Telégrafo en el estado de Guerrero

El telégrafo fue inventado en 1832 por Samuel F. B. Morse; es un sistema de comunicación a través de hilos metálicos que en su tiempo revolucionó al mundo.

El servicio llegó a la República Mexicana por Juan de la Granja, de origen español, quien consiguió una concesión el 10 de mayo de 1849.

El 5 de noviembre de 1851 se inauguró el primer hilo telegráfico entre la Ciudad de México y Nopalucan, estado de Puebla; en mayo de 1852 entró a Veracruz, y más tarde logró extenderse a todo el territorio.

La Guerra de Reforma y el Imperio de Maximiliano retrasaron los trabajos para comunicar a otros estados, entre ellos Guerrero.

Fue en la administración del general Francisco O. Arce cuando en la entidad empezaron a tenderse las primeras líneas, pues antes la comunicación se hacía por caminos de herradura.

Los trabajos se habían iniciado desde 1871, pero fue hasta el 5 de mayo de 1872, dos meses antes de la muerte de Benito Juárez, cuando quedó inaugurada formalmente dicha línea. El gobernador Arce hizo gestiones ante don Benito Juárez, con lo cual el servicio se estableció entre la capital nacional y Chilpancingo. Después llegó hasta el puerto de Acapulco.

En 1885 el Ejecutivo estatal recibió del Gobierno federal una cesión temporal de la línea Acapulco–San Marcos e Iguala–Taxco. Ese mismo año el estado empezó a construir sus propias líneas; comunicó Chilpancingo con Huamuxtitlán y, al poco tiempo, Taxco y Pilcaya, Tetipac y Teloloapan, siguiendo el rumbo de Tierra Caliente; de este modo se enlazaron Coyuca de Catalán, Pungarabato y otras poblaciones cercanas a Michoacán. También queda comunicada Iguala–Huitzuco, pasando por Peña Colorada y Tonalapa.

El 15 de diciembre de 1885 las autoridades estatales dieron al Gobierno federal la línea de Chilpancingo a Tlapa y unieron sus hilos a la capital y los estados de Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche y Yucatán.

Para fines de ese año pertenecían al Gobierno estatal las líneas de Huamuxtitlán, Tlapa, Chilapa, Tixtla y Chilpancingo; Iguala, Tepecoacuilco, Huitzuco; Taxco, Tetipac, Pilcaya, Ixcateopan, Dos Caminos y Ayutla.

Por su parte, el Gobierno federal administraba los servicios de Acapulco, Dos Arroyos, Dos Caminos, Chilpancingo, Atlixtac, Tlapa, Alcozauca, Mezcala e Iguala.

De acuerdo con Amado González Dávila, en su libro Geografía del estado de Guerrero, 1959, el servicio dependía de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, y de la Dirección General de Telecomunicaciones.

El estado comprendía las divisiones 24, 25 y parte de la 26, en la forma siguiente:

División 24

  • Chilpancingo – Tierra Colorada
  • Chilpancingo–Tixtla, Chilapa
  • Chilpancingo – Iguala, Teloloapan, Arcelia, Altamirano y Coyuca de Catalán
  • Chilpancingo – Taxco de Alarcón

División 25

  • Acapulco – Col. Progreso, Coyuca de Benítez, Atoyac de Álvarez, San Jerónimo de Juárez, Tecpan de Galeana, San Luis La Loma, Petatlán, Zihuatanejo, La Unión
  • Acapulco – San Marcos, Ayutla, San Luis Acatlán, Azoyú, Ometepec

División 26

  • A ésta, con residencia en Huajuapan de León, Oaxaca, correspondían Huamuxtitlán y Tlapa.

Hace ya más de un siglo que Chilpancingo y Acapulco quedaron enlazados por el telégrafo; vale la pena recordar a quienes hicieron posible este trabajo, como Carlos Gómez Romero, Eufrosino Alarcón y Filiberto Arredondo, este último con más de 50 años en servicio.

Sin duda alguna, el telégrafo fue avance importante en la comunicación estatal; pero tiempo después se vio desplazado por la introducción de las líneas telefónicas, pues éstas constituían el último adelanto de la ciencia y ponían en contacto inmediato a cualquier población.

Hoy existen muchos medios de comunicación que nos acercan a otros lugares en cuestión de segundos, pero la gente aún prefiere el telégrafo, sobre todo en envíos de dinero.

(AOPG)