Militar y médico oftalmólogo. Nació en Chilpancingo el 3 de mayo de 1892; murió en la Ciudad de México el 13 de marzo de 1984. Hijo de Ignacio Viguri y de Margarita Viguri.
Estudió medicina en la Universidad Nacional.
Recién ingresado a la Escuela de Medicina, firmó con otros de sus compañeros una carta abierta dirigida a Porfirio Díaz y publicada en el diario El País, el 30 de abril de 1911, donde los jóvenes le pedían al dictador que renunciara a su cargo para facilitar el cambio radical que el país requería, en pos del progreso y de la justicia social. En 1915, cuando cursaba el 5º y último año de su carrera y era practicante en el Hospital Juárez, tenía 22 años de edad. Para entonces la Revolución se había extendido por todo el país, hecho que decidió a Viguri a incorporarse a la lucha exhortando a sus compañeros de estudio a que hicieran lo mismo. En ese año, en Veracruz, se presentó ante don Venustiano Carranza, quien lo nombró capitán primero y le asignó la jefatura de la Sección Sanitaria del Sur. Procedió entonces a organizar el servicio médico asistencial en Acapulco, Iguala, Chilapa y Tixtla.
En el año citado, estableció el primer hospital del estado en el Castillo de San Diego, en Acapulco, y, cuando fue sitiado, facilitó la salida a varios revolucionarios que se encontraban en el nosocomio, salvándoles de una muerte segura, pues el castillo fue al fin tomado por las fuerzas federales.
Al triunfo del carrancismo en 1918, por órdenes del presidente de la República, los estudiantes que habían participado en la Revolución debían volver a concluir su carrera, con la promesa de que serían integrados al Gobierno federal tan pronto se titularan. Viguri presentó su examen profesional en la Universidad Nacional los días 28, 29 y 30 de octubre de 1920, con la tesis Glaucoma primitivo, obteniendo mención honorífica. Se especializó en Oftalmología, en Nueva York, bajo la dirección del doctor Manuel Uribe y Troncoso, uno de los más connotados oftalmólogos del mundo. Causó alta en el Hospital Militar el 1 de marzo de 1921, donde estuvo hasta 1950; además, impartió la cátedra de Oftalmología en la Escuela Médico Militar y en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Durante estos 29 años realizó una fecunda labor en el área de sanidad militar, de la que fue subdirector desde noviembre de 1935 hasta febrero de 1947, con nombramiento expedido por el presidente Lázaro Cárdenas. El 8 de junio de 1937, durante la primera Semana de Medicina Militar, presentó en el Ateneo Nacional de Ciencias en México un trascendente trabajo con el nombre Importancia del examen médico periódico de los miembros del ejército nacional. En el mismo año, el doctor Viguri mostró al general Cárdenas un cuadro sinóptico que señalaba la morbilidad oculta del mexicano.
Participó en la Segunda Convención de Médicos Militares, celebrada el 23 de noviembre de 1940, con un trabajo en el que amplió sus investigaciones anteriores y expuso La morbilidad oculta del mexicano, donde se incluyeron estudios médicos practicados no sólo a militares, sino también a campesinos y obreros aparentemente sanos.
Al fundarse el Hospital Central Militar, en el sexenio presidencial del general Ávila Camacho, Viguri fue nombrado subdirector de este nosocomio, cargo que le permitió fundar ahí la Sala de Oftalmología. Por otro lado, Viguri fue también precursor del establecimiento del examen médico prenupcial obligatorio.
En marzo de 1944, en el Congreso Nacional de Pediatría celebrado en el Hospital Infantil de México, en la sección de Oftalmología, presentó un caso de disostosis cráneo–facial o enfermedad de Crouzon, investigación que mereció ser publicada íntegra en la Enciclopedia Británica.
En 1950, donó un terreno de 10 hectáreas ubicado al sur de Chilpancingo para que, dividido en lotes, construyeran sus casas los maestros al servicio del estado. El general Baltasar R. Leyva Mancilla, entonces gobernador, consideró justo imponer a la nueva colonia el nombre de Margarita Viguri de Viguri, en reconocimiento a la participación de esta admirable y valerosa mujer en la rebelión contra el gobierno de Porfirio Díaz. Más tarde, en 1952, en el régimen de Alejandro Gómez Maganda, donó al Gobierno del estado 5 hectáreas de terreno para la construcción de la Casa de los Gobernadores, que edificó el referido gobernante; sin embargo, ésta fue convertida después en Escuela de Promoción Agropecuaria, por Darío L. Arrieta Mateos. Posteriormente, en el mismo sitio, durante el gobierno del ingeniero Figueroa Figueroa, se levantó la actual Casa Guerrero. Don Adolfo Viguri fue un verdadero filántropo, pues cuando hizo las donaciones aludidas era un militar jubilado que vivía de una escasa pensión y ya no ejercía su especialidad.
Fue miembro de la Legión de Honor Mexicana, a la que ingresó en mayo de 1951. Desde julio de 1942 ostentó el grado de general brigadier, médico cirujano, hasta el 1 de marzo de 1963 en que fue ascendido a general de brigada, médico cirujano. En septiembre de 1954, fue considerado Veterano de la Revolución del primer periodo.
El gobernador Rubén Figueroa Figueroa, tomando en cuenta la trayectoria revolucionaria y académica y la evidente filantropía y altruismo del ilustre personaje, con fecha 13 de septiembre de 1980 inauguró en esta ciudad capital la primera Escuela Normal Preescolar y le impuso el nombre de Adolfo Viguri Viguri, que lleva hasta la fecha. La escuela fue construida dentro de los terrenos que fueron donados por el doctor Viguri, quien por invitación del gobernador asistió a la ceremonia de inauguración, donde el licenciado Juan Pablo Leyva y Córdoba tuvo a su cargo el discurso alusivo. Para agradecer el homenaje, el doctor Viguri, profundamente emocionado, habló al final del evento y con palabras entrecortadas y lágrimas en los ojos agradeció el homenaje, haciendo un breve recordatorio de sus egregios antepasados.
(JRV/JPLC)