Guerrero, Estado de

1. Antecedentes históricos. Primeros pobladores y principales etnias.

Primeros pobladores. Restos humanos hallados en un lugar conocido como la Cueva Encantada, entre los límites de Morelos y Guerrero, indican que este territorio estuvo ocupado por nómadas desde hace 22 000 años y que grupos ya sedentarios se ubican hace 5000 años en Puerto Marqués.

Hace más de 3000 años, Guerrero formó parte del desarrollo de la primera civilización surgida en Mesoamérica, la cual marcó las bases culturales que fueron heredadas por los grupos humanos que le sucedieron y cuya influencia llegó a lugares tan lejanos como Nicaragua y Costa Rica: la cultura olmeca; en su territorio, el material arqueológico de estilo olmeca parece haber estado vigente por un periodo de 800 años, iniciando quizás desde el año 1500 a. C. y ocurriendo en diversos puntos del estado, donde las evidencias se encuentran prácticamente en todo el territorio, con una marcada concentración en La Montaña, Centro, Norte y Tierra Caliente.

La falta de estudios en Costa Chica limita datos en esta zona. En Costa Grande los elementos de esa tradición parecen incorporarse a los ya existentes, como también se observa en algunos puntos de Tierra Caliente.

Numerosas pruebas señalan que fue por nuestro actual territorio donde entraron al altiplano un gran conjunto de tradiciones sudamericanas, como la cerámica, posiblemente con una antigüedad de 5000 años, y las técnicas metalúrgicas, hace unos 1000 años aproximadamente. Además, se tienen registradas migraciones que llegan al actual territorio guerrerense desde varios sitios del altiplano, provenientes de la desintegración de algunas urbes clásicas.

Para aproximarnos a las culturas que habitaron el actual estado de Guerrero antes de la llegada de los españoles y tratar de entender su desenvolvimiento y su modo de vida, primero debemos acercarnos al medio ambiente donde se desarrollaron porque, en algunas regiones, la naturaleza propició que las sociedades florecieran y se transformaran, pero en otras limitó severamente su desarrollo y evolución cultural.

Aun con esas diferencias, la base económica de los mesoamericanos descansaba en una agricultura que, independientemente de la zona ecológica que ocuparan, dependía básicamente de cuatro cultivos: maíz, frijol, calabaza y chile, plantas nativas cuya domesticación llevó, en el caso del maíz, cientos de años de intervención humana.

Durante un prolongado periodo anterior a la Conquista, grupos nahuas se adueñaron de gran parte del actual territorio guerrerense, desplazando a los ya establecidos o mezclándose con ellos, por lo que algunos de estos grupos étnicos si bien desaparecieron en el aspecto lingüístico perduraron biológicamente.

A la llegada de los conquistadores españoles, el territorio del estado de Guerrero poseía un complicado mosaico étnico y lingüístico conformado por siglos. Los grupos humanos que coexistieron con los europeos del Siglo XVI eran los descendientes de sociedades que tuvieron al menos 7000 años de evolución.

Principales etnias. Para contar con datos estimados del número de individuos, por etnia y por región, que poblaron el territorio suriano, la fuente de información más importante y antigua con que se cuenta es, sin duda, la Suma de Visitas de Pueblos, realizada a mediados del Siglo XVI por el gobierno virreinal; de dicha fuente se deriva la siguiente información de los grupos étnicos predominantes:

  • Los cuitlatecas, que vivieron en Costa Grande y Tierra Caliente antes de la conquista hispana, representaban una población del orden de 300 000 individuos.
  • Los yopes–tlapanecas, asentados en las regiones de La Montaña y Costa Chica, sumaban aproximadamente 120 000 habitantes.


Zona arqueológica Tehuacalco, centro ceremonial de los yopes.

  • Los purépechas, de quienes parte de su vasto territorio comprendía una porción de la actual región de Tierra Caliente, se estima que en ésta sumaban, en 1520, cerca de 105 000 personas.
  • Los mixtecas, que habitaron la porción oriental de las regiones de La Montaña y Costa Chica, se calcula su población, en 1520, en 34 000 individuos.
  • Los nahuas, representados por diferentes grupos étnicos y con una amplia distribución territorial, principalmente en las regiones Centro y Norte, se considera que a la llegada de los españoles sumaban 700 000 individuos.
  • Los amuzgos, que se asentaron en la parte sur del estado de Guerrero y parte del de Oaxaca.

2.– Periodo colonial.

Hecha la conquista del Anáhuac por los iberos, Hernán Cortés se dedicó a tomar posesión de las nuevas tierras. Al país dominado se le adjudicó el nombre de Nueva España y la entregó al poder del rey español. Con ello da principio la época de la Colonia,que presenta características muy similares en todo el país.


Hierros para marcar esclavos en el periodo de la Conquista.

La colonización española en la geografía guerrerense se debió, en principio, a dos causas principales: 1). Establecer los puertos, que fueran bases para emprender las conquistas por el Mar del Sur, siempre con el propósito de encontrar un camino más corto para llegar a las Indias. No se desprendía del pensamiento europeo de llegar a la tierra de las especias. 2). Explorar las nuevas tierras en busca de yacimientos mineros y someterlos a explotación.

Juan Rodríguez de Villafuerte fue nombrado para establecer puertos en el Mar del Sur. Para ello se escogió inicialmente la zona de Zacatula, en el delta que se formaba en la desembocadura del Balsas. En 1523 fundó, con Simón de la Cuenca, la Villa de la Concepción. En el lugar instaló, a nombre de Cortés, un astillero donde construyó dos bergantines, que no llegaron a las aguas del mar porque un incendio los consumió. Hasta 1527 partieron de ese lugar tres carabelas, al mando de Alonso de Saavedra Cerón, llegando hasta las Islas Molucas. Encontrados nuevos puertos con mejor abrigo, como Acapulco, se trasladaron los astilleros en 1531.

Se intensificaron las actividades marinas y partieron de Acapulco varias expediciones hacia el norte. En 1532 Diego Hurtado de Mendoza llegó hasta Baja California. En 1533 regresa a aquel puerto Hernando de Grijalva, tras descubrir la Isla Socorro. Cortés arriba al mismo punto en 1535, después de un viaje a Tehuantepec. En 1537 utiliza el puerto para embarcar víveres al Perú, en auxilio de Pizarro. En 1540 parten hacia el norte, hasta llegar a la desembocadura del río Colorado, dos barcos al mando de Hernando de Alarcón; en ese viaje el piloto Domingo del Castillo levantó el primer plano de la costa occidental de México.

En 1522 Gonzalo de Sandoval entró a conquistar los pueblos de la Sierra del Sur y los de Costa Chica. Ese mismo año siguió sus pasos Pedro de Alvarado. En 1531 avanzó en la misma zona Vasco Porcayo para apaciguar a los yopes, pueblo de indígenas que se sublevaron contra el nuevo gobierno.

En cuanto a la explotación de las minas, en 1531 Cortés se enteró de la existencia de piezas de estaño en manos indígenas, usadas seguramente para el trueque comercial; ese metal le era indispensable para hacer las aleaciones metálicas apropiadas a la fabricación de cañones. Al conocer que su origen estaba en Tlachco (Taxco), hacia el sur, se entusiasmó y comisionó a los capitanes Rodrigo de Castañeda y Miguel Díaz de Aux para que lo obtuvieran. Además, encontraron una mina de hierro.

Estos hombres no supieron de las minas de plata, que fueron descubiertas hasta 1534 en los pueblos de indios de Tetelcingo (hoy Taxco), en el mineral de Cantarranas y en Tenancingo.

Otros minerales importantes fueron encontrados en Zumpango del Río, en 1534, por Diego García Jaramillo; también se fueron descubriendo poco a poco los de Cuetzala, Izcaputzalco y Topila, todos éstos de oro; otros más, de plata, se localizaron en Coatlán, Acuitlapán, Tepecoacuilco y Chilapa.

Los misioneros.

  • Los Agustinos. Llegaron a la Nueva España en dos viajes. Durante el primero, en 1533, avanzaron en la región de Tlapa y Chilapa, adonde llegaron en octubre de ese año los frailes Agustín de la Coruña y Jerónimo de San Esteban. Ellos levantaron iglesias y conventos. Los del segundo viaje, en 1536, mandaron en apoyo de los anteriores a Juan Bautista Moya, que al poco tiempo partió a Huauchinango, Puebla, y México, hasta tener como destino final la región de Tierra Caliente y parte de la Costa Grande. Su obra comprendió de 1554 a 1567, cuando falleció. Reubicó los pueblos prehispánicos de la región y fundó otros; su actividad religiosa, educativa y de salud le hicieron merecedor del título “El Apóstol de la Tierra Caliente” (v. Moya Valenzuela, Fray Juan Bautista).
  • Los Franciscanos. Los dieguinos pertenecieron a esta orden. Visitaron la zona de Tierra Caliente entre 1529 y 1533. Se distinguió por sus obras en esa parte, hasta la Costa Grande, el evangelizador Fray Francisco de Villafuerte, dejando antecedentes de su estancia en estos lugares de 1547 a 1554.

Las alcaldías.

En territorio del hoy estado de Guerrero se establecieron las alcaldías a partir de 1532. Hubo alcaldías mayores en Tlapa, Taxco, Iguala, Chilapa, Acapulco y Zacatula, que dependieron de la audiencia de México hasta 1535, en que pasan a depender directamente del virrey en esa fecha, menos la de Zacatula, que la anexaron a la de Guadalajara a partir de 1548. Después las hubo también en Tixtla y Ajuchitlán.

Las primeras repúblicas de indios se formaron en Chilpancingo, Ixcateopan, Teloloapan, Tecpan, Atoyac, Igualapa y Zirándaro, donde los grupos étnicos nombraban a sus dirigentes e integraban su gobierno.

Se establecen nuevos pobladores en Acapulco a partir de 1550, dirigidos por Fernando de Santa Anna. En 1565 desembarca el fraile agustino Andrés de Urdaneta, experto navegante que había sido soldado y marinero. A él corresponde descubrir en esta aventura marítima el tornaviaje, que facilitó, a partir de entonces, la ruta de los galeones para salir de Acapulco a las Islas Filipinas y regresar sin dificultades al puerto mexicano. (v. Urdaneta de Cerain, Andrés de).


Encomendero en Guerrero hacia 1560.

En 1571 el alférez Diego de Ordóñez y Ávila salió en expedición de Tepecoacuilco, llegando a Zumpango y Chilpancingo a pacificar la zona. Los primeros españoles colonizaron Chilpancingo a partir de 1591. Por la cuenca del río Balsas se comisionó a Martín Cerón Saavedra para concentrar los habitantes dispersos en las poblaciones de Pungarabato y Coyuca, en la región de Tierra Caliente.

El comercio.

El comercio que se incrementó en la Nueva España estuvo establecido primero con la metrópoli. Todo lo que venía de Europa llegaba por la vía marítima de Veracruz, y de allí se trasportaba por tierra hasta la Ciudad de México. Lo que se enviaba a España seguía de regreso el mismo camino. Estos envíos consistieron principalmente en piezas de oro, plata y joyas. Al comunicarse la capital del país con los puertos del Pacífico, principalmente con Acapulco, el comercio amplió su campo de acción por los caminos del sur.

La Nao.

Descubierto el Mar del Sur,Hernán Cortés quiso explorar descubriendo nuevas tierras para la Corona española, y la ruta corta que lo llevara a oriente para la adquisición de especias, tan necesarias en Europa. Esto originó que se descubriera una vía hacia Manila y desde allí una comunicación marina con China, que abundaba en estos y otros valiosos productos. (v. Galeón del Pacífico, El.)

La feria comercial con productos de oriente.

Establecida la ruta marina entre el puerto de Acapulco y Manila, el comercio comenzó a tomar auge y pronto las relaciones entre estos lejanos lugares se intensificó. Los productos de oriente penetraron los puertos de América y viceversa. Cada vez que un galeón llegaba de Manila al puerto de Acapulco se establecía un gran tianguis donde se ofertaba el cargamento.

A este gran mercado se le daba el nombre de feria comercial y a los galeones trasportadores se les dio el nombre deNao de China. Muchos de los productos y mercancías que llegaban tenían procedencia china, pero eran trasbordadas en Manila para hacerlas llegar a México vía Acapulco. Mercaderes de Puebla, México, Guanajuato y hasta de Saltillo se daban cita en este puerto para esperar la llegada de la nao. Al desembarcar lo que traían, lo exponían en la feria y mercado que se formaba, y todo era comprado para trasladarlo al interior del país.

Los puertos de los mares del sur.

En su afán de descubrir nuevas tierras para la Corona, Cortés organizó expediciones hacia la Mar del Sur y estableció pobladores en los puertos que le sirvieran para este fin. Acapulco fue uno de los señalados y otros lo fueron Zacatula y Puerto Marqués, comenzando a definirse rutas de cabotaje.

La arriería.

Este renglón ocupó un importantísimo papel en tiempos de la Colonia. Fue aspecto primordial que dio vida al comercio y a la comunicación en el interior del país. Los caminos prehispánicos se fueron consolidando y los conquistadores se encargaron de mejorarlos y revitalizarlos. Las principales rutas de comunicación las fortaleció la arriería, y así quedaron establecidas: Veracruz–Puebla–México; Acapulco–Chilpancingo–Tepecoacuilco–México; México–Querétaro–Guadalajara; México–Saltillo, etc.

