Agronomía

Término derivado del latín ager, agri, que significa campo y que se refiere a la ciencia o conjunto de conocimientos técnicos, económicos y sociales que, aplicados a la agricultura, permiten mejorar el aprovechamiento de los recursos, principalmente suelo y agua, en beneficio del ser humano. Por extensión, al profesionista dedicado a apoyar técnicamente esta actividad y a estudiar el campo para hacerlo más productivo, se le conoce como agrónomo o ingeniero agrónomo.

La ingeniería agronómica es una conjunción de los conocimientos biológicos, que son su base indiscutible, con los conceptos estadísticos y de las diversas ramas de la ingeniería clásica que permiten la práctica más eficiente de la agricultura.

Origen. La actividad agrícola fundamental para Mesoamérica surgió en el actual estado de Guerrero hace 9000 años; propició, a través de “prueba y error”, la generación de experiencias y conocimientos útiles entre quienes la practicaban, dando paulatinamente forma a lo que ahora se conoce como “paquetes tecnológicos”, que en la actualidad son producto de la investigación.

Dichos conocimientos y experiencias, por milenios, se transmitieron de padres a hijos, y al lograr cierta complejidad, quienes los dominaron se constituyeron en los primeros agrónomos (a ellos se les pueden atribuir, entre muchos otros grandes logros, la domesticación del maíz y la creación de la chinampa como sistema de manejo de tierras y de subirrigación).

Milenios después debemos recordar que Nezahualcóyotl –el rey no sólo poeta, sino también sabio– estableció un jardín de plantas medicinales, un sistema de producción de hongos comestibles, el primer jardín botánico de América en Oaxtepec y muchas obras más como las terrazas en los cerros de Texcoco y sus canales, lo que permite considerarlo como uno de los primeros ingenieros agrónomos.

Es conocido el hecho de que el agricultor prehispánico sembró y cosechó diversas especies vegetales que clasificó de manera racional, dándole los nombres adecuados y genéricos; también estudió en diversas regiones los distintos tipos de suelos, identificándolos con nombres que han persistido hasta la fecha.

Con la Conquista española se instaura un régimen colonial que se apoya en la encomienda y en la hacienda. De América viajaron al resto del mundo cultivos como el maíz, el frijol y muchos otros; de Europa se trajeron el trigo, el arroz, el olivo y la caña de azúcar, aunque sólo se permitió la persistencia y el desarrollo de aquellos que no competían con la metrópoli.

En Texcoco, fray Pedro de Gante fundó la primera Escuela de Artes y Oficios que después trasladó a la Ciudad de México; impartía conocimientos agrícolas para la capacitación de los agricultores sobre los nuevos cultivos que eran de mayor interés para los conquistadores.

Ya en la etapa independiente se funda el 22 de febrero de 1854 la Escuela Nacional de Agricultura en San Jacinto, Distrito Federal; su propósito fue formar administradores de fincas rústicas, mayordomos inteligentes, agrónomos y veterinarios. Así comenzó a funcionar la institución de educación agrícola más antigua de Latinoamérica.

En 1906, egresados de San Jacinto establecen la Escuela Particular de Agricultura en Ciudad Juárez, Chihuahua, que originalmente sólo produjo agrónomos.

En 1922, José Vasconcelos, bajo la influencia intelectual de Gabriela Mistral, funda las escuelas prácticas de agricultura concibiéndolas como un complemento en el terreno de la enseñanza media para la práctica de la ingeniería agronómica y como un semillero de aspirantes para las escuelas superiores de agricultura,

En 1923 se crea la Escuela Superior de Agricultura Antonio Narro, en Saltillo, Coahuila. Al año siguiente, la Escuela Nacional de Agricultura abandona los terrenos urbanos de San Jacinto y se traslada a Chapingo.

En 1948 se establece la Escuela de Agricultura del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, con profesores egresados de Chapingo que privilegian en sus planes de estudio la enseñanza de la biología y abandonan el modelo francés, que es sustituido por el modelo americano.

Agronomía en Guerrero. La entidad guerrerense, por sus condiciones naturales, políticas y socioeconómicas, ha sido -y es- rural y agropecuaria, por lo que resulta natural que muchos jóvenes con vocación para dichas actividades al buscar preparación técnica para desarrollarlas tuvieran que emigrar a otras entidades.

Esto ocurrió desde finales del Siglo XIX hasta el año de 1962, cuando se creó en Guerrero la primera Escuela de Agronomía y Zootecnia, denominación de origen de la actual Unidad Académica de Ciencias Agropecuarias y Ambientales (UA de CAA) de la Universidad Autónoma de Guerrero; allí se iniciaron actividades el 15 de agosto de 1962, en Chilpancingo, y desde el 25 de junio de 1970 opera en Iguala. A partir de su creación, hasta el mes de julio de 2006, de la UA de CAA han egresado 42 generaciones de ingenieros agrónomos, que representan un total de 2133 profesionistas.

Como consecuencia de un conflicto que hubo en la institución durante los primeros años de la década de los 70 se creó el Instituto Superior Agropecuario Autónomo del Estado de Guerrero (ISAAEG) el 19 de noviembre de 1975, conforme a la Ley Orgánica 29 expedida por el Congreso local, mismo que autorizó la transferencia del Instituto a la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), donde quedó a partir del 13 de septiembre de 1982 como órgano administrativo desconcentrado con la denominación de Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero (CSAEGRO), del que han egresado 35 generaciones que representan un total de 1800 ingenieros agrónomos.

Una tercera instancia de esos profesionistas es el Instituto Tecnológico Agropecuario 25 que opera en Ciudad Altamirano, ahora sin el carácter puramente agropecuario.

Desde su origen, la agronomía ha dejado testimonios fehacientes de ser una profesión, además de noble, social y económicamente útil, cuyos agremiados participaron en su momento en la liquidación física de los latifundios, en el deslinde de ejidos y comunidades para concretar el reparto agrario, en la organización básica de los productores, en la investigación que ha generado múltiples paquetes tecnológicos, en la transferencia de esa tecnología a sus beneficiarios y usuarios, traduciéndola en mayor producción y productividad; en fin, el papel del ingeniero agrónomo ha sido decisivo para el avance del sector agropecuario y forestal, aun en entidades que, como Guerrero, muestran un atraso relativo en dicho sector.

(JCLU)