Corrido, El

Género musical menor que el pueblo de México ha cultivado desde hace más de cien años. Se le considera una de las bases de la literatura mexicana que ha rebasado las fronteras nacionales. Se origina en el medio rural, en lugares que no contaban con medios de comunicación como correo, telégrafo y carreteras, y donde la mayoría de los habitantes no sabía leer ni escribir. El corrido, entonces, constituía la única fuente de información que habla sobre hechos sobresalientes de la época.

Las primeras versiones del corrido fueron dadas a conocer por cancioneros populares llamados trovadores o corridistas que en plazas y ferias, de manera espontánea, al calor de los acontecimientos vividos, cantaban el relato de lo que impactó la sensibilidad de muchos. Después fueron impresos en hojas de papel corriente de distintos colores que eran vendidas a precio muy bajo. Se vuelve, así testimonio histórico, expresión de protesta e importante medio de información.

Vicente T. Mendoza señala que es género épico–lírico–narrativo, en cuartetas de rima variable, asonante o consonante en versos pares, forma literaria en la que se apoya una frase musical compuesta de cuatro miembros. Deriva del romance castellano (aunque tal afirmación no coincide con el punto de vista del maestro Celedonio Serrano Martínez) y mantiene la forma general de éste; conserva su carácter narrativo de hazañas diversas, crea una historia por y para el pueblo. Lírico, porque deriva de la copla y el cantar, y engloba relatos sentimentales propios para ser cantados en los que se ponen las bases de la lírica popular sustentadas en coplas aisladas o en series.

Esta manifestación de la cultura del pueblo permite fijar el perfil y la personalidad del mexicano, conocernos mejor y cimentar nuestra nacionalidad.

Guerrero es una de las entidades del país donde se ha recopilado una gran cantidad de corridos, muchos de ellos de tal calidad que se les considera como “clásicos”. Otros no cuentan con la extensión, calidad e intención.

Los clásicos pueden ser: épicos, trágicos, fúnebres, históricos, festivos, satíricos, amorosos y de denuncia. Hay corridos revolucionarios, de valientes, de bandoleros, de maldición (El hijo desobediente), de tragedias pasionales (Rosita Alvírez), en elogio de ciudades (Tampico hermoso), de accidentes y desastres.

Los corridos de corte amoroso van dirigidos a las mujeres amadas o a las que se pretendía conquistar. Algunos eran verdaderas declaraciones apasionadas; otros, un piropo o requiebro. Su contenido se consagraba a elogiar las cualidades físicas y morales de la mujer, insinuando, al cantarse, el amor que ellas inspiran. Ejemplo de estos corridos es Modesta Ayala, de Próspero Salgado, originario de Teucizapan, municipio de Ixcateopan.

Son famosos: Simón Blanco, El coronel Robles, El Chante Luna y El Charco Choco, entre muchos que se han generado en tierras surianas.

En la región Centro del estado, en la época de la Revolución, el corrido tomó el nombre de Bola Suriana, porque se inicia diciendo: “Por ahí va la bola, señores, ahí va…”, “Escuchen, muchachos, esta nueva bola…”

Algunos autores ubican el surgimiento del corrido a mediados del Siglo XIX y su ascenso y apogeo entre 1880 y 1930. Hay otros que señalan que el género nació en la época de la Independencia.

Corrido a Fernando Rosas
Por Wilfrido Fierro Armenta

El año cincuenta y nueve,
un día nueve de febrero,
Fernando Rosas murió,
“El Ruiseñor de Guerrero”.

Las canciones mexicanas
las difundió con esmero
y en poco tiempo la fama
se lo llevó al extranjero.

Se destacó en el bolero
y en el folclor guerrerense,
la cómica y la ranchera
lo consagró hasta la muerte.

A pesar de su grandeza
el cine nunca lo quiso,
un disgusto con Negrete
sus ilusiones deshizo.

Siguió triunfante en el arte
a pesar del incidente,
pues todas sus grabaciones
cuajaban rotundamente.

Fue admirador de Ramírez
y de sus bellas canciones,
y en promoción especial
las cantó en sus actuaciones.

En San Jerónimo el Grande
nació este gran exponente,
y en Atoyac comenzó
a iniciarse en el ambiente.

Febrero 9 de 1959

Corrido a San Agustín Victorioso

Por Juan Bartolo, de Corral Falso, municipio de Ajuchitlán, distrito de Mina, Guerrero.
San Agustín Victorioso,
San Vicente y San Joaquín
hablaron de un herradero,
y dijo San Agustín:

“Tengo pensado en hacer,
mediante Dios lo primero,
una fiesta primorosa
por toda esa cirianera.
Tengo una lucida loza,
tengo buenas cazuelas
de guajes y de copal,
donde debo de guisar
comidas muy deliciosas
de paitas y chuparrosas,
de auras y zopilotes,
de cuijas y tecojotes,
comida muy preferida.