El arriero llegó a ser un personaje de confianza ilimitada que portaba, a través de la geografía nacional, mensajes y valores, carga de caudales y personas de importancia. Cuando llega el momento de las conspiraciones para independizar al país, el papel que desempeñaron estas rutas de comunicación fue esencial e insustituible.

3.– Periodo insurgente (1810–1821).

Los primeros levantamientos que se conocieron en el sur fueron los de Francisco Hernández, en Taxco; Luis Pinzón, en Acapulco; Víctor y Miguel Bravo, en Chilpancingo, y Francisco Moctezuma, en Chilapa, entre el 18 de septiembre y el 1 de octubre de 1810. El 5 de octubre del mismo año se integra la Junta Patriótica de Tepecoacuilco, dirigida por Valerio Trujano.

Surgen los grupos de repúblicas indígenas de Iguala, dirigidos por su gobernador José González. En sus primeras batallas fueron derrotados: el 2 de diciembre contra las fuerzas virreinales comandadas por el coronel José Antonio Andrade, en El Tule y La Peana; el 5 de diciembre cayeron las primeras víctimas del levantamiento al ser fusilados Juan, Rafael e Ignacio Orduña y Manuel de la Trinidad, cacique indio de Huitzuco. (v. Independencia, Guerra de, en el hoy Estado de Guerrero).


Cañón de la época de la Independencia exhibido en el Museo Regional de Guerrero.

El 20 de octubre, el cura de Carácuaro, José María Morelos y Pavón se entrevistó con el padre Hidalgo en Indaparapeo y éste lo autorizó a levantar en armas a los pueblos del sur y organizarlos debidamente. Iniciada su avanzada en el pueblo de su curato, con 25 hombres, llegó a territorio guerrerense por la zona de Coahuayutla. Había comenzado la ruta de las cuatro campañas en que se divide su actividad de insurgencia en el sur.

En Coahuayutla se le unió Rafael Valdovinos con un breve grupo de campesinos; en Zacatula se le agrega el capitán de caballería Marcos Martínez con 50 jinetes armados; en Petatlán lo sigue Bautista Cortés, incorporando varios soldados con 50 fusiles tomados de la casa del capitán de milicias de esa guarnición, que se hallaba ausente. Con ese contingente y armas atacó Tecpan, que custodiaba el capitán realista Juan Antonio Fuentes, quien huyó rumbo a Acapulco. El 7 de noviembre, tomó la plaza y vio crecer sus fuerzas al unírsele Juan José, Antonio y Hermenegildo Galeana.

En El Zanjón se le unen Fermín Galeana y Miguel de Ávila; en Coyuca (de Benítez), Juan Álvarez; el día 9 sale de El Ahuacatillo con muchos adeptos, llega a Pie de la Cuesta donde recibe grupos de indígenas atoyaquenses. El 10 de diciembre, Vicente Guerrero y Nicolás Catalán acuden con elementos que hacen sumar en 3000 hombres el contingente. Así prosigue Morelos su primera campaña en tierras guerrerenses.

Ante este avance, el virrey desplaza al comandante de las milicias de Oaxaca, capitán Francisco Paris. Morelos libra la primera batalla formal en El Veladero el 1 de diciembre; ambos contendientes, insurgentes y realistas, se creen derrotados y tratan de abandonar el combate; por intervención oportuna de Morelos, sus hombres cortan la retirada y regresan para obtener rotundo triunfo en ese encuentro. Con esta victoria se cumple el proyecto inicial de su primera campaña: dotar a sus fuerzas de las armas y hombres indispensables.

Sin tomar el fuerte, y con el propósito de impedir las comunicaciones de enlaces terrestres, deja en acecho del baluarte y Acapulco a 600 efectivos y parte a Tres Palos el 4 de enero de 1811, tras derrotar al capitán Paris; con ello, Morelos se adueña de la Costa Grande y centro de la zona sur. Logra aumentar a su causa 700 fusiles, cinco cañones y gran cantidad de parque. Sólo le falta contar con el Fuerte de San Diego, pero éste queda sin contacto directo con la capital de la Nueva España. Del 8 al 19 de febrero de 1811 atacó y asedió nuevamente el fuerte, sin éxito; después de este tiempo se retira a su campamento de La Sabana. Enferma y se traslada a Tecpan con el fin de recuperarse.

El mando quedó en manos de Francisco Hernández, apoyado por Hermenegildo Galeana. En mayo se desplazan a la hacienda de Chichihualco y logran que se les incorporen sus propietarios, los hermanos Bravo: Máximo, Miguel, Víctor y Leonardo con su hijo Nicolás.

Morelos toma Chilpancingo el 24 de mayo; Tixtla, el 26, plaza defendida por el realista Juan Antonio Fuentes; Chilapa, el 16 de agosto, y, a principios de noviembre, Tlapa.

Regresa a Tecpan, donde instala administración de justicia y eclesiástica. Establece la renta pública y acuña moneda, la primera del ejército insurgente, y decreta la creación de la provincia de Tecpan. En Ajuchitlán publica el 28 de junio de 1813, las razones de esa provincia: tener un pie de gobierno para conseguir la conquista del sur y disponer de una zona segura para que los insurgentes se refugien.

En Tecpan, se le unen Valerio Trujano, Mariano y Manuel Primo Tapia. Envía tropas al mando de Galeana a la toma de Tepecoacuilco y Taxco. Él se encarga de dirigir la campaña a Cuernavaca, Puebla y Oaxaca, dejando para protección de El Veladero a Julián de Ávila.


Armas utilizadas en el periodo independentista.

En febrero de 1813, vuelve sobre Acapulco, contando con las fuerzas de Ometepec al mando de Vicente Guerrero; sitia la plaza el 6 de abril; bate la Casamata, La Mira y el baluarte del hospital, y el 20 de agosto, por fin, capitula el Fuerte de San Diego. A principios de septiembre regresa a Chilpancingo, en donde cita a los insurgentes con el propósito de instalar el Congreso de Anáhuac (v. Congreso de Chilpancingo), para unir y ubicar a la Junta de Zitácuaro.

Otorga a Chilpancingo el título de ciudad y la llama de Nuestra Señora de la Asunción, y le da el rango de capital de la nación. Se reúne la asamblea de diputados, nombrando a los representantes de las provincias dominadas por los realistas: Ignacio Rayón, por Guadalajara; José Sixto Berdusco, por Michoacán; José María Liceaga, por Guanajuato; Andrés Quintana Roo, por Puebla; Carlos María de Bustamante, por México, y José María Cos, por Veracruz; José María Murguía y José Manuel de Herrera, por Oaxaca y Tecpan, respectivamente; éstas últimas en poder de los insurgentes.

Se instaló el Congreso el 13 de septiembre. El licenciado Juan Nepomuceno Rosáins, secretario de Morelos, leyó los Sentimientos de la Nación (v. Sentimientos de la Nación), preámbulo del Acta de Independencia. Se imprimieron con el equipo que llevó Morelos desde Urecho, Michoacán; fue la primera imprenta que existió en tierras guerrerenses, convirtiéndose también en el primer documento impreso en la entidad.

Este documento dio origen al Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sancionado el 22 de octubre de 1814, y que se conoce con el nombre de Constitución de Apatzingán, publicada el 24 de octubre del mismo año.

Los años 1814 y 1815 fueron aciagos para la insurgencia, que recibió serios reveses; caen Galeana, Matamoros, Orive, Mina, y el mismo Morelos, a quien hacen prisionero en Temalac. Después del fusilamiento de este último en Ecatepec, el 22 de diciembre de 1815, sobresalen las campañas de Guerrero, que culminan con el abrazo de Acatempan y el Plan de Iguala. (v. Guerrero Saldaña, Vicente; y, Plan de Iguala.)

En ese lapso destacan Vicente Guerrero, Nicolás Bravo, Nicolás Catalán, Antonia Nava de Catalán, Juan Álvarez, Isidoro Montes de Oca, Cesáreo Ramos, Juan del Carmen y Pedro Ascencio Alquisiras, entre otros.

El 24 de febrero de 1821, en Iguala, el sastre José Magdaleno Ocampo confecciona la primera Bandera Nacional, que representaba las tres garantías: Religión, Independencia y Unión. Aparecían los tres colores en franjas diagonales: blanco, verde y rojo, con una estrella superior en cada uno, y una en el centro.

La imprenta que se instaló en Tlacotepec –que el 14 de marzo de 1821 publica el periódico El Mejicano Independiente–fue adquirida en Puebla. En 1822, en Chilapa, la Imprenta Nacional del Sur hizo circular la publicación El Relámpago, y en 1833 circuló el periódico La Antorcha.

4.– Periodo independiente (1821–1846).

El 27 de septiembre de 1821, entró triunfante a la Ciudad de México el ejército trigarante; iba a la vanguardia Agustín de Iturbide; al frente de su ejército libertador destacaba la presencia del general Vicente Guerrero. Aprovechando las circunstancias, Agustín de Iturbide se corona emperador el 18 de marzo de 1822 y dispone del nuevo aparato gubernamental.

El flamante Imperio de Agustín Iturbide (v. Iturbide Aramburu, Agustín de) quedó integrado y tomó posesión de la dirigencia del país. Al general Guerrero se le nombró responsable de la Capitanía General del Sur y jefe político de la provincia del sur, con cabecera en Chilapa. Quedaban bajo su jurisdicción: Tixtla, Tlapa, Ajuchitlán, Ometepec, Tecpan, Jamiltepec y Tepescolula. Todas ellas pertenecientes a la provincia de México.

El 1 de febrero de 1823 se promulga el Plan de Casa Mata; Vicente Guerrero y Nicolás Bravo lanzan un manifiesto en Chilapa por la restitución de los derechos de la libertad de la Nación. Derrotado Iturbide, Bravo recibe el encargo de escoltarle a Veracruz, donde inicia su destierro.

Caído el Imperio, Vicente Guerrero y Nicolás Bravo participan en política y ambos destacan al frente de grupos masónicos antagónicos. El primero, al frente del grupo yorkino, representante del federalismo, y el segundo, al frente de la masonería escocesa, representante del centralismo.

Al integrarse el primer Gobierno de la República se nombró presidente al general Guadalupe Victoria y vicepresidente al general Nicolás Bravo. Éste lo desconoce y se designa al general Guerrero para que lo someta, sosteniendo un combate en 1828. Bravo es desterrado (v. Bravo Rueda, Nicolás).

Guerrero llega a la Presidencia de la República y ejerce el puesto del 1 de abril al 18 de diciembre de 1829, año en que se subleva el vicepresidente Anastasio Bustamante. Guerrero fue perseguido por las montañas del sur y capturado por la traición del navegante genovés Francisco Picaluga. Hecho prisionero en Acapulco, fue llevado a una bahía de Huatulco y trasladado a la ciudad de Oaxaca, de donde, tras un simulado juicio sumario, lo llevan a la villa de Cuilapan, muy cercana a la capital, en la madrugada del 14 de febrero de 1831, y es fusilado. Sólo quedaron en el escenario político nacional los generales Nicolás Bravo y Juan Álvarez.


Estatua del Gral. Vicente Guerrero Saldaña en el Museo de la Bandera en Iguala.

Muerto Guerrero, el general Álvarez acepta la amnistía que le ofrece el gobierno el 25 de abril de 1832. Se manifiesta contrario al presidente Bustamante en agosto del mismo año y se inclina a favor de Gómez Pedraza. En 1834 combate a los conservadores de Chilapa apoyados por Nicolás Bravo, causándoles derrota el 5 de marzo. El 9 de noviembre aprueba el Pacto de Tecpan, oponiéndose a Santa Anna; se enfrenta nuevamente a Bravo y pone sitio al Puerto de Acapulco. Al volver Bustamante lo combate en 1841 y se opone a Paredes y Arrillaga en 1846.

En 1842 se aplica la Ley del Impuesto Personal y, en protesta, se levantan los indígenas de los pueblos de Mochitlán, Quechultenango, Ayahualco, Chilapa, Tlapa y algunos de Tierra Caliente. Aprovecha para adherir a la protesta la petición de reposición de tierras. Álvarez firma en 1845 un pacto con los inconformes y expresa su criterio agrario, que favorece a los pueblos indígenas, y se compromete a que una comisión gubernamental examine sus problemas. En Chilapa lanza un manifiesto que lo expone como precursor del indigenismo y el agrarismo.

5.– Guerra de Estados Unidos contra México (1846–1847).

Los problemas entre EU y México surgen cuando Texas se separa de nuestro país, se incorpora a los vecinos del norte y pretende extender sus límites hasta el río Bravo. EU hizo una declaración de guerra unilateral el 13 de mayo de 1846. El 8 de mayo el general Arista fue derrotado por Taylor. En julio México contesta que defendería la situación. El 23 de febrero del año siguiente, casi vencido el enemigo, se le ordena a las tropas mexicanas se retiren del campo de batalla, causando un desafortunado desastre. En marzo Scott ataca el puerto de Veracruz y el 18 de abril cae derrotado Santa Anna en Cerro Gordo.

