Industria forestal

La extinta Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP) conceptuaba a la industria de la silvicultura como un “conjunto de actividades, que a partir de los recursos forestales, concluye su ciclo de transformación en productos maderables y no maderables”.

La industria forestal tiene dos grandes divisiones, según se base en el empleo de la madera como materia prima o utilice cualquier otro tipo de producto, sea derivado de árboles (resinas, látex, corteza, raíces, etc.) o de componentes no leñosos (bulbos, en el caso del barbasco; hojas, en la planta de orégano; fibras, en la lechuguilla; cera, en la candelilla; aceite, en la semilla de jojoba; flores, en la planta de la manita y vainas en el cascalote) provenientes de una especie forestal.

Dichos productos forestales, maderables y no maderables, ofrecen múltiples alternativas de actividad económica rentable, en las mismas comunidades donde se encuentran y fuera de ellas; para lograrlo, es necesario someterlos a un proceso que les dé valor agregado, sea éste de lo más sencillo, como selección y envasado después de la recolección o algo más elaborado, como el diseño y fabricación de muebles finos; en ambos casos, se considera como industria forestal al conjunto de actividades que a partir del recurso original, es transformado hasta que cumpla las condiciones que el mercado demanda.

En la obtención de productos maderables, el esquema típico incluye las actividades primarias de extracción, que comprende acciones de derribo, troceo y arrime y las de abastecimiento, que comprende acciones de carga, transporte y descarga en aserradero de madera en rollo, iniciándose ahí el proceso propiamente industrial.

En la obtención de productos no maderables, por la diversidad de éstos, es difícil establecer un esquema típico, pero en general se pueden considerar como actividades primarias la recolección, el acopio y el transporte a las instalaciones donde se inicia el proceso industrial, el cual puede incluir desde la clasificación y selección del producto, hasta su transformación y envasado.

La industrialización es una vía importante para dar valor agregado a los productos forestales, constituyendo una alternativa de primer orden, por no decir la única, para lograr el desarrollo forestal sustentable del estado; que genere empleo, ingreso y bienestar a los pobladores de las áreas forestales, a través de la creación, crecimiento y consolidación de diversas cadenas productivas.

La industria forestal de Guerrero, en su historia reciente, ha sufrido considerables altibajos, al grado de que en la actualidad, en maderables, el único renglón significativo lo constituye la industria del aserrío; en no maderables, las estadísticas oficiales de los últimos años sólo reportan pequeñas cantidades de tierra de monte.

La base de datos de la delegación de la SEMARNAT en Guerrero registraba para 2004 como lo más significativo en industria forestal la existencia de 133 aserraderos, dos de los cuales contaban además con fábrica de triplay y otros dos con taller de carpintería; por regiones, dichas instalaciones industriales se ubicaban de la manera siguiente:

Costa Grande, 56 (42.11%); Centro, 51 (38.35%); Tierra Caliente, 13 (9.77%); Acapulco, 8 (6.02%); Costa Chica, 2 (1.5%); Montaña, 2 (1.5%) y Norte, 1 (0.75%).


Aserradero El Balcón en el municipio de Tecpan de Galeana.

Adicionalmente se tenían registradas 25 carboneras, seis talleres de productos secundarios y dos fábricas de cajas, empaques y tarimas.

Analizando la información de 125 aserraderos con datos de capacidad de transformación por día o anual, se estimó en 602 550 m3–rollo la capacidad de transformación de toda la industria del aserrío en el estado; por otra parte, el Anuario Estadístico del Estado de Guerrero informa que en 2002 se obtuvo en la entidad una producción maderable de 196 562 m3–rollo, los cuales representaban el 32.62% de la capacidad de transformación total estimada; lo que permite afirmar que, en Guerrero, la industria del aserrío operaba a una tercera parte de su capacidad instalada; esto sin descontar los considerables volúmenes de madera que salen del estado, en rollo, sin ningún valor agregado, los cuales se estima que representan del orden de un 30% de la producción total.

Para el periodo 1993–2000, la industria de la madera y sus productos representó en promedio el 12% del Producto Interno Bruto de la industria manufacturera estatal, lo cual resulta bajo para una entidad considerada forestal y con un incipiente desarrollo industrial; por ello la aportación de Guerrero en este rubro al total nacional es de 1.8%.

El XV Censo Industrial del INEGI reporta, para 1998, la existencia en Guerrero de 144 unidades económicas dedicadas a la fabricación de productos de aserradero y carpintería, representando éstas sólo el 1.55% de las 9248 unidades económicas del mismo tipo registradas para todo el país en dicho año.

Las 144 unidades económicas reportaron que en 1998 dieron ocupación a 1470 personas, con una derrama económica de $19 315 000.00, por concepto de remuneraciones, y que contaban con activos fijos por $66 507 000.00.