Au… Au… Au… Au…

Comida muy preferida
que tengo que celebrar
también debo de matar
jabalines y zorrillos.
Y hacer tamales sordos
en lugar de puercos gordos
para dar el desayuno
sin que no quede ninguno
de toda mi vaquerada;
la gente está convidada,
es cosa muy positiva,
para el domingo en la tarde,
víspera de la corrida,
noche de los nixtamales.

Au… Au… Au… Au…

Noche de los nixtamales,
el lunes de madrugada
se saldrán los caporales
con toda precaución,
que no quede ningún ratón,
culebras y sabandijas,
charapos y lagartijas,
las víboras y escorpiones,
el sapo y el camaleón,
la hormiga con la chancharra;
sentado con mi guitarra
me amaneceré cantando,
después seguirán buscando
los toroscos y cocones.

Au… Au… Au… Au…

Los toroscos y cocones.
Traigo las siete naciones
por Veracruz y La Habana,
el nopilche con la iguana
que también hay de a montones,
busquen por los paredones
los grillos y las arañas,
les cantaré mis hazañas
para que no estén con duda
la cucaracha y la tortuga.
La primera bolinchada
hemos de echar a los planes
la segunda aventada,
hemos de rodear el cerro.

Au… Au… Au… Au…

Hemos de rodear el cerro
porque el ganado es ligero,
muy correlón y retobado,
para que bajen al plan
zorras, lobos y tejones,
los coyotes sayurones,
que son animales briosos
huindures, tigres y osos,
que son de mucho interés
ardilla y gato montés
con todas sus cirinquinques,
también tuzas y cuiniques.

Au… Au… Au… Au…

También tuzas y cuiniques.
Ave María, compañeros,
atránquese los sombreros,
vamos arreando el ganado,
vayan con mucho cuidado
con las liebres y conejos,
que no nos hagan pellejos
por ahí entre los atuces,
gusanos y chamacuses,
que también están orejanos,
saliendo a punta del llano
pegó un grito el caporal
en la puerta del corral…

Au… Au… Au… Au…

En la puerta del corral
le dijo él a sus vaqueros:
arrímense compañeros
tenemos que remudar,
el sapo por más ligero
me echan primero a la manga
para que siga la tanda
hasta llenar el chiquero,
saliendo del barviadero
vamos a torear los toros,
que los traigo muy sonoros
de la mera calicata,
la chinche y la turicata.

Au… Au… Au… Au…

La chinche y la turicata
me han de echar primeramente
para divertir la gente.
Me dijo Florencio Flores
quiénes son los toreadores
que han de salir a torear
los mayates rodeadores,
al último me han de dejar,
el zancudo y el mosquito.
Quién quiere darme un traguito
de tantos que están oyendo,
según estoy comprendiendo
ninguno me ha de dar nada,
es muy larga la ensalada
la que les voy a cantar.
Vamos bebiendo aguardiente
que traigo la plebe entera,
la calandria y la primavera,
barrafama y la canalla,
y también la guacamaya,
el jilguero y el gorrión
porque es el ruiseñor
muy buen cantador del monte,
el jilguero y el zenzontle,
y el pájaro cardenal
muy buenos para cantar.

Au… Au… Au… Au…
Muy buenos para cantar
el clarín y el carpintero
cómo hay pajarillos,
viene también el canario
de los desiertos muy lejos
el zun–zun y el azulejo,
el avestruz hace coro,
el mayate tecororo,
el arriero y el negrito,
ése viene dando gritos.
El colibrí y el turpial
y para más alegrar
el perico y la cotorra,
todos vienen a la gorra
porque son muy borucosos.

Au… Au… Au… Au…

Porque son muy borucosos,
más para laberintoso
no habrá como el chilinchinche,
al fin todos son compinches
dijo el corupo enojado:
ya bastante la han fregado
aquí sólo yo soy bueno.
Se agarró con el jején
de golpes a brazo a brazo,
se dieron de catorrazos,
toda la gente espantada,
los capiadores volaban
en esa fiesta muy grande
se derramó mucha sangre
y hubo grandes destrozos,
y vino Cesáreo Alonso
con su escolta bien armada,
pero ésa fue rechazada
del jején y el corupo,
y qué novedad les cupo.
Luego se acabó el festín,
Quebraron hasta el violín,
sólo Dios sabe hasta cuándo,
aquí acabará cantando
sus versos San Agustín”.

(Fidel Franco, Poetas de Guerrero, México, Imprenta Universal, 1949)

Simón Blanco. Corrido. Es inspiración de Simón Miranda Vázquez, quien desde la adolescencia se traslada de su natal San Marcos hacia Tres Palos, municipio de Acapulco de Juárez. Falleció el 19 de marzo de 1946, a los 39 años de edad.

Se dice que era de nobles sentimientos, con inclinaciones de bohemio muy arraigadas, jovial y jacarandoso y pregonaba que su ambición era hacer amigos y más amigos porque quería ser popular en la región. Para lograr su objetivo visitaba los hogares, no importándole la hora que fuera para llevar una sonrisa, un chiste o una canción, y cuando tenía conocimiento de alguna fiesta, no faltaba. Es así como los lugareños le fueron teniendo confianza y con el tiempo ya lo querían.