El ejército invasor se dirige de Veracruz al centro del país y las fuerzas de Scott llegan a las orillas de la capital. El gobierno central llama a defender la integridad nacional y el general Juan Álvarez, con su División del Sur, llega a México a principios de agosto y estuvo listo para el combate el 28 del mismo mes, esperando órdenes de acuerdo con los planes previamente trazados. Su caballería se ubicó a una legua de Chapultepec, cubriendo el ala izquierda del poniente. Padierna cayó en manos enemigas y el 20 de agosto sucumbió Churubusco por falta de parque. Los norteamericanos aprovechan una tregua del 21 de agosto al 8 de septiembre, en que se da la batalla del Molino del Rey en horas de la madrugada. (v. Álvarez Hurtado, Juan).

Desde el 7 de septiembre, Álvarez esperó las órdenes respectivas que deberían venir del propio Santa Anna, y así permaneció dispuesto para afrontar al enemigo entre la hacienda de Los Morales y el pueblo de Azcapotzalco. Inútilmente esperó la orden definitiva para entrar en acción; esta orden, necesaria y apremiante, nunca llegó. El presidente Santa Anna lo dejó inmóvil con su silencio, y, en cambio, le ordenó retirarse a la zona de Tacuba. Sólo tuvo oportunidad de participar en algunos encuentros sin importancia; enseguida lo mandan a Puebla para que se responsabilice del puesto de comandante general. Mientras, el presidente retiraba gran parte del ejército del frente central y, otro tanto, de la zona izquierda, conduciéndolos al área poblada de la ciudad, aduciendo que Scott no daba señales de aceptar una batalla frontal.

El general Nicolás Bravo tenía en la ordenanza la indicación de estar al frente de las fuerzas que tomaron acción, tocándole realizar una jornada brillante en la defensa del Castillo de Chapultepec, donde estaba funcionando el Colegio Militar, que destacó por la heroica participación de los cadetes

El joven militar tixtleco Vicente Jiménez estuvo en las líneas de defensa apostadas en Churubusco; de allí pasó a defender las calles de San Cosme y las de Peralvillo, entre el 14 y el 16 de septiembre. Santa Anna tuvo que huir al extranjero, y lo sustituyó en el poder Manuel de la Peña y Peña. Los tratados de paz se llevaron a cabo en la Villa de Guadalupe Hidalgo el 2 de febrero de 1848. Este episodio bélico trajo como consecuencia la pérdida de los territorios de Texas, Nuevo México, Alta California; partes de Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas.

6.– La erección del estado de Guerrero (1849).

El general Nicolás Bravo realizaba su carrera política. Fue miembro del Supremo Poder Ejecutivo, junto con Guadalupe Victoria y Pedro Celestino Negrete, del 31 de marzo de 1823 al 10 de octubre de 1824. Siendo enemigos políticos, se unió al general Álvarez para tratar sobre la creación del Departamento del Sur, que él había presentado por primera vez en 1835 cuando se trataba de integrar la Constitución centralista, no lográndose este propósito debido a la inestabilidad social que prevalecía.

El 10 de octubre de 1841 ambos se propusieron formar el Departamento de Acapulco, que comprendía la prefectura de Acapulco, Chilapa, Tlapa y Taxco; la subprefectura de Huetamo y el distrito de Cuernavaca. Esta petición fue ratificada el 10 de noviembre por la Junta de Notables reunida en Chilpancingo. Pero lo impidió la llegada a la presidencia del general Santa Anna, aplazándose para fechas en que se reuniera el Congreso Constituyente y se pudieran expedir las Bases Orgánicas. Santa Anna influyó para que no se realizara este proyecto.

El 14 de mayo de 1847, viviendo el país nuevas circunstancias, el Congreso aprobó la creación del estado de Guerrero –nombre propuesto por Álvarez–, quedando integrado por los distritos de Acapulco, Chilapa, Tlapa y Taxco, y la municipalidad de Coyuca (de Catalán).

Los estados que se veían afectados –México, Puebla y Michoacán– no estaban plenamente de acuerdo en perder parte de su territorio. Además, la guerra con EU hizo que el proyecto no se realizara. Hubo necesidad de buscar la aprobación de las dos terceras partes de las legislaturas locales y del Senado de la República. Los estados de México y Puebla lo aceptaron el 16 de octubre de 1848; el de Michoacán, hasta el 23 de noviembre, lo que posibilitó que fuera aprobada el 27 de octubre de 1849, siendo presidente de la República José Joaquín de Herrera, quien expidió el decreto correspondiente. (v. Herrera y Ricardos, José Joaquín de.)

Se designó capital provisional del estado a la ciudad de Iguala. El 18 de noviembre salió la convocatoria para la elección de diputados constituyentes. El 30 de enero de 1850 se instaló la Primer Legislatura, quedando integrada por Mariano Herrera, Diego Álvarez, Ignacio Cid del Prado, Juan B. Solís, Miguel Quiñones, Félix María Leyva, Juan José Calleja, José María Añorve de Salas, Luis M. Guillén, Eugenio Vargas y Miguel Ibarra.

Al día siguiente, los legisladores nombraron gobernador provisional al general Juan Álvarez. En febrero apareció el periódico oficial con el nombre de Aurora del Sur. El 16 de marzo se promulgó la Ley Orgánica Provisional para el Arreglo Interior del estado de Guerrero. El 21 de marzo se dispuso el cambio de la capital a Tixtla, donde se da a conocer la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Guerrero; se sanciona el 14 de julio de 1851 y es publicada el 26 del mismo mes.

Instalado como gobernador de Guerrero, Juan Álvarez tuvo un breve receso cuyo interinato fue cubierto por el coronel Miguel García, del 13 de junio de 1850 al 15 de enero de 1851; a su regreso estuvo al frente del gobierno hasta el 30 de octubre de 1853, cuando Santa Anna ya era presidente de la República y aplicaba la dictadura. Gran descontento causó en el pueblo mexicano la venta de La Mesilla en diciembre de 1853.

Nuevamente se retira de la gubernatura el general Álvarez y queda en su lugar el general Tomás Moreno, que cambió la capital a Chilpancingo para evitar el contagio de los miembros del gobierno de una epidemia de cólera que azotó a Tixtla causando muchos muertos. Posteriormente regresan las instituciones Mientras, el gobierno de Santa Anna restringía las libertades elementales, desaparecían los derechos sociales, crecía el latifundismo y se desamparaban los talleres y obrajes en detrimento de los gremios existentes. Se vulneraba el poder del Congreso, se suprimían los ayuntamientos y se despreciaba toda ley. Nada podía contradecirse a la voluntad del centralismo impuesto por los conservadores.


Decreto de la erección del estado de Guerrero.

Los liberales desterrados comenzaron a proyectar la lucha contra la situación imperante, y el sur del país se convirtió en adalid por la libertad. Álvarez ofreció apoyo al presidente Arista, que ocupaba legalmente la primera magistratura; pero éste, para evitar derramar más sangre en luchas estériles, prefirió renunciar, y Santa Anna sentó plaza definitivamente.

7.– La Revolución de Ayutla (1854–1855).

Al iniciarse 1854 el general Santa Anna mandó fuerzas contra el Gobierno del estado para desplazar al general Álvarez; el pretexto que esgrimió fue que se debía atacar a un grupo de piratas que pretendían saquear el Puerto de Acapulco; por mar y tierra cercó a la ciudad porteña; destituyó al administrador de la aduana, que era Ignacio Comonfort, y al jefe político y comandante militar de la Costa Chica, Florencio Villarreal, y ordenó el cambio del gobernador Tomás Moreno, imponiendo al general Ángel Pérez Palacios.

Estas órdenes y movimientos hechos por Santa Anna aceleraron las actividades de Juan Álvarez, que preparaba en su hacienda La Providencia la redacción de un plan político que lanzaría Florencio Villarreal el 1 de marzo en la población de Ayutla. El 11 de marzo de 1854 la guarnición del puerto se adhería a dicho plan y designó a Comonfort gobernador del mismo y jefe provisional de las fuerzas levantadas. Comonfort hace la invitación al general Álvarez a sumarse al movimiento como jefe supremo del Ejército Restaurador de la Libertad, aceptándolo el día 13, fecha en que nombra al general Tomás Moreno como segundo al mando.

Pérez Palacios asume el poder en el estado el 6 de marzo; el general santanista Luis Noriega penetra por la Costa Chica, el coronel Francisco Cosío Bahamonde por la región de Huetamo, y, al frente de otra fuerza de cinco mil hombres, el mismo Santa Anna salió de México el 16 con rumbo a Guerrero. Fusiló a cuanto sospechoso encontró en su camino. El guerrillero Faustino Villalba lo amagó en dos ocasiones cerca del río Mezcala y siguió su avance hacia Chilpancingo con rumbo al puerto, donde presentó batalla en El Coquillo el día 13 de abril.

Intentó sorprender el Fuerte de San Diego, que estaba bajo el mando de Comonfort, el día 20; pero seis días después dio la vuelta de retiro. En su camino de regreso incendió pueblos y asesinó sospechosos; el día 30 presentó batalla en el cerro de El Peregrino y fue derrotado por los hijos de Álvarez, Diego y Encarnación. En plena huída, sus tropas fueron diezmadas en Mezcala, donde los esperaba Villalba, quien poco después moriría tras la toma de Iguala el 12 de julio siguiente en un enfrentamiento con Félix Zuloaga, cuando trataba éste de recuperar la Costa Grande, pero lo impidió Juan Álvarez derrotándolo en Nuxco en enero de 1855, decidiendo sus integrantes pasarse a las filas revolucionarias guerrerenses.

Aumentadas las tropas y el arsenal liberales, se tomó la plaza de Huetamo; las tropas gobiernistas destacadas en Ajuchitlán se incorporaron también al contingente de Álvarez. En febrero, el gobierno santanista solamente contaba en Guerrero con las plazas de Chilpancingo y Chilapa. A ésta, los liberales la tomaron a sangre y fuego el 25 de ese mes. Álvarez se dirigió a Chilpancingo con el mismo propósito, deteniendo su marcha en la hacienda de Mazatlán, sin atacar su objetivo para evitar un derramamiento inútil de sangre.

Al finalizar el mes Álvarez y Comonfort se habían reunido en Texca y decidieron citar a los principales liberales del sur en la hacienda La Providencia; además de ellos estuvieron presentes Trinidad Gómez, Diego Álvarez, Eligio Romero, Rafael Benavides, por citar los más conocidos. Decidieron redactar un plan desconociendo al sátrapa. Otros puntos importantes eran: nombrar un Presidente interino, convocar a un Congreso Constituyente y devolver al país su carácter de República representativa y popular. Se inicia con ello el camino de la Reforma.

Ya elaborado el proyecto, se le envió al coronel Florencio Villarreal y éste lo proclama en Ayutla el 1 de marzo de 1854. El día 11 lo secunda la guarnición de Acapulco y el 13 acepta el general Álvarez jefaturar la revolución, poniéndose al frente de ella al día siguiente. El general Nicolás Bravo fue invitado a los acontecimientos, pero, sorpresivamente, fallece en Chilpancingo el 22 de abril. (v. Plan de Ayutla.)


Mural alusivo al Plan de Ayutla en el interior del Palacio Municipal de Ayutla de Los Libres.

A los pocos días se retiró del lugar Santa Anna, quien pretendió volver para emprender otra campaña, pero sus pasos se detuvieron en Iguala. El gobernador impuesto, Pérez Palacios, perdió su representatividad, que duró del 6 de marzo de 1854 al 1 de mayo de 1855; fue sustituido por Marcial López Lazcano, quien cubrió el periodo del 2 de mayo al 26 de octubre del mismo año.

Esta situación avivó el fervor revolucionario y surgieron caudillos como Narciso, Juan y Miguel Antonio de Nava, Pascual Ascencio Torres, José María González, Juan Antonio, Martín Ojendiz, Faustino Villalba y su hijo Jesús. Las batallas que acabaron con el santanismo en Guerrero se libraron en Zumpango del Río, Taxco y Xochipala. El historiador Pierre Fox dice que a fines de julio Benito Juárez busca al general Álvarez y, pasando de incógnito, se incorpora a sus fuerzas. El 4 de agosto de 1855 el dictador salió huyendo de la Ciudad de México y el 16 se embarcó desterrándose del país.

El 24 de septiembre, en Iguala, Álvarez nombró a los representantes de las entidades federativas, punto señalado en el plan para nombrar al presidente del país, y partió a Cuernavaca. El 4 de octubre fue electo presidente interino de la República en esa ciudad. Desde allí designó al general Tomás Moreno gobernador de Guerrero, cargo que desempeñaría del 27 de octubre de 1855 al 5 de mayo de 1856.

Se dice que el Plan de Ayutla tenía un programa secreto que el santanismo llamó “Plan de los demagogos”, cuando tuvieron conocimiento de él. Álvarez ocupó la Presidencia de la República hasta el 11 de diciembre del mismo año, tiempo que le fue suficiente para realizar las actividades más ingentes, como convocar al Congreso Constituyente y promulgar la Ley Juárez.

