Es un padecimiento de reciente ingreso a la patología del ser humano. En 1981 se detectaron los primeros casos de esta enfermedad, en jóvenes varones homosexuales en la ciudad de New York (USA), y, poco tiempo después, en San Francisco, Los Ángeles, y otras ciudades de la Unión Americana, entre personas jóvenes del sexo masculino con preferencias sexuales similares. Conociéndose actualmente el periodo de incubación de esta enfermedad, se puede asegurar que el virus del SIDA ya se encontraba circulando en la población homosexual estadounidense, desde inicios de la década de los setenta. Dada la existencia actual de vías de comunicación de todo tipo, que permiten el rápido desplazamiento de grandes núcleos poblacionales al mundo entero con fines turísticos o de otra índole, esta enfermedad se diseminó en forma vertiginosa, provocando hasta la fecha la muerte de 25 millones de personas y la infección de otros 40 millones de seres humanos en el mundo.
Fotografía de un corte transversal del virus del SIDA.
El SIDA es provocado por un virus llamado de la inmunodeficiencia humana (VIH), el cual se transmite fundamentalmente por medio de relaciones sexuales, aunque también puede contagiarse a través de transfusiones sanguíneas no controladas por el sector salud, o por el uso común de jeringas contaminadas entre adictos a las drogas inyectadas, como la heroína, situación muy frecuente en EU y en algunos países europeos, como España, donde el consumo de este tipo de droga es muy popular; también puede ocurrir que una embarazada infectada transmita la infección a su hijo a través de la circulación placentaria.
Después de un periodo de incubación, que varía entre 8 y 10 años, el VIH empieza a afectar al sistema inmunológico de las personas infectadas, causándoles diversos padecimientos infecciosos, que terminan matando al individuo enfermo debido a que se encuentra inerme desde el punto de vista inmunológico, y, por ello, no puede defenderse de infecciones que normalmente el organismo logra vencer.
La sintomatología del SIDA se inicia con los signos y síntomas que conforman “el complejo relacionado con el SIDA”, llamado también síndrome de emaciación, durante el cual el enfermo presenta diarrea persistente, cuadros febriles prolongados, notable baja de peso, sudoraciones nocturnas, debilidad física acentuada, disminución de la libido, caída de pelo y crecimiento de ganglios. De esta etapa, se pasa al SIDA propiamente dicho, en el que se presentan las infecciones oportunistas por virus, hongos y bacterias, así como procesos cancerígenos que llevan a la muerte al individuo.
De acuerdo a estadísticas nacionales y estatales, a casi 30 años de aparecida la epidemia mundial de esta enfermedad, la relación sexual entre hombres continúa siendo la de mayor riesgo para contraerla, por varias razones; quizás la fundamental es que el ano no es un órgano anatómico propio para realizar el coito, como sucede con la vagina, que es una estructura muscular adecuada para ello; al efectuarse el coito por vía anal, se producen desgarramientos mucosos y vasculares que facilitan la invasión del virus hacia la circulación sanguínea del organismo; está comprobado que la infección se produce con mayor frecuencia en aquellos hombres (o mujeres) que son penetrados analmente, y que, además de sufrir el traumatismo mencionado, son receptores de descargas seminales infectadas; por otro lado, la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud ha realizado en varias ciudades del país encuestas serológicas en grupos de prostitutas, para detectar el riesgo de contraer SIDA que tiene la población masculina que practica su sexualidad con estas mujeres; los resultados han sido extraordinariamente bajos, pues sólo del 1 al 2% de las encuestadas han salido infectadas.
A pesar de lo anterior, también es justo señalar que ser homosexual no es obligadamente ser sidoso; cuando el homosexual practica su sexualidad responsablemente con una sola pareja, estas personas jamás adquieren la enfermedad. Es el homosexual promiscuo, aquél con numerosas parejas –la mayoría de ellas ocasionales–, quien tarde o temprano se contagiará con esta terrible enfermedad.
Hasta la fecha, después de 29 años de aparecida esta epidemia mundial, no se ha logrado una vacuna eficaz que inmunice a las personas sanas en contra del VIH. La explicación radica en que este virus cambia su estructura parcialmente con frecuencia –fenómeno que se conoce como mutación–, y mediante ese mecanismo el microorganismo nulifica cualquier efecto o cambio inmunológico que se logre en aquellas personas que han sido vacunadas con los productos creados para tal efecto.
