Militar. Nació en Tecpan en 1798; murió en Acapulco el 1 de septiembre de 1871.
Inició como soldado en la 3ª División del Sur, el 10 de diciembre de 1814. Ya con el rango de soldado 2º, en mayo de 1818, bajo las órdenes del coronel José Gabriel de Armijo, tomó parte en el sitio de Zacatula. Al frente de 37 individuos, el 7 de marzo de 1821, se incorporó al bando de la Independencia, y, en apoyo del Batallón Constancia, concurrió al sitio de Acapulco.
Pasó al Batallón Fijo de Acapulco, con el carácter de subteniente de Cazadores, el 11 de marzo de 1823; el 1 de noviembre de ese año, se integró a la Compañía Veterana de Acapulco. El 1 de octubre de 1824, quedó adscrito en el Batallón de Milicianos del puerto. El 16 de noviembre de 1828, secundó en este puerto al general Isidoro Montes de Oca en el movimiento de expulsión de españoles.
El 6 de abril de 1831, ascendió a teniente. Apoyó en varias acciones a Bravo.
El 18 de septiembre de 1833, concurrió a la acción de Chilapa al lado del general Juan Álvarez Hurtado, con quien ininterrumpidamente intervino en ataques armados, y para el 26 de abril de 1836, obtuvo el ascenso a teniente coronel. El 2 de diciembre de 1841, dejó de pertenecer a la Compañía Veterana, al mismo tiempo que fue comisionado por Tomás Moreno para reorganizar el Batallón Activo de Zacatula; el 7 de enero del año siguiente, le otorgaron despacho de coronel; el 25 de diciembre del mismo año Álvarez decidió asignarle la responsabilidad de la fortaleza de San Diego, cargo que dejó el 28 de febrero de 1843. Al lado de Juan Álvarez, concurrió en varias acciones, hasta que obtuvo licencia ilimitada el 4 de agosto de 1848.
En 1850, tomó posesión como prefecto del distrito de Chilapa y, en el mismo año, como prefecto de Acapulco, hasta 1853 en que lo sustituyó Miguel García. El 8 de julio de 1853, reingresó al Ejército. El 20 de enero del año siguiente, fue ratificado como teniente coronel.
Rafael Solís, como segundo de Villarreal, fue precursor del manifiesto Plan de Acapulco, pues el 11 de marzo de 1854 convocó en la fortaleza de San Diego a oficiales, a jefes, a quienes integraban la tropa permanente, a la Guardia Nacional y matrícula armada, para analizar el documento (el Plan de Ayutla) enviado por el coronel Florencio Villarreal, comandante principal de la Costa Chica. Se realizaron cambios y adecuaciones al cuerpo principal del plan, comprometiéndose, quienes intervinieron, en vigilar su cumplimiento.
El 20 de mayo recibió despacho de coronel, expedido por el general Juan Álvarez Hurtado, y para junio inmediato quedó como gobernador militar de Acapulco.
Alcanzó el grado de general de brigada el 1 de febrero de 1855. Siempre leal a las órdenes de los Álvarez, dirigió varios combates en Acapulco y en sus inmediaciones, además de desempeñar cargos de responsabilidad militar en la misma zona.
(JRV)