El gabinete que el presidente Álvarez nombró quedó integrado de esta manera: Melchor Ocampo, ministro de Relaciones Exteriores; Benito Juárez García, Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública; Ponciano Arriaga, Gobernación; Guillermo Prieto, Hacienda; Santos Degollado, Fomento; y, Guerra, Ignacio Comonfort.

8. Guerra de Reforma (1858–1860).

La lucha entre federalistas y centralistas, que es lo mismo decir entre liberales y conservadores, se remonta a 1833, cuando Valentín Gómez Farías, en su carácter de vicepresidente de la República, en ausencia del presidente Antonio López de Santa Anna, dictó una serie de reformas políticas y sociales de corte liberal que lo enfrentaron directamente con los intereses conservadores.

Los liberales, entre quienes se contaban, en su mayoría, hombres letrados, de ideas avanzadas y partidarios del federalismo, se opusieron vigorosamente a los conservadores, que era un grupo compacto formado por ricos hacendados, jefes militares y el alto clero. Se les llamó conservadores porque pretendieron a toda costa mantener intactos sus privilegios, al amparo de una estructura política central.

Las reformas de Gómez Farías provocaron un levantamiento armado de los conservadores que al grito de “religión y fueros” combatieron a Juan Álvarez y a Guadalupe Victoria en Chilapa, pero fueron derrotados. En la misma población, el periódico La Antorcha publicó un manifiesto de Nicolás Bravo en apoyo a los federalistas. Cuando Santa Anna reasumió la Presidencia, en 1834, los grupos económicamente privilegiados lanzaron el Plan de Cuernavaca, en el que desconocían las reformas liberales. Dicho plan encontró apoyo en varias poblaciones de nuestro estado, lo que obligó a Juan Álvarez, junto con el general Montes de Oca y los coroneles Cesáreo Ramos y Luis Pinzón, a combatir a los conservadores.

La rebelión federalista no tuvo el eco que se esperaba y fue duramente reprimida. Santa Anna disolvió el Congreso de la Unión, desconoció a los gobernadores y anuló las reformas liberales de Gómez Farías; al promulgar las llamadas Siete Leyes en diciembre de 1836 se estableció un gobierno central y los estados pasaron a ser denominados departamentos, sometidos a la autoridad del referido gobierno.

Las luchas se sucedieron, con el intervalo de la guerra contra EU, que alevosamente invadió el territorio mexicano, y la erección del estado de Guerrero el 27 de octubre de 1849. Santa Anna volvió a ocupar por última vez la Presidencia en 1853 y, desde luego, inició una implacable represión contra los liberales, con el agravante de imponer desmesuradas cargas hacendarias, lo que motivó la proclamación del Plan de Ayutla, en marzo de 1854, que logró el derrocamiento de Santa Anna y la expedición de la Constitución de 1857, eminentemente liberal.

Nuestra primera Constitución federalista, la de 1824, había estado vigente desde ese año hasta 1835, y después, entre 1846 y 1853, cuando Santa Anna la derogó de facto. Con antelación, Álvarez renunció a la Presidencia interina y nombró a Ignacio Comonfort para sucederlo. La nueva Constitución, que restableció el sistema federal, representativo y popular, desde luego fue repudiada por los conservadores.

El clero promovió en Guerrero una rebelión encabezada por Bonifacio Morales y Joaquín Villalobos, la cual fue combatida con éxito por Juan Álvarez, en Azoyú. Juan Vicario, auspiciado por conservadores, encabezó nuevos levantamientos. En Chilapa los rebeldes derrotaron al coronel Vicente Jiménez, pero Juan Álvarez fue en su auxilio junto con Manuel Negrete, y en Iguala, Chilapa, Cuesta del Platanillo, Taxco y Pilcaya vencieron a los rebeldes.

Comonfort, al fin moderado, pretendió gobernar tratando de llegar a un arreglo con los conservadores, que aprovecharon la oportunidad, a través del general Félix Zuloaga, encargado militar de la plaza de México, para desconocer la Constitución, con el Plan de Tacubaya.

Al sumarse al plan, Comonfort, en su carácter de presidente, avaló el desconocimiento de la Ley Fundamental. Los conservadores nombraron como presidente interino a Zuloaga, pero Comonfort, antes de abandonar el gobierno, liberó de la cárcel a Benito Juárez, quien desempeñaba el cargo de presidente de la Suprema Corte de Justicia y, por tanto, al faltar el Presidente, de acuerdo a lo dispuesto por la referida Constitución, debía asumir la Presidencia de la República, como en efecto lo hizo, y salió de la Ciudad de México para instalar su gobierno en Guanajuato.

Así se inició la Guerra de Reforma o Guerra de Tres Años, que duró de enero de 1858 a diciembre de 1860 y finalizó con la batalla de Calpulalpan, en la que el ejército republicano derrotó por completo a los conservadores. Durante la guerra, Vicario fue ascendido a coronel por Miguel Miramón y pretendió apoderarse de todo el estado de Guerrero, pero, otra vez, el patriota Juan Álvarez organizó la lucha en defensa de la causa constitucionalista; dividió sus fuerzas en tres brigadas: una, al mando de Vicente Jiménez, operó en los valles centrales, la sierra del norte y La Montaña; la segunda, al mando de José María Arteaga, avanzó sobre Tierra Caliente; la tercera, fue dirigida por el general Diego Álvarez en ambas costas. Más tarde, Arteaga fue sustituido por Eutimio Pinzón, y Diego Álvarez por Juan Berdeja, hasta el final de la guerra.

Benito Juárez regresó victorioso a la Ciudad de México en enero de 1861 y en ese mismo año el Congreso declaró Benemérito de la Patria a don Juan Álvarez.

9. La intervención francesa (1862–1867).

Vencidos los conservadores fue necesario restablecer el orden constitucional, y parte importante de ese propósito fue procurar el incremento del ingreso pecuniario del gobierno, pues las arcas públicas estaban prácticamente vacías. Por ello, Juárez, en julio de 1861, se vio obligado a solicitar al Congreso que se suspendiera por dos años el pago de la deuda externa, lo que dio por resultado que Francia, Inglaterra y España firmaran en Londres un convenio para enviar tropas a México con el fin de exigir el pago.

El conflicto pareció resolverse cuando se garantizó el adeudo con el aval de Estados Unidos, que se comprometió a pagar los intereses de una deuda que ascendía a más de 82 millones de pesos. Inglaterra y España aceptaron el compromiso, pero Francia, que estaba decidida a instaurar un imperio, apoyada por los conservadores, avanzó hacia el interior del país en abril de 1862.

El 5 de mayo del mismo año, los soldados mexicanos derrotaron a los franceses. Juárez se dirigió a la nación anunciando que la Patria estaba en peligro y que era necesario que todos los mexicanos la defendieran. En Guerrero, el gobernador Vicente Jiménez solicitó al Congreso local licencia para separarse del cargo y dedicarse a organizar el contingente que combatiría a los intervencionistas. Por su parte, Juan Álvarez encabezó la lucha en nuestro territorio, cubriendo con tres brigadas Tierra Caliente, los valles centrales y ambas costas. A su hijo Diego le encargó la defensa de Acapulco, que pretendían ocupar los franceses. (v. Jiménez Bello, Vicente; y, Álvarez Benítez, Diego.)

El 12 de febrero de 1862 el coronel Mariano Nava derrotó en Amojileca a una columna invasora al mando del conservador José María Vizoso. Félix Zuloaga ocupó Iguala en marzo de ese año. Leonardo Márquez, José María Cobos y Manuel Carranza pusieron sitio a Teloloapan, pero fueron rechazados por el general Eutimio Pinzón. A su vez, Vicente Jiménez, Mariano Nava, Canuto A. Neri y Onofre Arellano derrotaron en Chilpancingo a los conservadores Vizoso y José María Castillo.

El 10 de enero de 1863 Acapulco fue atacado por una escuadra francesa. Cesáreo Ramos, al mando de los defensores, repelió la agresión después de tres días de encarnizada lucha. En julio del mismo año una columna francesa y las tropas conservadoras de Vicario se apoderaron sucesivamente de Cuernavaca, Iguala, Taxco, Teloloapan y Chilapa. Porfirio Díaz acudió en auxilio de los defensores de la República y en octubre recuperó Taxco, Iguala y Tepecoacuilco; en noviembre liberó Chilapa.

Las tropas francesas tomaron Acapulco en julio de 1863; estuvieron en el puerto hasta diciembre, cuando una columna republicana al mando del coronel Rafael Solís los derrotó en Pueblo Nuevo.

Entretanto, Maximiliano aceptó el imperio que se le ofrecía, previo falso plebiscito, según el cual la mayoría de los mexicanos le pedían que los gobernase, y el 12 de junio de 1864 fue recibido en la Plaza de Armas de la capital del país.

En el estado de Guerrero continuaron las hostilidades. Vicario sitió Chilapa del 22 de octubre al 10 de noviembre de 1864, fecha en que Vicente Jiménez, con el apoyo de Juan Álvarez, rompió el sitio. Por su parte, y casi inmediatamente, José María Bernal dirigió su caballería contra los imperialistas refugiados en El Zoyatal, que se localiza en las inmediaciones de Chilapa, forzando la retirada de Vicario. Con esta acción y con la entrega de Acapulco por las tropas francesas, nuestra entidad quedó en poder de los defensores de la República.

10.– El Porfiriato (1876–1911).

Restablecida la República, Benito Juárez regresa a la capital mexicana el 15 de julio de 1867 y toma posesión de la misma. El gobierno que preside Juárez se reelige en 1872 y esto provoca el levantamiento conocido como Plan de la Noria, que prácticamente se disolvió con la muerte repentina del Presidente el 18 de julio del mismo año. Juárez había nombrado gobernador de Guerrero al general Francisco Otálora Arce. Al presidente Juárez lo sucede en el poder Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la Suprema Corte de Justicia, que en 1875 pretende reelegirse. Porfirio Díaz lanza en esta ocasión el Plan de Tuxtepec y se levanta en armas contra el presidente Lerdo, que se refugia en EU el 20 de noviembre de 1876.

Porfirio Díaz entra triunfante a la capital el 23 y toma el poder para cubrir el periodo 1876–1880. En este último año pasa la Presidencia al general Manuel González. Nada le impidió al general Díaz ser candidato para 1884–88, y vuelve a ganar las elecciones. A partir de la fecha, continúa reeligiéndose durante los periodos siguientes hasta que estalla en su contra la Revolución de 1910. (v. Otálora Arce, Francisco; y, Díaz Mori, Porfirio, en Chilpancingo.)

En ese lapso de 26 años manipuló las elecciones de las cámaras a su criterio, manejando con ductilidad al Poder Judicial. Obró de la misma manera en las elecciones estatales. Practicó la política de “mátalos en caliente”, cuando hubo levantamientos en su contra, formando juicios sumarios a sus opositores y pasándolos de inmediato por las armas. Así logró lo que se ha llamado la “paz porfiriana”.

Quienes apoyaron el Plan de Tuxtepec en Guerrero fueron: Enrique M. Sosa, de Atlamajac; José Sánchez, de Soyatlán; Jesús Márquez, de Chilapa, y, Vicente Cuenca, de Iguala; todos con poder militar y tropa. El gobernador Diego Álvarez los combatió y se apoyó en el general Canuto A. Neri. Jesús Márquez fue el primero de ellos que murió en batalla. Varias victorias lograron los guerrerenses. Pero el general Díaz triunfa en el interior del país y llega victorioso a la capital.

El nuevo presidente, para pacificar Guerrero, nombra al general Vicente Jiménez gobernador del mismo. Diego Álvarez se retira a La Providencia. Se nombró comandante militar al general Rafael Cuéllar. Después, siguieron sosteniendo algunos encuentros adversos. Presionado, Álvarez renuncia formalmente a la gubernatura y se le acepta; el gobernador Jiménez, impuesto por mandato superior, le otorgó garantías.

Fue nombrado secretario de Fomento, Colonización, Industria y Comercio el general Vicente Riva Palacio, nieto del libertador de México, Vicente Guerrero, y designó como oficial mayor de su dependencia al licenciado Ignacio Manuel Altamirano.

El gobernador Vicente Jiménez trató de pacificar el estado persiguiendo a la gente del general Diego Álvarez. Después de cruentos enfrentamientos entre ambos grupos, el presidente Díaz intervino para acabar con las sangrientas disputas. Destituyó al gobernador el 7 de mayo de 1877, el 9 de mayo nombra a Rafael Cuéllar como gobernador provisional y el 3 de octubre, por elecciones, toma posesión del Gobierno del estado. Tuvo como característica ser ausentista. Al mismo tiempo, Canuto A. Neri fue designado vice–gobernador. El 27 de mayo Diego Álvarez dio satisfacciones al presidente Díaz y al gobernador Cuéllar. Tras estos acontecimientos solamente lo acuartelaron en Acapulco.