Los acontecimientos regionales y la vida de personajes pueblerinos fueron sus temas de preferencia, al igual que biografías de hombres valientes que transformaba en corridos. Se hizo muy popular el Corrido de Simón Blanco, se canta sobre todo en las Costas de Guerrero y en varias partes del país, traspasó las fronteras para convertirse en argumento cinematográfico.

En el popular romance el trovador Miranda Vázquez plasmó toda la tragedia que truncó la vida de un valiente, de su tocayo Simón Blanco, quien en un pequeño descuido no previó la traición que le habían preparado y fácilmente cayó en la trampa.

En una ocasión llegó a Tres Palos el cantante acapulqueño Fernando Rosas, conoció el corrido del armero Simón Blanco, se interesó por él y se dio a la tarea de estamparlo en el pentagrama, corrigiendo las faltas, para dejarlo como actualmente se conoce.

Poco tiempo después se grabó el primer disco y desde entonces se popularizó.

Los versos originales del corrido son:

Corrido de Simón Blanco

Voy a cantar un corrido
sin agravio y sin disgusto
de lo que pasó en Tres Palos,
municipio de Acapulco:
mataron a Simón Blanco,
más grande fue su resulto.

Año de mil novecientos
treinta y ocho en el que estamos,
diecisiete de febrero;
a las cinco de la tarde
mataron a Simón Blanco,
hasta allí duró su fama.
Su mamacita le dijo:
“Simón, no vayas al baile”.
Lo que hizo contestarle:
“mamá, no seas tan cobarde,
para qué cuidarse tanto,
de una vez lo que sea tarde”.

Simón se dirigió al baile
sin que nadie lo invitara,
como tenía corazón,
donde quiera se paraba.
Como andaba entre los suyos,
decía: “¡no me pasa nada!”

Simón llegó sin malicia
donde estaba la reunión,
llegando lo saludaron
como persona de honor.
Se dijeron los Martínez:
“Cayó en las redes el león”.
Demetrio Hernández en la tarde
dio principio a la cuestión,
como tenían el plan hecho
le habló con resolución.
Decían que matando a Blanco
quedaba el pueblo mejor.
Simón Blanco en sus fracasos
nunca le faltó el valor,
echó mano a su pistola,
Adrián Bailón lo cazó,
Onésimo a la segura
vilmente lo asesinó.

Simón sintió los balazos,
habló con mucha violencia:
“¡Adrián, dame mi pistola!
¿No ves que esta es mi defensa?”
Quiso lograr a Martínez;
le faltó la resistencia.
Onésimo lo ha matado,
el Cuate y Epigmenio Salas
lo mataron a traición
porque era gallo de traba,
porque al hablarle a lo macho
tenía la sombra pesada.

Mataron a Simón Blanco,
lo vido el público entero;
lo mataron en presencia
de Adrián Bailón y Leuterio;
no siguieron la cuestión
por no perder el terreno.

Adrián, al pasar el caso,
mandó a traer su retrocarga,
Juan Reyes le dijo al Chato
que Bailón no lo mandaba,
si seguía con su molestia
que lo mismo le pasaba.

Amigo, ahora ya no hay confianza;
compadres, primos y hermanos,
el que tenga su cuestión
que no se ande por las ramas,
porque el hombre que es valiente
se muere aunque sea de fama.
Mataron a Simón Blanco;
la más gente, entristecida,
lo mataron los Martínez
siendo de fama crecida,
por creerse del superior
se fueron a la otra vida.

Se decía que Simón Blanco
ni al Gobierno respetaba,
decían que era traicionero
por eso no le confiaban,
pero para mejor dicho
Simón Blanco se llamaba.
A los tres días de muerto
los Martínez fallecieron,
toda la gente decía
que intervendría algún misterio
porque el matar a un compadre
es ofender al Eterno.

Tres Palos está en conflicto,
están cumplidas las leyes;
hicieron la ejecución
por mandato de Juan Reyes,
gastaron la ingratitud
con su mismo compañero.
Pongan cuidado, muchachos,
que les quede de recuerdo;
recuerden del treinta y ocho
lo que pasó en este pueblo:
fallecieron tres personas,
de las pocas de Guerrero.

Más, en fin, ya me despido;
no digan que es una falta;
el hombre que porta arma
es para custodiar su casa.
Simón le sirvió al Gobierno
y se murió en la desgracia.

En la Dirección General de Derechos de Autor el corrido está registrado a favor del señor Delfino Villegas Lemus, bajo el número 35232, a fojas 77 del libro septuagésimo quinto. (Florencio E. Ursúa, Raíces del tiempo, Editora y Distribuidora Nacional de Publicaciones, México, 1983).

(ETA/JGCL/FMVH)