De 2004 a 2009, la industria forestal de Guerrero no ha mostrado cambios significativos, lo cual se observa en la información de 2009 de la misma base de datos de la SEMARNAT que reporta los datos del cuadro siguiente:

Tipo

Cantidad

Centros de almacenamiento

58

Centros de almacenamiento de carbón y leña

25

Centros de almacenamiento y transformación

136

Talleres de productos secundarios

7

Aserradero y fábrica de cajas

2

Aserradero y fábrica de triplay

2

Carbonería y morillería

9

Aserradero y fábrica de muebles

1

Carpinterías

138

Carpinterías con maderería

12

Madererías

62

Forestal Vicente Guerrero (FOVIGRO). Por decreto presidencial del 1 de agosto de 1972, publicado al día siguiente en el Diario Oficial de la Federación, se creó el organismo público descentralizado Forestal Vicente Guerrero, asignándole como principal objetivo el de aprovechar racional e íntegramente las maderas de los bosques del estado, procurando su industrialización y su comercialización, haciendo partícipes a ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios de los beneficios alcanzados.


Bosque cercano a la comunidad El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez.

Para cumplir con su objetivo principal, se le asignaron también otras funciones, tales como realizar el aprovechamiento de acuerdo a las disposiciones legales y normativas vigentes, suscribir convenios con los propietarios o poseedores del bosque, utilizar las técnicas más adecuadas, capacitar y organizar a los productores que participen en los aprovechamientos, ejecutar un programa de desarrollo socioeconómico que contemple la construcción de escuelas, viviendas, hospitales, etc.

La creación de este organismo representó, históricamente, en su momento, la decisión más importante para el desarrollo integral de las áreas forestales; para lo cual, sus directivos y técnicos tenían visionarias propuestas que nunca llegaron a concretarse, reduciéndose en sus mejores momentos, a finales de los años 70, a abastecer de madera en rollo a algunas industrias y a operar seis aserraderos propios: uno en Chilpancingo y otro en Jaleaca de Catalán, en el mismo municipio; dos más en Tecpan y Papanoa, otro en Coyuca de Benítez y el último en Ometepec; con esta infraestructura, cubría las principales áreas forestales del estado. Al mismo tiempo, operaban 20 aserraderos particulares que contrataban sus autorizaciones de aprovechamiento con FOVIGRO: 15 de ellos en Chilpancingo y sus alrededores, dos en Tecpan, uno en la Unión, uno en Zumpango del Río y otro más en Iguala.

FOVIGRO, además de haber cumplido sólo mínimamente con sus objetivos y metas, en parte por la permanente insuficiencia presupuestal, aunada a la frecuente falta de oportunidad en la entrega de los recursos, en donde no estuvo ausente la ineficiencia y la corrupción, resultaba una pesada carga para el erario federal y a 15 años de su creación, en 1987, fue cancelado el acuerdo que le dio origen, transfiriéndose su deteriorada infraestructura industrial al Gobierno estatal, el cual creó con ella, por decreto del 22 de enero de 1990, publicado al día siguiente en el Periódico Oficial del Gobierno del estado, Industrias Forestales de Guerrero (INFOGRO), organismo público de participación social que, con objetivos similares a los de FOVIGRO, nunca logró trascender en el desarrollo forestal de la entidad, principalmente por la escasez de recursos presupuestales que ha caracterizado a los gobiernos estatales.

El desarrollo forestal sustentable de Guerrero conlleva de manera inevitable y como un componente fundamental el desarrollo de la industria forestal, lo cual demanda acciones previas que logren, como primera condición, un cambio significativo de actitud en la mayoría de los productores forestales actuales y potenciales, que se traduzca en auténtico interés de participación, aunado a un conocimiento amplio y claro del proceso al que se van a incorporar.

Algunos indicadores de la industria forestal de la entidad se describen a continuación:

  • No está diversificada, ya que descansa casi en su totalidad en el aserrío.
  • No es competitiva, porque predomina maquinaria obsoleta.
  • Mal diseño y mantenimiento inadecuado de caminos de acceso a las áreas con bosques comerciales, se traduce en serios problemas de abastecimiento.
  • La industria del aserrío opera aproximadamente a una tercera parte de su capacidad instalada.
  • Escasa capacitación y cultura empresarial entre los dueños y/o poseedores del bosque.
  • La industria del aserrío la realizan mayoritariamente quienes no son dueños ni poseedores del recurso.
  • De acuerdo con el inventario forestal de 1994 y estadísticas de producción de 2000, la producción del aserrío equivale al 13% de lo comercialmente explotable; sin considerar que se estima que del orden de un 30% de la madera sale de la entidad en rollo.


Aserradero El Venado, Zumpango del Río, municipio de Eduardo Neri

Los bosques y selvas de Guerrero ofrecen una considerable diversidad de alternativas de aprovechamiento, tanto maderable como no maderable, que, imprimiéndoles valor agregado, generarían múltiples bienes y servicios que el mercado interno y externo demandan y hacen del forestal un sector estratégico y una alternativa potencialmente de alta significación para el desarrollo de la entidad.

(JCLU)