Tras el primer periodo presidencial de Porfirio Díaz fue electo el general Manuel González para el periodo 1880–1884. En Guerrero fue llevado a la primera magistratura, del 1 de abril de 1881 al 31 de marzo de 1885, el general Diego Álvarez, quien ocupó la representación, con ausencias que cubrió el ingeniero Francisco González Frías. Realizó varias obras: el 5 de mayo de 1883 inauguró el Palacio de Gobierno y el reloj público de la iglesia, en Chilpancingo; el agua potable, en Acapulco, y el Palacio Municipal, en Tepecoacuilco, favoreciendo notoriamente la agricultura, la industria y la minería.

Pese al apoyo dado por Diego Álvarez al campo, surge en Tlapa, a principios de 1883, la lucha contra los feudos al grito de “Libertad municipal y ley agraria”,movimiento que falló por falta de recursos pero que se manifestó como un antecedente de los levantamientos contra el régimen.

Vuelve a aparecer al frente del Gobierno estatal el general Francisco O. Arce en el periodo del 1 de abril de 1885 al 31 de marzo de 1889. Se retira por cuatro meses quedando en su lugar el diputado Manuel Parra. Se convierte en gobernador porfirista. El Congreso lo reelige el 17 de marzo de 1889 para el periodo que finalizaría en 1893. Solicitó otro permiso, que cubre como interino el mismo Parra.

Fomentó la educación, y cambió el nombre de Arroyo Grande por el de Arcelia. Organizó su reelección para el periodo 1893–1897, por cuarta vez, pero se encontró con serios opositores. Enterado de que esta resistencia repercutía en la Presidencia de la República, pidió un permiso el 20 de marzo de 1893, dejando que cubriera su interinato el doctor Parra, quien siempre fue su relevo. Vencido el permiso, y al no presentarse el titular, se nombra gobernador interino al señor Mariano Ortiz de Montellano.

En protesta surge la rebelión del general Canuto A. Neri en contra de ambos gobernantes. Arce renunció formalmente desde México y Neri se somete a la Federación, después de algunos enfrentamientos que inició en Mezcala, en octubre. Para nulificarlo, el presidente Díaz organizó dos avanzadas hacia Guerrero: una, de diálogo, encabezada por los diputados federales Manuel Guillén y Vicente Sánchez; y la otra, de fuerza militar que, ramificada, partía de Oaxaca, México, Puebla, Morelos y Michoacán, cerrándose en círculo. Neri se sometió a proceso y se le envió a Chilpancingo bajo vigilancia. (v. Neri, Canuto Alejo.)


Gral. Canuto A. Neri.

Otro acontecimiento importante en estos tiempos fue la muerte del ilustre tixtleco Ignacio Manuel Altamirano, ocurrida en San Remo, Italia, el 13 de febrero de 1893. Años después, en 1956, por iniciativa del diputado guerrerense Moisés Ochoa campos, el gobierno de México inauguró el 13 de febrero de 1960 un monumento erigido en su memoria en la casa donde falleciera. (v. Altamirano Basilio, Ignacio Manuel.)


Ignacio Manuel Altamirano.

Antonio Mercenario fue gobernador de 1893 a 1901. Militar centroamericano, ausentista y venal. Un grupo de jóvenes impidió su segunda reelección, activando movimientos en su contra. Fueron severamente perseguidos; algunos se dispersaron y otros resultaron muertos. Para sustituirlo, Porfirio Díaz nombró gobernador al poblano Agustín Mora. Se le opone como candidato Rafael del Castillo Calderón. Fue perseguido él y quienes lo apoyaron. Esto originó que se rebelara Anselmo Bello, en Mochitlán, el 21 de abril de 1901, basado en el Plan del Zapote, que se extendió a Quechultenango, Atoyac y Tlalchapa. Para reprimirlos se envió a Victoriano Huerta.

En Mezcala fue fusilado Eusebio S. Almonte junto con el profesor Elías Ramírez, que le había dado albergue en su casa; los hechos ocurrieron el 5 de junio de 1901.

Luego fueron gobernadores Manuel Guillén y Damián Flores, que pasaron sin honor ni gloria en su representación política. Así se ligaron los acontecimientos en Guerrero, cuando surgió la Revolución de 1910.

11. La Revolución de 1910.

Moisés Ochoa Campos en su libro Historia del estado de Guerrero enumera, con acierto, las principales causas de la Revolución en el estado: la imposición de gobernadores que durante el Porfiriato procedían de otras partes del país; su despotismo, el continuismo que se produjo en el caso de algunos de ellos y el menosprecio con que se trataba al pueblo; el caciquismo regional; la cancelación del sufragio; las levas y trabajos forzados; las injustas cargas tributarias, entre las que destacaba el impuesto personal que se pagaba por el sólo hecho de vivir; el latifundismo imperante; el desastre agrícola, que incluía la explotación del indígena; el jornal diario de 21 centavos, que era el más bajo de la República y condenaba a la miseria a los peones; la bancarrota minera; pero, como afirma el citado autor, sobre todo “el anhelo de un cambio político y social que acabara con el feudalismo imperante y abriera nuevos rumbos al estado”.

En abril de 1901 Rafael Castillo Calderón encabezó el primer levantamiento armado contra Porfirio Díaz. La rebelión se institucionalizó con el Plan del Zapote, firmado en Mochitlán, y fue dura y sangrientamente reprimida por Victoriano Huerta, lo que valió que el anciano dictador lo ascendiera a general brigadier.

Gonzalo Ávila Díaz, originario de Tepecoacuilco, en 1905 inició la lucha agraria en Guerrero, precursora del movimiento zapatista. Ávila Díaz y Salustio Carrasco Núñez, según una antigua tradición, fueron los verdaderos autores del Plan de Ayala, proclamado el 28 de noviembre de 1911, pues ellos se lo enviaron a Otilio Montaño dentro de un bastón barrenado.

Eucaria Apreza, de Chilapa, reunió en su casa a los partidarios del maderismo y, después de 1910, aportó fuertes cantidades de dinero para apoyar el movimiento revolucionario. (v. Apreza García, Eucaria.)

Luis Rivas Iruz, en 1908, alcanzó notoriedad atacando al porfirismo por medio de la prensa y fue el organizador de los primeros grupos maderistas.

El historiador Vicente Fuentes Díaz afirma en su Historia de la Revolución en el estado de Guerrero que fue Huitzuco la cuna del primer club antireeleccionista, fundado en enero de 1910 por el ingeniero Octavio Bertrand, emisario personal de Madero, quien dejó formalmente comprometidos a José Inocente Lugo y Matías Chávez, en Iguala, y a los vecinos de Huitzuco, encabezados por los hermanos Ambrosio, Rómulo y Francisco Figueroa, Fidel Fuentes, Martín Vicario y Agustín Abundes.

Huitzuco fue también el escenario donde sonaron los primeros disparos de la Revolución, en Guerrero, el 28 de febrero de 1911. Los maderistas resistieron en esa población la embestida de los rurales, con las armas que les había enviado Alfredo Robles Domínguez. La chispa incendió casi todo el territorio guerrerense, al enterarse los surianos que el presidente Díaz había suspendido las garantías individuales en el país. Julián Blanco tomó Tierra Colorada y Hueycantenango, apoyado económicamente por Eucaria Apreza; y Amado Rodríguez Espinoza inició la Revolución en la región de Chilapa.

Para abril de 1911 se habían levantado en armas, además de los enunciados, Jesús H. Salgado, en Teloloapan; Laureano Astudillo, en Tixtla, y Pedro Pineda, en Zitlala. Los hermanos Enrique y Pantaleón Añorve se apoderaron de Ometepec; Manuel Meza e Isidoro C. Mora entraron victoriosos en Ayutla. Tomás Gómez y Manuel Villegas tomaron, sucesivamente, San Jerónimo, Tecpan y San Luis.

En Tierra Caliente los hermanos Alfredo, Leonel, Héctor y Homero López se posesionaron de Coahuayutla, La Unión, Zihuatanejo, Pantla y Petatlán. En la zona de La Montaña, Juan Andreu Almazán tomó Huamuxtitlán y Tlapa. El 14 de mayo de 1911 Julián Blanco, en un audaz asalto, se adueñó de Chilpancingo, que estaba defendida por 800 soldados de línea. Un día antes había caído Iguala en manos de los Figueroa y de Martín Vicario. Sólo Acapulco, de las plazas importantes, permanecía en poder de las tropas porfiristas, pero el 10 de mayo, Añorve, Centurión y Mariscal le pusieron sitio y, al fin, cayó en poder de los revolucionarios el 2 de junio del referido año de 1911.

Los seguidores de Madero, prácticamente dueños del territorio guerrerense, nombraron gobernador provisional al profesor Francisco Figueroa Mata, quien desempeñó el cargo del 17 de mayo al 30 de noviembre del mismo año. La Revolución había triunfado en Guerrero.


Tropas maderistas a las afueras de Chilapa. En primer plano Juan Andreu Almazán (Foto: Los Salmerón. Un siglo de fotografía en Guerrero).

Porfirio Díaz renunció a la Presidencia y se embarcó rumbo a Europa, habiéndose firmado antes los funestos Tratados de Ciudad Juárez.

El gobernador Figueroa expidió su Decreto 1 aboliendo las odiosas prefecturas políticas y los juzgados especiales. En su Decreto 2 suprimió el impuesto personal. Después restableció el municipio libre, normalizó la marcha del estado y, en su Decreto 3, convocó a elecciones para gobernador, en las que resultó triunfador el licenciado José Inocente Lugo, quién asumió su cargo el 1 de diciembre de 1911. De este modo, el licenciado Lugo fue el primer gobernador libremente elegido por el pueblo.

12. Periodo post revolucionario.

Con las muertes de Emiliano Zapata (1919) y de Venustiano Carranza (1920) se cierra la segunda década del Siglo XX, al tiempo que la rendición de Villa ante el gobierno en 1920 permite la tranquilidad para consolidar la reconstrucción nacional.

Las figuras políticas y los gobiernos de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles marcaron estos años; en 1918 había vuelto al poder, en Guerrero, Francisco Figueroa Mata, que desconoció en abril de 1919 al presidente Carranza y prestó grandes auxilios al general Álvaro Obregón cuando éste se refugió en Guerrero después de su escapatoria de la Ciudad de México.

Fue gobernador obregonista (1921–1925) el licenciado Rodolfo Neri, salvo el paréntesis del 30 de noviembre de 1923 al 19 de marzo de 1924, en que lo despojó del mando el delahuertista Urbano Lavín. (v. Neri Lacunza, Rodolfo).

El gobernador Héctor F. López inició su periodo el 1 de abril de 1925, y dos meses después promovió ante el Congreso la reforma a la Ley del Municipio Libre, a efecto de adoptar la representación proporcional en las elecciones de ayuntamientos, lo cual resultó muy avanzado para la época. (v. López Mena, Héctor F.)

Panorámica de Chilapa hacia 1930 (Foto: Los Salmerón. Un siglo de fotografía en Guerrero).

La política del estado no cambió de signo a pesar de las nuevas ideas democráticas y de la pacificación general del país: el 1 de febrero de 1928 las fuerzas federales, al mando del general Fox, derrocaron al gobernador y la Legislatura derogó la ley precursora.

Cubierto el interinato de dos meses por el coronel Enrique Martínez se hizo cargo del gobierno el general Adrián Castrejón, quien entregó tierras a los campesinos, construyó 300 escuelas, inició las carreteras de Chilpancingo a Tixtla y de Iguala a Teloloapan, y fomentó nuevas actividades económicas. Pero el 25 de marzo de 1933, una semana antes de que terminara su periodo, una división política en la Cámara, que los diputados dirimieron a balazos, produjo el desafuero del gobernador y la entrega anticipada del poder al general Gabriel R. Guevara, el cual, a su vez, fue también desaforado en noviembre de 1935, habiendo terminado el mandato José Inocente Lugo.

El 1 de abril de 1937 asumió la gubernatura el general Alberto F. Berber, pero fue desconocido el 18 de febrero de 1941. El profesor Carlos F. Carranco Cardoso, que cubrió el interinato hasta el 30 de junio de ese año, realizó en cuatro meses lo que algunos de sus antecesores no habían hecho en años. (v. Castrejón Castrejón, Adrián; Guevara Orihuela, Gabriel R.; Lugo Gómez, José Inocente; y, Carranco Cardoso, Carlos F.)


Alameda y Hospital Guerrero de Chilpancingo en 1940 (Foto: Los Salmerón. Un siglo de fotografía en Guerrero).

La administración del coronel Gerardo Rafael Catalán Calvo (1941–1945) expidió la Ley del Poder Judicial y respetó la autonomía de éste; convocó a congreso a los agentes del Ministerio Público, para instruirlos; incrementó la construcción de escuelas y carreteras, desarrolló la red telefónica e inició la transformación de Acapulco.

El periodo de gobierno se amplió de cuatro a seis años, y entregó el poder, pacífica y legalmente, a su sucesor, el general Baltasar R. Leyva Mancilla (1945–1951), quien continuó impulsando todos aquellos ramos, en especial el educativo, pues diseñó la fórmula, que luego se aplicó nacionalmente, de las escuelas secundarias por cooperación. (v. Catalán Calvo, Gerardo Rafael; y, Leyva Mancilla, Baltasar R.)

