Piper auritum HBK y P. Sanctum (Miguel) Schl. La primera es un arbusto de la familia de las piperáceas, de tallo articulado y ramas quebradizas, que alcanza hasta seis m de altura. Las hojas son brillantes en la cara superior y opacas en el inferior; tienen forma de corazón en la base de la lámina y miden de 20 a 40 cm de diámetro; el peciolo es largo y alado, y la nervadura principal de color oscuro y bastante levantada. Tiene inflorescencias muy largas, delgadas, formando una espiga densa sostenida por un pedúnculo que varía de 2 a 10 cm de longitud, y en el cual se ubican a lo largo varios canales. Las flores son muy pequeñas, de color blanco y casi imperceptibles. En medicina tradicional las hojas sirven como estimulantes, analgésicas y estomáquicas y se emplean también como condimento en tamales, pescados, otras carnes y frijoles negros.
Flores de hierba santa.
En su composición química tiene calcio, fósforo, hierro, ácido ascórbico y caroteno; ha sido posible extraer aceite esencial compuesto en un 50% por safrol, componente que no se había encontrado en ninguna de las especies de piperáceas. Se distribuye en casi todo el territorio nacional, principalmente en zonas de humedad constante; en el estado es frecuente encontrarla en las barrancas con escurrimientos perennes o intermitentes; se cultiva en huertos y crece en el borde de caminos y terrenos de cultivo.
Se le conoce también como tlanepaquelite, acuyo, hoja santa, hoja de anís, momo. Piper sanctum pertenece a la misma familia y alcanza 2 m de altura. Las hojas son alternas, pecioladas, redondeado–acorazonadas y de 20 a 25 cm de largo por 14 a 18 cm de ancho; membranosas, aromáticas y de sabor dulce y algo picante. Las flores aparecen en espigas delgadas. Las hojas contienen aceite volátil de color amarillo, más pesado que el agua, oxalato ácido de potasio, y la esencia puede utilizarse como anestésico local.
En homeopatía se utiliza la tintura de la planta entera y las diluciones contra el asma, bronquitis, laringitis aguda o crónica y la disnea. Esta especie es probablemente el mecaxóchitl –flor en forma de cordel– que los antiguos mexicanos añadían al chocolate para darle aroma. Tiene los mismos nombres vulgares que la especie auritum, se localiza en los lugares cálidos y aun templados, como el valle de México.
(RFPZ)