Por otro lado, los 20 medicamentos contra el SIDA existentes hasta la fecha –sumamente caros y, por ello, difícilmente accesibles a la mayoría de la población enferma– se toman en “cocteles” de tres o cuatro juntos, que tienen la finalidad de evitar la resistencia del virus a tales medicinas, situación observada con frecuencia en aquellas personas que sólo toman una o dos de éstas. A pesar de ello, estas combinaciones de medicamentos no curan en realidad el padecimiento, pues sólo mantienen a los individuos afectados con cargas bajas del virus en su circulación sanguínea, hecho que les permite una sobrevida importante y que los obliga a un tratamiento permanente. La resistencia que el virus produce rápidamente a los medicamentos existentes –sobre todo cuando se toma sólo uno o dos de ellos– ha exigido a los investigadores continuar buscando en forma insistente otros más efectivos.
Y no sólo el costo de las medicinas provoca en los enfermos la suspensión ocasional o imprevista de los tratamientos contra el SIDA; la ingestión de la mayoría de los medicamentos usados en contra de esta enfermedad produce efectos secundarios indeseables de cuidado, que hacen obligado que los tratamientos se lleven a cabo bajo la estricta supervisión de médicos capacitados.
Las instituciones de salud manejan ya en su cuadro básico medicamentos contra el SIDA para atender a sus derechohabientes; sin embargo, es necesario mencionar que estos establecimientos no utilizan medicamentos de vanguardia, sino los que salieron primero al mercado: los más baratos y menos efectivos. Este hecho no beneficia mucho a los pacientes; por otro lado, con frecuencia existe en los centros hospitalarios institucionales desabasto de estas medicinas, situación que provoca que con frecuencia se interrumpan temporalmente los tratamientos, también en detrimento de los enfermos.
La situación descrita es comprensible, pues las instituciones han visto afectados gravemente sus presupuestos al adquirir la responsabilidad de proporcionar los medicamentos en forma gratuita a los enfermos con SIDA. Cada tratamiento/paciente le cuesta a la institución que lo controla $120 000.00 anuales, cifra que multiplicada por 10, 100 o 1000 pacientes arroja cantidades escalofriantes, capaces de quebrar a cualquier institución, perspectiva que irá ascendiendo con el tiempo, pues el número de enfermos aumenta año con año.
Todo lo mencionado, hace que el panorama sanitario mundial de este padecimiento, a corto o mediano plazo, no sea muy optimista, y que se deba insistir en las medidas de prevención, que son aquéllas relacionadas con el uso del condón y con la recomendación de evitar la promiscuidad y tener permanentemente una sola pareja.
En México, el primer caso fue detectado en el D. F. en 1983; en el estado de Guerrero, en el municipio de La Unión de Isidoro Montes de Oca, región de la Costa Grande, en 1985, causando un gran revuelo entre la población médica y paramédica. Rápidamente aparecieron otros en el puerto de Acapulco, lugar turístico que, por sus grandes movimientos poblacionales transitorios de todo el mundo, presenta muchos factores que favorecen la transmisión del padecimiento; este hecho no se pudo ocultar a los medios de comunicación, a pesar del hermetismo con que se manejó inicialmente la presencia de casos en los medios hospitalarios.
Actualmente existen enfermos de SIDA en todo el país. En nuestro estado no existe un municipio sin casos; no obstante, es conveniente mencionar que en algunos de ellos sólo hay casos importados, es decir, aquellos enfermos que adquirieron la enfermedad fuera de su municipio y llegaron ya enfermos a él. Se ha observado un importante aumento de pacientes o defunciones por esta enfermedad en el medio rural de la entidad, debido más que nada al fenómeno migratorio hacia el país del norte, que origina que muchos individuos –desamparados social y económicamente en aquel país– se prostituyan o adquieran conductas sexuales inusuales en ellos en su lugar de origen, y regresen infectados a sus localidades de procedencia, y cuando ello sucede en su fase asintomática, estos portadores “sanos” con frecuencia provocan la infección de su esposa o de sus parejas sexuales. Es común que estos pacientes –que desconocen su situación de portadores del virus– sean detectados en algún centro hospitalario al cual acuden a donar sangre para algún familiar que va a ser intervenido quirúrgicamente.