El licenciado Alejandro Gómez Maganda mantuvo el ritmo de progreso de la entidad, pero a causa de sus diferencias con el Gobierno Federal fue desconocido, junto con los otros dos poderes, el 21 de mayo de 1954, terminando el periodo el ingeniero Darío L. Arrieta Mateos hasta el 31 de marzo de 1957, quien durante su gestión fundó la Escuela de Promoción Agropecuaria de Chilpancingo y la Dirección de Pensiones del estado; expidió la Ley Ganadera y la de Protección al Menor; mandó construir 30 pistas rurales de aterrizaje e impulsó la construcción de varias carreteras.

El 1 de abril de 1957 asume la gubernatura el general Raúl Caballero Aburto, hasta el 4 de enero de 1961, en que el Congreso de la Unión declaró desaparecidos los poderes de la entidad, como consecuencia de la crisis política local de octubre de 1960, cuando sus diferencias con el Ayuntamiento de Acapulco se propagaron a la Universidad estatal y el Ejército reprimió con violencia las protestas populares en Chilpancingo. (v. Gómez Maganda, Alejandro; Arrieta Mateos, Darío L.; y Caballero Aburto, Raúl.)

El licenciado Arturo Martínez Adame ocupó el cargo hasta el 31 de marzo de 1963; procuró restablecer la paz social; creó las jefaturas agrícolas de zona de Tlapa y Chilapa, la Junta de Conciliación y Arbitraje de Acapulco; desarrolló las comunicaciones, la electrificación y la enseñanza.

Le sucedió el médico militar Raymundo Abarca Alarcón (1963–1969), en cuya administración se edificó la Cámara de Diputados y el Palacio de Justicia y se inició la construcción del Palacio de Gobierno; así también, se suscitó una matanza de copreros en Acapulco y el profesor Genaro Vázquez Rojas, en abril de 1968, se lanza a la clandestinidad, dando inicio al movimiento guerrillero.

El gobernador Abarca entrega el poder el 1 de abril de 1969 al profesor Caritino Maldonado Pérez, quien, 17 días después de haber cumplido dos años de gestión, perece en un accidente aéreo cerca del cerro de Miraval. Tras breve interinato de dos días del licenciado Roberto Rodríguez Mercado, asume el cargo el 20 de abril de dicho año el licenciado Israel Nogueda Otero, en cuya administración se emitió la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Guerrero; se radicalizó el movimiento guerrillero, manifestándose en asaltos y secuestros que generaron un clima de inseguridad y violencia en la entidad. A sólo dos meses de concluir su gestión, un grupo de campesinos de Alta Loma y el Mirador lo denuncian ante el Presidente de la República por una supuesta venta fraudulenta de terrenos ejidales; con esta denuncia, la Gran Comisión del H. Congreso de la Unión, en sesión celebrada el 31 de enero de 1975, declara desaparecidos los poderes del estado. (v. Maldonado Pérez, Caritino; y, Nogueda Otero, Israel.)

En mayo de 1977 Nogueda Otero es declarado inocente, por desvanecimiento de datos. No había cometido fraude.

Para suceder al licenciado Nogueda, el Presidente de la República propuso a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión una terna integrada por Gustavo Martínez Cabañas, Humberto Romero Álvarez y Xavier Olea Muñoz, resultando electo e ste último, quien dos meses después cumplió con la responsabilidad de entregar el poder a su sucesor, el ingeniero Rubén Figueroa Figueroa; éste tomó posesión de la gubernatura el 1 de abril de 1975, estableciéndose en su gestión el Programa de Fortalecimiento Municipal, precursor del federalismo actual; fomentó la creación de organismos promotores del desarrollo agropecuario y forestal, como la Impulsora Guerrerense del Cocotero, la Forestal Vicente Guerrero y Celulosa del Pacífico; impulsó el turismo y la educación agropecuaria y realizó importantes obras de servicio y de mejoramiento urbano en las principales ciudades de la entidad.

El 1 de abril de 1981 entregó la gubernatura al licenciado en Economía Alejandro Cervantes Delgado, quien en su gestión procuró mejorar la fisonomía de la capital del estado; creó los organismos denominados Dando y Dando y Canchas Deportivas, a través de los cuales se construyeron numerosas obras de utilidad social; asimismo, creó Radio Guerrero, Televisión Educativa y la Dirección de Asuntos Agrarios.

El sucesor del licenciado Cervantes fue el licenciado en Derecho José Francisco Ruiz Massieu, quien tomó posesión del cargo el 1 de abril de 1987, destacándose su gobierno por la búsqueda de la transformación política; formuló propuestas innovadoras en el ámbito de la administración pública, como lo fue la Ley Electoral. Creó importantes instancias, tales como la Procuraduría de La Montaña, la Procuraduría de Protección Ecológica, la Secretaría de la Mujer y la Comisión Estatal de los Derechos Humanos. Gestionó la construcción de importantes obras, destacándose la autopista del Sol y el proyecto turístico Acapulco Diamante; también impulsó la cultura con la creación de las Jornadas Alarconianas, en Taxco, y la Semana Altamiranista, en Tixtla (v. Ruiz Massieu, José Francisco).

El 1 de abril de 1993 entregó la gubernatura al licenciado Rubén Figueroa Alcocer, quien asumió el cargo en un ambiente de conflictos electorales que, después de más de 100 días de plantón frente al Palacio de Gobierno por parte de integrantes del Partido de la Revolución Democrática, se resolvieron con actitud respetuosa y tolerante del nuevo gobernador. Desde el inicio de su gestión se estableció un programa de mecanización del campo y de distribución de fertilizante, que permitió a Guerrero, por primera ocasión en su historia, lograr una cosecha récord de maíz de más de un millón de toneladas. Durante su segundo año de gobierno logró que la Federación asignara a Guerrero el presupuesto más elevado en la historia del estado.

En su tercer año de gestión, la relativa tranquilidad política del estado se modificó drásticamente con la muerte de 17 campesinos en el punto conocido como El Vado, cercano al pueblo de Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, en un operativo de las fuerzas policiacas estatales (v. Aguas Blancas, Masacre de); ante la presión de organismos no gubernamentales nacionales e internacionales, el licenciado Figueroa se vio obligado el 12 de marzo de 1996 a solicitar licencia ante el H. Congreso del estado para separarse del cargo, el cual designó para sucederlo al licenciado en Economía Ángel Aguirre Rivero quien, desde el inicio de su gestión, implementó acciones concertadas con las principales organizaciones sociales, demostrando una amplia capacidad conciliadora. (v. Figueroa Alcocer, Rubén; y, Aguirre Rivero, Ángel Heladio.)

El 1 de abril de 1999, después del proceso electoral más reñido de la historia de Guerrero, tomó posesión del cargo de gobernador el licenciado en Economía René Juárez Cisneros, quien se distinguió por su frecuente presencia en las diferentes regiones de la entidad, por la construcción de numerosos caminos y puentes, la creación del parque industrial El Ocotito y la modernización urbana de la capital del estado, que incluye la Ciudad de los Servicios con un nuevo Palacio de Gobierno, el Hospital de la Madre y el Niño, importantes vialidades y una zona comercial a la altura de las mejores. (v. Juárez Cisneros, René)

El 1 de abril de 2005 comenzó el mandato del actual gobernador, el C.P. Carlos Zeferino Torreblanca Galindo.

13. Localización geográfica.

Extensión territorial.

La superficie del estado –creado por decreto del Congreso General del 27 de octubre de 1849– fue estimada en 59 231 km2 por el ingeniero Antonio García Cubas en 1889. Hacia 1895 se le asignaron 65 480; en 1910, 64 756; de 1921 a 1950, 64 458, y a partir de 1960, 63 794 km2. Además de los errores de medición, estas discrepancias obedecieron, en un principio, a los conflictos de límites con Michoacán, hasta que en 1906 el presidente Porfirio Díaz dictó un laudo conforme al cual las municipalidades, entonces michoacanas, de Pungarabato y Zirándaro pasaron a la jurisdicción de Guerrero, a cambio de que éste cediera a Michoacán el área comprendida entre el brazo oriental de la desembocadura del Balsas y el río Nexpa, y desde la Sierra Madre del Sur, en línea sinuosa, por el Carrizal de Arteaga, hasta el océano Pacífico.

Después de consultar 10 fuentes de información, en las que se encontraron seis datos diferentes sobre la extensión territorial del estado de Guerrero, consideramos conveniente aceptar la de 63 794 km2 que aparece en el Anuario Estadístico 1988 del INEGI, en el libro Guerrero. Historia y geografía, editado por la SEP, y en la Enciclopedia de México, que es la única fuente que explica las diferentes cifras de extensión territorial desde su origen.

Con el mismo criterio, se sugiere aceptar que dicha extensión corresponde al 3.3% del territorio nacional y que Guerrero ocupa el lugar número 14, respecto a la extensión, entre las demás entidades federativas.

Demografía.

La población humana que ha ocupado el territorio del actual estado de Guerrero ha variado en su número y composición étnica a través de los siglos; los cambios más significativos probablemente se dieron en la etapa posterior a la conquista de los españoles, cuando, por razones diversas, entre otras, persecuciones, homicidios masivos, migraciones forzadas y epidemias, se dio una reducción drástica del número de habitantes y se inició el proceso de mestizaje que actualmente caracteriza a la población estatal.

Sumando los datos estimados existentes de las etnias predominantes y minoritarias, éstos ascendían a 1 556 664 habitantes; y considerando que la información disponible es incompleta, se puede afirmar que la población indígena del actual territorio guerrerense, en 1520, representaba más del 50% de la existente casi cinco siglos después y muy similar a la población total registrada en el Censo de 1970.

En documentos del Siglo XVIII se manifiesta la tendencia a tratar a los grupos humanos asentados en territorio guerrerense dividiéndolos en dos grandes conjuntos genéticamente heterogéneos y socialmente diferenciados; uno de ellos incluye a aquellos individuos descendientes, parcial o totalmente, de los pobladores del territorio antes de 1521 y que conservaban su estatus social nativo; el otro conjunto integra a aquellos individuos cuyos ancestros, a partir del Siglo XVI, vinieron de Europa, África y Asia a estas nuevas tierras y a cuya heterogeneidad genética y social sólo los unía su carácter de ser “no indígenas”, o por la discriminatoria denominación de “gente de razón”.

En esta época tocó fondo la drástica reducción de la población indígena y se inició un proceso de crecimiento poblacional que sólo se vio interrumpido por la Revolución de 1910.

La información disponible de mediados y finales del Siglo XVIII se presenta a continuación:

Población del siglo XVIII en el actual territorio guerrerense:

Mediados de siglo

Indígenas

No Indígenas

Total

53 354

10 691

64 045

Finales de siglo

Indígenas

No Indígenas

Total

77 751

32 650

110 401

A finales del Siglo XIX, a la par que crecía la actividad minera, agrícola y ganadera, era notorio en todo el país el crecimiento de la población; se ha calculado que en 1877 había en Guerrero 301 242 habitantes; en 1895, cuando ya se contó con un primer censo, eran 420 926, y en vísperas de la Revolución armada de 1910, alcanzaba la cifra de 594 278 personas, dándose, desde entonces hasta la fecha, el único descenso poblacional en 1921, cuyo censo registró 566 836 habitantes.

El último de los censos, realizado en 2000, registró 3 079 649 habitantes, y reportó que los municipios con mayor y menor población en Guerrero son Acapulco y Atlamajalcingo del Monte, con el 23.5 y el 0.2 por ciento de la población total, respectivamente.

En 2005 el INEGI realizó el II Conteo de Población y Vivienda; las cifras arrojan, para el estado de Guerrero, un total de 3 115 202 habitantes de los cuales 1 499 453 son hombres y 1 615 749 son mujeres.

14. Geografía física.

Geología.

La geología de Guerrero no es simple, ya que la entidad se encuentra dividida en diferentes terrenos, con estratigrafías variadas, pertenecientes a diferentes ambientes de depósito, litología, deformaciones y edad variable. Además, como este territorio está situado en el borde sudoccidental de la Placa Norteamericana, donde en la región la fosa de Acapulco se sumerge y surgieron placas oceánicas, se han generado durante su historia geológica depósitos sedimentarios con arcos de islas y mares marginales, dando origen a varios tipos de depósitos marinos y continentales.

Para entender mejor la complejidad de la geología del estado es necesario considerar el marco tectónico bajo el cual se formaron. El término terreno se aplica para explicar la sobreposición de unidades de la corteza terrestre que son diferentes en litología (tipo de roca), deformación y edad de su basamento o parte más primitiva. La mayor parte del territorio mexicano es un conjunto de terrenos sumados al margen austral de América del Norte a través del tiempo geológico.

Dentro de los tres grandes grupos en que tradicionalmente se clasifica a las rocas, en Guerrero, por su distribución y extensión, ocupan el primer lugar las metamórficas; el segundo, las ígneas o magmáticas, y el tercero, las rocas sedimentarias.

Las rocas más antiguas son gneises del precámbrico, localizadas al suroeste, en parte de las regiones Costa Chica y La Montaña.

De Ahuacuotzingo hacia el noreste, internándose en el estado de Puebla, se encuentran rocas metamórficas pertenecientes al periodo Cámbrico del Paleozoico Inferior.

