Palo morado

(Nazareno). Peltogyne mexicana Martínez. Endémico al estado de Guerrero.

Este árbol fue reportado como nueva especie botánica por Maximino Martínez en 1960 (Anales del Instituto de Biología, número 31).

Árbol de 15 a 20 metros de altura, de la familia de las leguminosas (subfamilia casalpinioideas). Martínez anotó para esta especie las características siguientes: el tronco alcanza de 30 a 60 cm de diámetro, la corteza es grisácea, con tinte amarillento, casi lisa, de 6 a 7 mm de grueso; las ramas, extendidas, se inician desde unos 5 a 6 m del suelo; hojas alternas compuestas de dos hojuelas coriáceas, glandulosas, oblongas, asimétricas y encorvadas, de 4.5 a 6 cm de largo por 2.5 a 2.8 de ancho; presentan el ápice ligeramente hendido, excepto las muy jóvenes, las cuales son acuminadas en el ápice; con el borde entero, verde al principio y morado después, con glándulas puntiformes y azulosas que forman las nervaduras, visibles en la cara superior y casi invisibles en el envés; la nervadura central es prominente y de color violáceo en la cara inferior; el peciolo mide de 1 a 1.5 cm de largo y los peciolillos de 2 a 3 mm.

Las flores son blancas, aromáticas, de 8 mm de diámetro, con la superficie cubierta de bellos blanquecinos; con cuatro sépalos de los que sólo son visibles tres por fuera de botón, desiguales e imbricados, cóncavos, de color levemente violáceo o castaño, de 3 mm, con glandulitas traslúcidas; con cinco pétalos elípticos, oblongos, de 5 mm de largo por 2 a 2.5 de ancho, casi iguales, también con numerosas glandulitas traslúcidas; con 10 estambres, de los cuales cinco son mayores de 7 mm y van alternados con los otros (5 a 6 mm), son todos fértiles, con los filamentos blancos y las antenas pálidas y articuladas; el ovario es asimétrico, de 4 a 5 mm, adelgazado hacia la base, con seis óvulos alargados, lobulado, dispuesto perpendicularmente, por lo que se dice que es peltado (el nombre genérico Peltogyne significa estigma peltado).

Las flores se agrupan en inflorescencias paniculadas, vellosas, terminales y axilares, de 5 a 8 cm, con los pedúnculos y los pedicelos densamente ferrugíneo-pubescentes. Las flores son numerosas y de poca duración, pues pronto caen los pétalos y los estambres, y un poco después los sépalos, permaneciendo sólo el ovario con el estilo. Florece en agosto y la polinización se efectúa por medio de insectos. El fruto es oblicuo, comprimido, ovoide-oblongo, asimétrico encorvado, coriáceo, de 3 a 4 cm, con el ápice redondeado y provisto de un pequeño apículo en posición algo lateral. Suele cubrirse por una especie de savia muy pegajosa.

Vegeta principalmente en terrenos arcillosos a 700 metros de altitud, como en Acahuizotla, El Ocotito, Omitlán y en algunas otras zonas con características similares.

Su madera se utiliza para la artesanía de muebles finos; por la belleza de su color, no necesita pintarse con colores artificiales; sólo se usan lacas o barnices transparentes, y en pocas ocasiones se le ponen conservadores, ya que es muy resistente al tiempo.

El nombre vernáculo deriva de la característica del color de la madera, irregularmente morada en el centro, aunque la coloración se extiende e intensifica con la exposición al aire; si se pone en agua durante algunas horas, el color morado cambia a negro intenso. Es considerado como madera preciosa.

El palo morado posee una madera de gran belleza, excesivamente pesada, con un peso específico de 0.8 a 1.0 (Creemers & Lemckert, 1981). La diferencia entre albura y duramen es muy marcada: la albura es gris amarillento y el duramen, expuesto a la luz, toma un color morado brillante, con figuras de bandas alternas de color oscuro en los cortes radicales. Es una de las más valiosas de México principalmente por el color púrpura del duramen o corazón. Ante ello, investigadores indican que se debe promover el conocimiento de los aspectos biológicos, ecológicos, de manejo y tecnológicos de esta especie que permitan la conservación y el aprovechamiento sustentable de sus poblaciones.

Aunque se considera una especie maderable de importancia forestal, ecológica y cultural, no se tiene registro oficial de su aprovechamiento.

Históricamente, la madera del palo morado (nombre común en Guerrero) ha sido el material más utilizado por diversas culturas para la fabricación de armas, herramientas y vehículos de transporte, entre otros; actualmente es utilizada para la fabricación de muebles (comedores, sillas, camas, roperos, burós, salas, tocadores, etc.), artesanías torneadas y talladas, instrumentos musicales, incrustaciones de muebles, piezas de dominó con incrustaciones de plata.

Los fabricantes de jaranas y guitarras aseguran que los instrumentos musicales fabricados con esta madera se consideran artículos de lujo.

Es una madera preciosa que está a punto de desaparecer. Por ello y por su elevado precio, últimamente se emplea sólo para artesanías de lujo.

(JRV/EA