Buthus occitanus. También conocido como escorpión, es un artrópodo de la clase arácnida y uno de los animales más antiguos que se conocen, pues hay registros de su presencia desde el Silúrico (hace 380 millones de años). El término “alacrán” se originó del árabe, al deformarse la palabra “al’agrab”, que significa el escorpión. Existen en el mundo alrededor de 134 especies, todas venenosas, con diferente grado de toxicidad. Su tamaño varía de 5 a 8 cm, aunque en ocasiones rebasa esta medida; el cuerpo comprende un prosoma, formado por la cabeza y el tórax (cefalotórax), con seis pares de apéndices y un opistosoma o abdomen ápodo; éste, unido al prosoma mediante una estrecha superficie articular, se divide en un mesosoma (preabdomen) ancho y un metasoma (postabdomen) formado por cinco segmentos estrechos que constituyen la cola; el último de éstos, llamado telson (aguijón), tiene glándulas venenosas que usa como defensa o para el ataque.
En la parte frontal del prosoma se articulan lateralmente los cuatro pares de patas; en el área ventral del mesosoma se localizan los peines, después de la abertura genital, y más atrás se encuentran los cuatro pares de estigmas respiratorios, al final del metasoma se halla la abertura anal. En la parte anterolateral del prosoma se encuentran de tres a cinco pares de ojos sencillos y un par de ojos medios, con un tamaño dos a tres veces mayor que los laterales.
En Guerrero se localiza una de las especies más venenosas llamada Limpidus limpidus, a la que por su color claro popularmente se le conoce como “alacrán güero”; predomina en lugares cálidos donde causa serios daños a la población, llegando a ocasionar la muerte de personas y animales cuando la atención no es oportuna.
En clima frío son distintos: el color es más obscuro y de tamaño mayor, además de que el veneno es menos tóxico. Habitan en rendijas, en grietas, debajo de las piedras y sobre las ramas y bajo la corteza de troncos secos.
Son de hábitos nocturnos y se nutren de organismos vivos, como hormigas y otros; hay veces que practican el canibalismo.
El macho cubre a la hembra después de un breve cortejo; son ovovivíparos; cuando nacen las ninfas, éstas se ubican en el dorso de la madre hasta que se absorbe por completo el vitelo y entonces están aptas para alimentarse. Con frecuencia la progenitora sirve de comida a sus crías.
Para contrarrestar los efectos tóxicos del veneno existe en el mercado un producto biológico llamado suero antialacrán que, aplicado oportunamente, contrarresta con eficacia los efectos nocivos de la ponzoña.
(EA