Abarcando parte de La Montaña y Tierra Caliente existen depósitos del Mesozoico, con extensiones de cierta importancia al noroeste de la Costa Grande.

En las dos costas, extendiéndose hacia el norte, este y oeste de Acapulco, se presentan rocas metamórficas del Jurásico y también del Mesozoico; y provenientes del periodo Triásico, se presentan rocas metamórficas al sur de la región Centro.

El periodo Cretácico está representado en Guerrero por las calizas y dolomitas del Cretácico Medio que cubren gran parte de las regiones Norte y Centro.

Sismicidad.

Conceptos geofísicos modernos advierten que la mayor parte de la actividad sísmica en el mundo está asociada, directa o indirectamente, con el movimiento relativo de las placas litosféricas y con su interacción a lo largo de las zonas de contacto. En los bordes entre bloques rígidos de la litosfera se genera el 90% de los sismos registrados instrumentalmente.

La República Mexicana se encuentra dentro de una placa enorme conocida como Placa Norteamericana, la cual abarca desde Canadá hasta Guatemala. En particular, nuestro país se encuentra en interacción con las placas del Pacífico, Cocos, Rivera y del Caribe, haciendo de Guerrero un área de alta sismicidad que muestra una distribución en bandas paralelas a la trinchera o lugar de choque de placas, donde, en el presente, los segmentos o zonas de ruptura de Ometepec–San Marcos y la Brecha Guerrero de la zona mexicana de subducción, sobresalen por su alta probabilidad de ocurrencia de un gran temblor en un futuro inmediato. La Brecha Guerrero es considerada la zona más peligrosa donde puede ocurrir un sismo debido a su largo periodo (más de 90 años) de quietud sísmica. (v. Sismología).

Orografía.

La complejidad morfológica que presenta el estado de Guerrero es el resultado de la combinación de procesos internos y externos de la dinámica del planeta que afectan la superficie terrestre. La tectónica, los ajustes erosivos vinculados al clima y la litología interactúan en la formación del relieve y, por tanto, constituyen la base para su análisis y explicación.

Las formas topográficas son resultado de eventos geológicos a través de millones de años, choques de terrenos de diferentes orígenes (v. Sismología), desgaste de masas, agrietamientos y fallamientos, producto de esfuerzos en diferentes direcciones y diferentes durezas de los materiales que forman el sustrato, que han conformado en el estado un paisaje montañoso caracterizado por valles angostos y de poca extensión.


Planicie cercana al puerto de Acapulco.

Se pueden distinguir, al observar la carta de relieve del estado, cuatro áreas o provincias de acuerdo a sus características morfológicas: la provincia de Planicies Litorales, la provincia de la Sierra Madre del Sur, la Cuenca del Balsas y las Sierras del Norte. En cuanto a la provincia Sierra Madre del Sur, tradicionalmente en Guerrero se ha denominado sierra al sector occidental y montaña al sector oriental, ubicándose en el primero las principales elevaciones que se detallan a continuación:

Elevaciones principales de la Sierra Madre del Sur

Nombre

Altura en msnm

Localización

Cerro Teotepec

3 550

Límite entre municipios de Heliodoro Castillo y Atoyac.

Cerro Tlacotepec

3 320

Límite entre municipios de Heliodoro Castillo, Chilpancingo y Atoyac.

Cerro Zacatonal

3 300

Límite entre municipios de Heliodoro Castillo y Coyuca de Benítez.

Cerro Pelón

3 100

Municipio de Acatepec.

Cerro Piedra Ancha

3 100

Municipio de Benito Juárez.

Cerro El Baúl

3 060

Municipio de San Miguel Totolapan.




Clima.

La latitud en la que se ubica Guerrero, sumada a la altitud que oscila entre cero y más de 3000 msnm, así como sus 500 km de litoral, son los factores que más influyen sobre la diversidad de climas predominantes, donde, según la clasificación climática de Koopen, modificada por Enriqueta García para las condiciones de México, al estado le corresponden los climas cálidos A, semicálidos A (C), secos B y templados C.

El Anuario Estadístico Guerrero, 2003 detalla los climas más representativos de la entidad en el cuadro siguiente:

Climas de Guerrero

Tipo o subtipo

Símbolo

% de la superficie estatal

Cálido subhúmedo con lluvias en verano

A (w)

64.14

Semicálido húmedo con abundantes lluvias en verano

ACm

2.77

Semicálido subhúmedo con lluvias en verano

ACw

18.22

Templado húmedo con abundantes lluvias en verano

C (m)

1.01

Templado subhúmedo con lluvias en verano

C (w)

5.09

Semiseco muy cálido y cálido

Bs1 (h’)

8.27

Seco muy cálido y cálido

Bs (h’)

0.50


Hidrografía.

En el aspecto hidrológico, Guerrero cuenta con recursos superficiales de suma importancia, principalmente en la planicie costera y en la región de Tierra Caliente, que conforman un potencial estatal de 53 095 millones de m3 anuales, de los cuales solamente 1605 millones de m3 cuentan con infraestructura para el aprovechamiento agrícola.


Río Copala a su paso por La Bocana, Mpio. de Cuautepec.

Del total señalado y descontando los volúmenes que se pierden por evaporación, infiltración y uso consuntivo de las plantas no cultivadas, se aprovecha para usos industriales, generación de energía eléctrica, agricultura de riego y uso doméstico la cantidad de 36 232 millones de m3, que representan el 68% del volumen disponible.

El territorio guerrerense forma parte de dos cuencas hidrológicas: la del río Balsas y la de las Costas, separadas geográficamente por el macizo montañoso de la Sierra Madre del Sur, ocupando en el contexto nacional el lugar 12 en cuanto a disponibilidad de agua.

Las corrientes superficiales más importantes son: río Balsas–Mezcala, que prácticamente atraviesa todo el estado; ríos Atoyac, Coyuquila, Coyuca, Tecpan, San Luis y Petatlán, en la Costa Grande; ríos La Sabana, Papagayo, Nexpa, Copala, Marquelia y Ometepec, en la Costa Chica; ríos Cutzamala, Guayameo, Poliutla, Ajuchitlán, Amuco, del Oro y Cuirio, en Tierra Caliente; ríos Papagayo, Xochipala, Azul y Chilapa, en la región Centro; ríos Tlapaneco y Acatepec, en La Montaña, y ríos Amacuzac y Cocula, en la región Norte.


Río Papagayo cerca de Tierra Colorada, municipio de Juan R. Escudero.

Los cuerpos de agua más importantes son las presas Infiernillo, en el municipio de Coahuayutla; El Caracol, en Apaxtla; Hermenegildo Galeana, en Cutzamala; Vicente Guerrero, en Arcelia; y las lagunas Tres Palos, en Acapulco, Chautengo, en Florencio Villarreal, y Tuxpan, en Iguala.

El agua disponible en Guerrero se aprovecha en la forma siguiente:

Tipo de aprovechamiento

Millones de m3

%

Generación de energía eléctrica

34 527

65.02

Agropecuario

1 605

3.02

Urbano

85

0.17

Industrial

15

0.02

Total

36 232

68.23

Suelos.

La abrupta orografía guerrerense, con elevaciones que varían de cero a más de 3000 msnm, aunada a una considerable diversidad de rocas, genera, además de climas diversos, una amplia gama de tipos de suelo y de vegetación.

La carta edafológica escala 1:1 000 000 de la extinta Secretaría de Programación y Presupuesto identificó la presencia en Guerrero de 11 unidades de suelos, de los cuales solamente tres: litosoles, regosoles y cambisoles, tienen presencia en las siete regiones y cubren aproximadamente el 80% del área estatal.

  • Litosoles. Son suelos someros de amplia distribución en el estado, que se caracterizan por tener una profundidad menor de 10 cm hasta la roca, tepetate o caliche duro; generalmente se encuentran en superficies con pendientes fuertes a moderadas.
  • Regosoles. Es la unidad de suelo más abundante en el estado; se caracteriza por no presentar capas u horizontes diferenciados; en general son claros y se parecen bastante a la roca que los subyace, cuando no son profundos.
  • Cambisoles. Por la superficie que ocupan son los segundos en importancia dentro del estado; se caracterizan por presentar en el subsuelo una capa que parece más suelo que roca, ya que en ella se forman terrones; además, se pueden presentar acumulaciones no abundantes de materiales como arcilla, carbonato de calcio, hierro y manganeso.
  • Rendzina. Estos suelos se caracterizan por poseer una capa superficial abundante en humus y muy fértil, que descansa sobre roca caliza o algún material rico en cal. No son muy profundos. Son generalmente arcillosos. Abundan en el centro y norte del estado, cubriendo también algunas áreas al este y al oeste.
  • Feozem. La característica principal de estos suelos es una capa superficial obscura, suave, rica en materia orgánica y en nutrientes. Están presentes en algunas áreas del norte y, en el sur, en ambas costas.
  • Luvisol. Son suelos frecuentemente rojos o claros, aunque también presentan tonos pardos o grises, que no llegan a ser muy obscuros; se ubican principalmente al centro–norte, con algunas áreas dispersas en todo el territorio.
  • Andosol. Se caracterizan por tener una capa superficial de color negro o muy obscuro (aunque a veces es clara) y por ser de textura esponjosa o muy sueltos. Se ubican sobre rocas volcánicas en la Sierra Madre del Sur.
  • Acrisol. Se caracterizan por presentar acumulación de arcillas en el subsuelo; por sus colores rojos, amarillos o amarillos claros con manchas rojas, y por ser generalmente ácidos y muy ácidos. Aunque están presentes en todas las regiones, su presencia es mayor en Tierra Caliente, Centro y Costa Grande.


Paisaje típico de Tierra Caliente.

  • Vertisol. Se caracterizan por las grietas anchas y profundas que se le forman en la época seca. Son muy arcillosos y, frecuentemente, negros o grises, pegajosos cuando húmedos, duros cuando secos; fértiles, y con frecuencia presentan problemas de inundación y drenaje. Son poco abundantes, localizándose en áreas pequeñas y dispersas.
  • Solonchak. Son suelos que se encuentran en diversos climas, en zonas donde se acumula el salitre, tales como lagunas costeras, por lo que su presencia se reduce a las partes más bajas de ambas costas.
    Fluvisol. Son suelos formados por materiales de acarreo de épocas recientes, generalmente asociados a inundaciones o crecientes de corrientes fluviales. Están constituidos por materiales disgregados que no presentan estructura en terrones, es decir, son suelos muy poco desarrollados.

Flora.

En Guerrero se presentan todos los tipos de vegetación de las zonas templadas, tropicales secas y costeras. Se estima la existencia de más de 6000 especies de plantas superiores, que constituyen una quinta parte de la biodiversidad de éstas en México.

El Inventario Nacional Forestal, periódico publicado por la SARH en 1994, determinó la existencia en Guerrero de diferentes asociaciones vegetales pertenecientes a los ecosistemas de bosques y selvas, además de pequeñas superficies de vegetación hidrófila y otras que se indican a continuación: bosques de pino, de oyamel, de pino–encino, de encino, mesófilo de montaña; selvas mediana y baja; manglar, palmar y vegetación hidrófila.

Esta notable riqueza es el resultado de la acción conjunta de diferentes factores asociados con la variación existente en el territorio estatal de topografía, geología, clima, suelo y otras variables que, combinadas, producen gran diversidad de condiciones ambientales y, por tanto, de asociaciones vegetales.

Fauna.

Guerrero alberga una de las mayores diversidades biológicas del país, al grado de colocarse en el cuarto lugar en importancia nacional, solamente detrás de Oaxaca, Chiapas y Veracruz.

La diversidad biológica, en cuanto a fauna se refiere, queda manifestada con la presencia de 774 especies animales registradas en la entidad, que la ubican en importantes lugares en el contexto nacional: 14, de peces (19° lugar); 46, de anfibios (4° lugar); 114, de reptiles (5° lugar); 476, de aves (5° lugar); 63, de mamíferos terrestres (15° lugar); 52, de mamíferos voladores (7° lugar), y nueve de mamíferos marinos (8° lugar).

Guerrero se distingue, además, por contar con tres especies de peces, 11 de anfibios, 19 de reptiles, una de aves y una de mamíferos, que se consideran endémicas al estado, lo que quiere decir que sólo existen dentro de los límites del territorio estatal y en ningún otro lugar.


15. Actividades económicas.

Agricultura.

El estado de Guerrero se ubica en la región denominada Mesoamérica, la cual es reconocida por los científicos como uno de los lugares donde se originó la agricultura en el Continente Americano; diversos estudios (realizados por reconocidos investigadores) y evidencias arqueológicas permiten afirmar que en esta región del mundo, varios milenios antes de la Conquista española, los pobladores lograron domesticar algunas especies vegetales, dando inicio a una nueva etapa en el desarrollo de las sociedades humanas. La agricultura, en el medio rural guerrerense, sigue siendo la actividad económica más importante, no tanto por la vocación productiva de sus suelos, que en la mayoría de los casos es limitada para dichos propósitos, sino por el número de personas dedicadas a la actividad agropecuaria, estimado en unas 800 mil que, a través del cultivo de la tierra, producen gran parte de sus alimentos, el de sus familias y el de la población urbana de la entidad y de otros estados.

