebras.

Su principal depredador es el hombre, quien la persigue para aprovechar la piel en talabartería y la carne como producto terapéutico contra varias enfermedades, entre ellas el cáncer, sin que esto sea aceptado científicamente.

(EA