Tórtolas

Existen algunas variedades de pequeñas palomas que llevan este nombre; regionalmente, reciben denominaciones distintas de acuerdo a rasgos fenotípicos, aunque el género es el mismo. La alimentación y el hábitat son similares. Se describen dos de las variedades:


Tórtola rojiza.

Tórtola colilarga. Columbina inca; conocida también como cungucha o congucha. Es un ave de aspecto delgado; color pardusco en las plumas del dorso y el pecho, bordeadas de color café, dando el aspecto de escamas; cola larga que termina en punta y con algunas plumas blancas a los lados; alas rojizas encima, con plumas blancas entreveradas; cabeza pequeña; pico negro. Su canto se escucha triste (“cu–u–cu”), repetido varias veces.

Es factible encontrarla en cualquier lugar de la entidad, pero con mayor frecuencia en lugares abiertos con matorral y en los patios de las casas.

Consume ajonjolí, maíz y semillas de plantas silvestres, como la charamasca de güinar, entre otras.

Puede reproducirse en cualquier época del año, pero es más frecuente al inicio de las lluvias; pone dos huevos en promedio, que tarda en incubar de 13 a 14 días. Sus principales enemigos son: culebras, aves rapaces, gatos domésticos y, ocasionalmente, el hombre, quien la caza para consumir su carne.

Tórtola rojiza. Colombina talpacot. En varios aspectoses semejante a la anterior; sólo difieren en algunos rasgos exteriores: el plumaje tiene un color gris–café en el cuerpo; las plumas de las alas, en la punta, son rojizas; la cola es corta y cuadrada; la cabeza y las partes ventrales son claras. El tamaño es un poco mayor que el de las otras tórtolas.

Esta variedad no manifiesta ningún tipo de canto, aunque cierta literatura afirme lo contrario; observaciones de campo confirman la ausencia de esa cualidad.

Se localiza en casi todo el estado, a excepción de los lugares fríos, donde se halla restringida su presencia.

(EA