Estimaciones de SAGARPA nos dicen que de 6 379 400 hectáreas de que se compone el territorio estatal, el 15.4% (982 427.6 ha) se destinan a la agricultura. En 2007, según el INEGI, la superficie sembrada fue de 841 677.7 hectáreas, de las cuales 82 693 hectáreas son de riego y 758 984.1 de temporal.

La agricultura de regadío en Guerrero, aunque antigua, difícilmente llegará a tener la importancia que tiene la de temporal, ya que aun contando con una considerable riqueza hidrológica la abrupta topografía sólo permite practicar esta actividad en el fondo de los valles y en las planicies costeras, teniéndose registros de investigaciones arqueológicas (Palerm, 1972) que precisan la existencia de 53 sitios de regadío prehispánicos en las diferentes regiones del actual estado de Guerrero.

Se estima que a lo más que puede aspirarse, en cuanto a superficie bajo riego, en esta entidad es a contar con 250 000 hectáreas; en tanto esto se logra, actualmente la agricultura de regadío se desarrolla en seis distritos de riego y 451 unidades de riego, ambos distribuidos en las siete regiones guerrerenses.

Guerrero destaca en el contexto nacional, además de su producción de maíz, por la de cocotero, café, mango, limón, melón, sandía y okra o angú.

El maíz, por sus múltiples variedades criollas y mejoradas, se adapta y se cultiva prácticamente en todas las regiones de la entidad, bajo condiciones diversas de clima, suelo y topografía, destinándose la mayor parte de su producción al autoconsumo.

La abrupta orografía del estado propicia una gama climática y edafológica donde prácticamente se adaptan la mayoría de las especies vegetales de interés económico; así, sobre los cultivos más importantes, existen estadísticas de producción en menor escala de jamaica, ajonjolí, arroz, cacahuate, frijol, sorgo de grano, plátano, durazno, jitomate, aguacate, tomate de cáscara, tamarindo, papaya, mamey, guayaba, diversas variedades de ciruelas y de hortalizas, sin considerar una larga lista de especies que aún no se cultivan en Guerrero, pero que la información disponible permite afirmar que existen áreas potenciales para su producción comercial.

En términos generales se puede afirmar que, en un contexto nacional, la agricultura de Guerrero, siendo muy diversificada, es de las más atrasadas tecnológicamente, como resultado de factores culturales, socioeconómicos y naturales que le imprimen el perfil siguiente: básicamente temporalera; con régimen de lluvias irregular; superficies importantes de cultivos en pendiente inadecuada; predominio de suelos con fertilidad media y baja, empobrecidos por el mal manejo; bajo índice de mecanización agrícola y uso de semillas mejoradas genéticamente; infraestructura hidroagrícola ociosa subutilizada o mal conservada; créditos limitados, insuficientes y poco oportunos, aunados a una elevada cartera vencida; frecuentes problemas de tenencia de la tierra; insuficiente y deficiente infraestructura de acopio y almacenamiento; limitada o nula cultura empresarial y organizacional, con marcado predominio del individualismo; minifundio y comercialización deficiente, con elevado intermediarismo.

Ganadería.

La actividad ganadera es de significativa importancia económica; su influencia en apoyo a la alimentación de la población guerrerense se manifiesta en el crecimiento tanto del inventario ganadero como en la producción y en la generación de empleos. Su importancia también se ve reflejada en el hecho de ocupar alrededor del 39% del territorio estatal, la creciente introducción de razas mejoradas, la aplicación cada vez más amplia de nuevas tecnologías de producción y el establecimiento de praderas inducidas con un manejo agronómico más tecnificado; todo ello ha favorecido la consolidación del sector pecuario, que ha contado con importantes apoyos gubernamentales.


Ganado vacuno pastando en el municipio de Tlalchapa.

Las tendencias en los registros y producción pecuaria en la entidad han sido favorables al desarrollo de la actividad, manteniendo un inventario ganadero importante, lo que ha permitido llegar al lugar 12, a nivel nacional, en bovinos; al 7, en porcinos y caprinos; al 14, en aves; y, al 6, en colmenas.

Los productos que se obtienen de la explotación pecuaria en el estado están referidos básicamente a carne en bovinos, porcinos y ovicaprinos; leche, en bovinos; carne y huevo, en aves; y miel y otros derivados de la apicultura.

Las regiones con mayor uso del suelo para la ganadería son, en orden de importancia, Costa Chica, Costa Grande, Tierra Caliente y Norte.

El inventario ganadero de 2008 proporcionado por la SAGARPA estatal arroja la información siguiente:

Especie

Cabezas/Colmenas

Lugar nacional

Bovinos

1 342 541

16

Caprinos

676 613

7

Ovinos

124 850

19

Porcinos

991 507

6

Aves (gallináceas)

9 902 603

21

Aves (guajolotes)

289 467

7

Colmenas

135 509

5

Actividad forestal.

Guerrero es un estado forestal; el Inventario Nacional Forestal publicado en 1994 lo ubica, en el contexto del país, en un octavo lugar en superficie forestal, con 5.2 millones de hectáreas, que equivalen al 81% de la superficie total de la entidad; en 2000 y 2001, en un sexto lugar en producción maderable, con un volumen anual del orden de 300 000 m3/rollo, el cual se redujo a menos de 200 000 m3/rollo en 2002 y 2003; séptimo lugar en volumen maderable, con un potencial del orden de los 184 millones de m3/rollo, de los que se podrían cosechar anualmente 1.5 millones; pero situaciones diversas, principalmente falta de infraestructura caminera, áreas no incorporadas al manejo forestal, conflictos agrarios internos y/o externos y, más recientemente, la entrada al país de madera importada más barata que la local sólo permiten una producción maderable equivalente a una octava parte de lo que teóricamente es cosechable.


Bosque en el ejido El Balcón.

En 2004 la superficie forestal disminuyó a 3.5 millones de hectáreas, divididas en 1.6 millones de selvas y 1.9 de bosques. En el mismo año como productor de pino destacó en sexto lugar nacional con una capacidad de producción de 1.25 millones de m3 de madera.

Según datos proporcionados por la SEMARNAT e INEGI, el aprovechamiento de los recursos forestales maderables y no maderables en el periodo 1997–2008 fue el siguiente:

Aprovechamiento de recursos maderables

Año

Superficie (ha)

Producción (m3/rollo)

Valor de la Producción ($)

1995

6 400

167 181

40 585 495

1996

27 800

219 069

55 500 184

1997

17 100

272 501

98 685 589

1998

23 100

271 442

104 131 940

1999

8 000

301 125

195 977 886

2000

19 700

300 156

201 414 400

2001

21 200

292 706

229 376 000

2002

35 300

195 470

167 282 050

2003

29 328

197 474

153 624 484

2004

29 309

149 627

170 747 454

2005

13 900

142 345

165 709 875

2006

40 700

147 265

188 317 639

2007

10 600

164 298

180 727 800

Aprovechamiento de recursos no maderables

Año

Superficie (ha)

2003

9 885

2004

8 689

2005

25 062

2006

33 638

2007

19 924

2008

7 155


Industria.

Históricamente, en el estado la industria no ha tenido un desarrollo dinámico, debido fundamentalmente a la falta de orientación de inversiones, lo que ha dado lugar a la existencia de pequeños establecimientos a nivel artesanal, como son platerías, talleres de costura, herrerías, carpinterías, fábricas de sombreros, rebozos, ropa típica, artículos de palma, trapiches, entre otros; contrastando con un reducido número de maquiladoras de prendas de vestir para exportación.

En la entidad se dispone de importantes superficies para parques industriales, sobre todo en Zihuatanejo, Acapulco e Iguala; éste último, que es el más extenso, cuenta con energía eléctrica, pavimentación, drenaje, alumbrado público, caseta de vigilancia, un pequeño aeropuerto y una central de abasto medianamente utilizada. Este parque industrial es lugar propicio para el asentamiento de nuevas industrias, porque se ubica a una distancia de 180 kilómetros del Distrito Federal y a 230 kilómetros del Puerto de Acapulco.


Aeropuerto Internacional Ixtapa–Zihuatanejo.

Dadas las características de la economía guerrerense, la agroindustria en la entidad juega un papel fundamental, por lo que, conjuntamente con el sector social, se revitalizaron los programas de aprovechamiento de la copra, limón y jamaica, entre otros productos.

Turismo.

En el transcurso de la segunda mitad del Siglo XX, Guerrero, en gran medida, fue fincando su desarrollo y su estructura económica en la actividad turística, principalmente en la zona costera (Acapulco y Zihuatanejo). Al 31 de diciembre de 2007 en el estado había 29 342 cuartos de hospedaje.


Acapulco

Datos oficiales de la Secretaría de Fomento Turístico del estado indican que el turismo aporta el 23.5% del Producto Interno Bruto Estatal y que el 70% de los ingresos fiscales estatales provienen de dicha actividad y contribuye con el 73.8% de manera global en el sector terciario, del que forma parte.

De 1995 a mayo de 2006 los turistas han generado una derrama económica acumulada de 33 543 millones de dólares; en 1995 los tres principales destinos turísticos de Guerrero generaron una derrama de 1355 millones de dólares, para 2005 esa cantidad se incrementó a 4247.4 millones y tan sólo en los primeros cinco meses de 2006 registró 1725.6 millones, cifra superior a la obtenida en 1995.

Entre 1995 y 2005, salvo 1999 y 2001, la corriente de visitantes muestra un crecimiento ascendente, al pasar de cinco millones 630 mil turistas en 1995 a 11 millones 74 mil en 2005, lo que significó un incremento directo del 96.7%.

De acuerdo a los registros de la actividad hotelera en centros turísticos realizados por la SECTUR federal, se ubica a Acapulco en segundo lugar, al recibir al 10.5% del total de turistas nacionales que visitan al país; donde el Distrito Federal atrajo el 23.6%, Ixtapa–Zihuatanejo y Taxco registraron una participación del 1.2% y el 0.5%, respectivamente. El turista internacional muestra una reorientación hacia otros destinos del país. Ixtapa–Zihuatanejo y Acapulco se ubican en los lugares octavo y noveno al participar con el 1.5% y 1.4%, respectivamente, Taxco participó con 0.3%.

El gasto promedio diario del turista en el mercado nacional en 2005 alcanzó 114.69 dólares, cifra que se incrementó en los meses enero–mayo de 2006 a 125.38. El gasto promedio que registró el conjunto de los tres destinos prioritarios del estado de Guerrero en 2005 fue de 142.30 dólares diarios, cifra que se incrementa a 159.84 dólares para los primeros cinco meses de 2006. De acuerdo a lo anterior, en 2005 los turistas en la entidad gastaron cada día 27.61 dólares más que en el promedio nacional, nivel que se incrementa a 34.46 dólares en el periodo de enero–mayo de 2006.

En la generación de empleos, el turismo también juega un papel importante, en 1995 trabajaron en el turismo un total de 121 341 personas, para 2005 esta cifra pasó a 185 563, lo cual significó un incremento del 52.9% y representó para ese año el 20.0% del empleo total del estado de Guerrero. Esta tendencia se consolida en 2006, de enero a mayo la actividad turística ha generado un total de 205 794 empleos, superando en 10.9% los registrados durante todo el año inmediato anterior, además de participar con el 21.9% del total de empleos en la entidad.

Es significativo el número de proyectos turísticos ejecutados, los montos de inversión aplicados y los empleos temporales y permanentes creados en el sector turismo, especialmente en los conocidos como destinos de playa, entre los que destacan Acapulco e Ixtapa–Zihuatanejo.

La importancia de esta actividad en Guerrero propició la creación de la Secretaría de Fomento Turístico del Gobierno del estado (SEFOTUR) en Acapulco, como instancia responsable de regular y promover el mejoramiento, crecimiento y desarrollo de la actividad turística, para lo cual cuenta con tres subsecretarías: Planeación Turística, Promoción Turística y Servicios Turísticos. Cuenta también con seis delegaciones regionales en las zonas restantes del estado.

La afluencia de turistas a Guerrero se da mayoritariamente hacia Acapulco, Ixtapa–Zihuatanejo y Taxco de Alarcón, centros que, en conjunto, constituyen lo que es conocido internacionalmente como el Triángulo del Sol; sin embargo, la entidad cuenta con un enorme potencial turístico adicional que paulatinamente se va incorporando a la actividad económica; destacan entre éstos un sinnúmero de playas a lo largo de los 500 km de litoral, balnearios de agua dulce, grutas y zonas arqueológicas (que en la medida en que se vayan restaurando podrán recibir cada vez más visitantes). También son de gran importancia, para el novedoso concepto de ecoturismo, los grandes bosques y selvas que constituyen los ecosistemas más extensos del territorio suriano.


Playa Ventura en la Costa Chica de Guerrero.

Es incuestionable que gran parte de la base de sustentación del desarrollo estatal descansa en la actividad turística; por ello, todos los sectores gubernamentales, privados y sociales, están comprometidos y obligados a cuidar su crecimiento y desarrollo. (v. Antropología, Artesanía, Aviación, Danza, Gastronomía, Minería y Museos.)

(JPLC/FMVH/JCLU/BM)