Cempasúchil

Tagetes erecta L.; Tagetes multisela, Dc. Cultivable en todas las épocas del año en la geografía guerrerense en cantidades variadas, a veces en combinación con otras siembras.

“Cempasúchil chiquito”, planta compuesta (Adenophyllum prophyllum, Hemsl.). Biodens angustissima, HBH. Los conquistadores españoles le llamaron “clavel de indias”, de igual manera le nombran en Europa.

Etimología del nahua y aztequismo: cempoalli, veinte, en el sentido de muchos o también de cuatrocientos pétalos, y xóchil, flor. Aparecen en los glosarios de mexicanismos: cempoal o cempoala –que es supresión de cempasúchil–, además de las variantes de cempasúchil: cempaxúchil, cempazúchil, cempoaljóchil, cempoalxóchitl, cempual, cempoal (inclusive la letra inicial de las anteriores palabras con z o s) y otras insólitas como tlapayola, tapayola, flor pachona, flor de muerto, la rosa de los muertos. No se duda que puedan existir otras formas de escribir o de nombrar a esta conocida flor de ornato.

Planta común de la familia de las compuestas o sinanteráceas, de flores amarillas de muchos pétalos. Casi en la totalidad de la República Mexicana es utilizada en las celebraciones de Todos Santos y Fieles Difuntos –Día de Muertos para ofrendas florales en sepulcros, por eso se le ha denominado “flor de muerto” –aun cuando también es ocupada para adornar en otras fechas–. Con los pétalos se marca en el piso el camino que habrán de seguir las almas de los muertos en su paso hacia los altares domésticos en su honor, según la tradición y creencia.

Se desprenden las flores del tallo para unirlas en su parte media, con aguja e hilo, de una en una y hacer una sarta, y al sujetar los dos extremos se forma una cadena. Cuando ésta se cuelga al cuello significa: bienvenido o bienaventurado. En los pueblos del estado de Guerrero son colocadas a candidatos a cargos de elección popular o a personas que celebran fechas importantes, además de ser material de ornato. Asimismo puede cortarse la flor junto con su tallo y ponerse en recipientes con agua.

La flor que describimos los agricultores la clasifican como “flor hembra”, dado que existe en mínima proporción la “flor macho”, caracterizada ésta última por una sola hilera circular de pétalos. Pocas veces pueden encontrarse matas con cempasúchiles crespos, de pétalos ondeados en sus orillas, la flor común es lacia. Rarísima vez pueden verse cempasúchiles de “molito” o “flor de molito”, en franca similitud al mole rojo comestible: flor de dimensiones pequeñas, con tonalidades de color entre oscuro, rojo y amarillo.

En algunos lugares elaboran con los pétalos del cempasúchil sopas y otros alimentos para el consumo humano.

Tiene gran significación económica por su alto contenido de carotenoides, cualidad aprovechada industrialmente en México, Perú, Chile, España y EU para producir un ingrediente pigmentante que se utiliza en los alimentos balanceados de la avicultura, pues origina un tono amarillo en la piel de los pollos y en la yema de los huevos.

México es el principal oferente en el mundo de productos elaborados a base de la flor de cempasúchil; tiene una demanda progresiva a causa del crecimiento de la producción avícola y de la sustitución de pigmentantes sintéticos por naturales, ya que el maíz que produce el mismo efecto está destinado exclusivamente al consumo humano en algunos países.

Al sureste de la antigua Tenochtitlan existía un templo llamado Tlillancalco, “casa de la oscuridad o de lo negro”, dedicado a Cihuacóatl, diosa madre, mujer culebra. Deidad patrona de las cihuateteas, mujeres muertas en el parto, que según la mitología azteca formaban el séquito del sol del mediodía hasta el atardecer. Adornaban este templo flores de cempoalxóchil (llamada así por los aztecas) de amarillo rojizo y un intenso y agradable olor balsámico.

(JRV)