De acuerdo a información proporcionada por la Secretaría Estatal de Salud, la situación del SIDA en nuestro estado y sus regiones es la siguiente:
- Por el número de casos registrados, el estado de Guerrero, con 4708 casos acumulados entre los años 1985 y 2008, ocupa el séptimo lugar entre las entidades federativas del país, después del D. F., Baja California Norte, Morelos, Nayarit, Yucatán, y Veracruz. La Organización Mundial de la Salud maneja un parámetro bastante cercano a la realidad, el cual afirma que por cada enfermo de SIDA conocido existen tres portadores asintomáticos del VIH en la población, lo cual nos indicaría que en Guerrero existen alrededor de 15 000 infectados, aparentemente sanos, practicando su sexualidad sin ninguna medida preventiva, pues la mayoría de ellos desconoce su situación de enfermos.
- De los 4708 enfermos registrados en nuestra entidad, para 2008 ya falleció el 53% y el 41% continúa vivo; del 6% restante no se tienen datos al respecto; sin embargo, merece la pena mencionar que los enfermos con SIDA ya detectado, por su misma apariencia un tanto enfermiza y su preocupación más acentuada por sobrevivir que por continuar teniendo una sexualidad muy activa, no son realmente un peligro significativo para la sociedad; el riesgo latente para nuestra población lo constituyen los cientos o miles de seropositivos aparentemente sanos que radican en su entorno y que continúan teniendo relaciones sexuales sin cuidado alguno.
- El sexo más afectado continúa siendo mayoritariamente el masculino, sobre todo en aquellos hombres que practican en forma indiscriminada y sin protección la homosexualidad y la bisexualidad; estos últimos son el eslabón epidemiológico entre hombres y mujeres, varones que se contagian con sus parejas masculinas e infectan después en forma irresponsable a sus parejas femeninas. El grupo de edad en el cual se observan más casos de SIDA es el de 25 a 44 años; le sigue el de 45 a 49 años, el de 20 a 24 años, el de 50 a 59, el de recién nacidos hasta 14 años (infectados transplacentariamente o por violación), el de 15 a 19 años, y el de 60 a 64 años.
- De acuerdo a la distribución geográfica de los casos registrados, las regiones del estado más afectadas son: Acapulco, Costa Grande, Costa Chica, Norte, Tierra Caliente, Zona Centro y La Montaña; en ese orden.
El lector interesado podrá encontrar datos estadísticos adicionales en los cuadros y gráficas siguientes:
Cuadro núm. 1
Casos acumulados de SIDA por edad y por sexo.
Grupos de edad |
Hombres |
Mujeres |
Total |
|||
Casos |
% |
Casos |
% |
Casos |
% |
|
0-14 |
1 596 |
1.6 |
1 376 |
6.3 |
2 972 |
2.4 |
15-29 |
30 018 |
29.5 |
7 289 |
33.6 |
37 307 |
30.2 |
30-44 |
50 366 |
49.5 |
9 099 |
42 |
59 465 |
48.2 |
45 años o más |
19 809 |
19.5 |
3 917 |
18.1 |
23 726 |
19.2 |
Se desconoce |
890 |
(0.9) |
145 |
(0.7) |
1 035 |
(0.8) |
Total |
102 679 |
100 |
21 826 |
100 |
124 505 |
100 |
Fuente: SS/DGE. Registro Nacional de Casos de SIDA. Datos al 14 de noviembre de 2008. Procesó: SS/CENSIDA/DIO/SMI. Nota: La categoría “Se desconoce” se excluyó del cálculo de los porcentajes, sin embargo, dicha cifra se muestra entre paréntesis para conocer su magnitud.
Cuadro núm. 2
Casos nuevos y acumulados de SIDA por año de diagnóstico, según entidad federativa.
