Pelea de gallos

Espectáculo antiquísimo que se remonta a los tiempos en que florecieron las grandes civilizaciones. Se considera que las primeras peleas de gallos organizadas por el hombre se efectuaron en la India; de ahí pasaron a China, de donde se esparcieron por todo el mundo llevadas por viajeros orientales y de otras partes. Llegaron a Inglaterra y después a España; en ambos países alcanzaron gran auge, ya que hasta la realeza era aficionada a ellas. Penetraron al Continente Americano, traídas por los conquistadores: a Hispanoamérica, por españoles; a los Estados Unidos de América, por colonos ingleses e irlandeses. En ambos territorios cobraron relevancia.

A México, fueron introducidas por los españoles, como lo confirman varios testimonios escritos por los cronistas de la época. Gonzalo Fernández de Oviedo, en las narraciones que hace en la Historia general y natural de las Indias, manifiesta que en el segundo viaje de Colón sus navíos hicieron escala en las Islas Canarias a fin de proveerse de “refresco de agua e leña e pan fresco e gallinas”. También se refiere en concreto a este tipo de aves –inexistentes en tierras americanas en esos tiempos– cuando dice: “Hanse traído a esta isla, e a la Nueva España e a la tierra firme muchas gallinas e gallos de o los nuestros de España” (Pérez Zendejas, Eduardo, Su majestad el gallo de pelea).

Según datos obtenidos, se tiene noticia de que la primera pelea de gallos que hubo en México se realizó el Sábado de Gloria de 1519, después de la misa de Gloria y teniendo como escenario la playa que se extiende en Veracruz frente a San Juan de Ulúa; entre los espectadores se hallaban dos emisarios de Moctezuma –los gobernadores Tendile y Pitalpitoque–, quienes presenciaron el combate a muerte, quedando, con seguridad, grabado en su mente el arrojo de aquellas aves.

Desde que se realizó aquella primera pelea en Veracruz, la afición por los gallos ha sido permanente, extendiéndose por el territorio nacional. El arraigo en el gusto de la gente se da sin distinción de nivel económico o cultural.

Entre los aficionados, hay varios personajes de la vida política. En EU, se dice que fueron galleros Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, George Washington, Benjamín Franklin y Andrew Jackson, entre otros. En México, sobresalen los nombres de Antonio de Padua Severiano López de Santa Anna y Doroteo Arango (Pancho Villa).

No se sabe con precisión cuándo se iniciaron las peleas de gallos en el estado de Guerrero; algunos dicen que fueron los conquistadores españoles los encargados de introducirlas; otros aseguran que fueron los marineros filipinos que venían en la famosa Nao de China, quienes traían en el barco este tipo de aves para organizar peleas como distracción en el trayecto de un lugar a otro y que durante su estancia en el puerto de Acapulco seguramente aprovechaban para bajar a tierra algunas aves combatientes. La afición se extendió más tarde por todo el territorio.

En la actualidad, las “tapadas de gallos”, como también se conoce este espectáculo, se encuentran ampliamente difundidas y arraigadas en el gusto de muchos guerrerenses, convirtiéndose en una tradición. Estos eventos son detonadores de varias actividades económicas: el proceso de selección riguroso del pie de cría; la elaboración de alimento en fábricas que cuentan con secciones específicas, y la contratación de personal profesional (médicos veterinarios zootecnistas –quienes aplican sus conocimientos para el mejoramiento nutricional y genético de las aves– y personas especializadas en el cuidado de los gallos antes del combate).

Por otro lado, hay fabricantes de navajas, de cajas–estuche, de cubiertas, de botadores, de trabas, etc., sin olvidar al grupo de artistas que encuentra empleo en los palenques. Por eso, aunque entre un sector de la sociedad las peleas de gallos son rechazadas, difícilmente serán desechadas; algunos, incluso, afirman que se hallan unidas a la idiosincrasia misma del mexicano.

Hoy en día, el gusto por las peleas de gallos se ha establecido no sólo en México, sino en todo el Continente Americano y aun en otros.

En Guerrero son varias las personas que han sido actores principales en esta actividad; algunos ya fallecieron, como los señores Agustín Ortega, Bernardo Álvarez Calleja, Jesús Varela, Antonio Rodríguez y Eloy Vélez Arcos; otros siguen en la brega, y entre ellos podemos mencionar los siguientes: Domingo Alarcón, Rafael Memije, Aurelio Santos, Tomas Cisneros, Eloy Vélez, Elías Araujo Villarreal (partido el Gallo Real), Antonio Nava, Salvador Moreno, Jesús Galarce (partido El Huizachal), Tomás Gutiérrez (Tlacotepec), Valentín Carrera (La Escalera), hermanos Sandoval (partido Las Tortolitas), Arturo Gutiérrez (partido La Sonaja), hermanos Soto (partido Los Plataneros), Isaías Basilio (Tixtla), José Figueroa (La Escalera), Luis Molina (partido La Flama), Francisco Amores (Ayutla), señor Francisco Javier Castro Acevedo (Ayutla), Ciro Luna (Ayutla), Francisco Castillo Viviano (Ayutla), Joel Lagunas (Arcelia), José Luis Infante (Arcelia), Víctor Benítez (Arcelia), Onécimo Sánchez (Arcelia), Jesús (Chuy) Suazo Figueroa (Petatlán), Alejandro Suazo Gutiérrez (Petatlán), Rogaciano Alba Álvarez (Petatlán), Sergio Farías (Petatlán), José Salas, (Petatlán), Antonio Peláez Domínguez (Ometepec), Heriberto Mendoza (Ometepec), Adalberto Mendoza Ruiz (Ometepec), Juan Gallardo (Llano Largo. Acapulco), Jorge Campos (Acapulco), David Dávila (Acapulco), Jesús Delgado (Tlalchapa), Rafael Baza (Tlalchapa) y David Salazar (Tlalchapa).

La lista es muy amplia. Difícilmente podemos mencionarlos a todos.

(EAV)