Lugar por Incidencia Acumulada |
Entidad Federativa |
Casos Acumulados |
Incidencia Acumulada |
% |
Año de diagnóstico |
|
2007 |
2008 |
|||||
1 |
Distrito Federal |
21 447 |
242.7 |
17.2 |
134 |
135 |
2 |
Baja California |
5 540 |
179.9 |
4.4 |
153 |
39 |
3 |
Morelos |
2 837 |
170.7 |
2.3 |
81 |
83 |
4 |
Nayarit |
1 586 |
164.0 |
1.3 |
55 |
55 |
5 |
Yucatán |
3 089 |
162.7 |
2.5 |
65 |
75 |
6 |
Veracruz |
11 207 |
154.3 |
9.0 |
499 |
482 |
7 |
Guerrero |
4 708 |
149.7 |
3.8 |
126 |
139 |
8 |
Jalisco |
10 320 |
148.3 |
8.3 |
302 |
181 |
9 |
Quintana Roo |
1 780 |
140.5 |
1.4 |
63 |
122 |
10 |
Campeche |
989 |
125.7 |
0.8 |
78 |
90 |
11 |
Baja California Sur |
659 |
119.5 |
0.5 |
19 |
22 |
12 |
Oaxaca |
4 161 |
117.1 |
3.3 |
219 |
249 |
13 |
Colima |
675 |
113.8 |
0.5 |
20 |
5 |
14 |
Puebla |
6 051 |
108.1 |
4.9 |
150 |
124 |
15 |
Chiapas |
4 547 |
102.0 |
3.7 |
290 |
213 |
16 |
Chihuahua |
3 366 |
100.2 |
2.7 |
74 |
107 |
17 |
Tamaulipas |
2 979 |
94.4 |
2.4 |
108 |
116 |
18 |
México |
13 665 |
93.4 |
11.0 |
485 |
626 |
19 |
Tabasco |
1 842 |
90.3 |
1.5 |
81 |
65 |
20 |
Michoacán |
3 416 |
85.9 |
2.7 |
129 |
120 |
21 |
Tlaxcala |
935 |
83.5 |
0.8 |
33 |
53 |
22 |
Sinaloa |
2 206 |
83.3 |
1.8 |
97 |
79 |
23 |
Nuevo León |
3 506 |
79.8 |
2.8 |
63 |
67 |
24 |
Sonora |
1 985 |
79.8 |
1.6 |
70 |
89 |
25 |
Durango |
1 017 |
65.8 |
0.8 |
31 |
19 |
26 |
Aguascalientes |
716 |
63.7 |
0.6 |
16 |
15 |
27 |
Querétaro |
1 055 |
62.4 |
0.8 |
49 |
31 |
28 |
San Luis Potosí |
1 488 |
60.2 |
1.2 |
89 |
46 |
29 |
Hidalgo |
1 397 |
58 |
1.1 |
57 |
61 |
30 |
Coahuila |
1 496 |
57.5 |
1.2 |
17 |
1 |
31 |
Guanajuato |
2 809 |
55.9 |
2.3 |
31 |
38 |
32 |
Zacatecas |
660 |
47.8 |
0.5 |
21 |
24 |
|
Extranjeros |
320 |
– |
0.3 |
0 |
3 |
Se desconoce |
51 |
– |
0 |
0 |
0 |
|
Nacional |
124 505 |
116.4 |
100 |
3 705 |
3 574 |
Fuente: SS/DGE. Registro Nacional de Casos de SIDA. Datos al 15 de noviembre del 2007 y 14 de noviembre de 2008. Procesó: SS/CENSIDA/DIO/SMI. Notas: La incidencia acumulada es por 100 mil habitantes; y la nacional no incluye extranjeros en tránsito por México, ni desconocidos.
Gráfica núm. 1
Tasa de Incidencia Estatal de SIDA, por Jurisdicción Sanitaria
1983–2008
Total de casos: 5 069. Fuente: Sistema EPI/SIDA.
Gráfica núm. 2
Tasa de Prevalencia Estatal de SIDA, por grupos de edad, 1983–2008
Total de casos: 2 076. Fuente: Sistema EPI/SIDA.
Gráfica núm. 3
Casos de SIDA, por evolución, 1983-2008
Total de casos: 5 069. Fuente: Sistema EPI/SIDA.
Gráfica núm. 4
Porcentaje de SIDA, por mecanismo de transmisión
Total de casos: 2 076. Fuente: Sistema EPI/SIDA.
(FLE)