Nace en la ciudad de Puebla en 1932, pero de raíces guerrerenses. Su padre, el doctor Fortunato Silva Gutiérrez, chilapeño, y su madre, Concepción Rosas Pastrana, de Tepecoacuilco.
En Chilpancingo estudia primaria, secundaria, comercio y preparatoria. En 1950, ingresa al Instituto Social Femenino de Puebla y cuatro años más tarde recibe el titulo de Licenciada en Periodismo, Publicidad y Radio programación.
Siendo aún estudiante escribe y publica sus primeros artículos en periódicos y revistas; sin embargo, en 1956 su carrera sufre un viraje y toma un curso para laboratorista médica en la Secretaría de Salubridad y Asistencia del Distrito Federal, lo que la lleva a entregarse por completo, durante los siguientes cuatro años, a la búsqueda del Plasmodium vivax o falciparum, detectando numerosos casos de malaria durante la campaña antipalúdica establecida por el doctor Galo Soberón y Parra.
En 1962 contrae matrimonio con el ingeniero Jorge Ramón Oceguera del Toro, y de esta unión nacen dos hijos: Jorge Eduardo y Carolina.
De 1976 a 1982, debido a los cargos diplomáticos de su esposo, reside en la ciudad de Bogotá, Colombia, y desde ahí viaja a diversos países, como Argentina, Brasil, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay. Durante este lapso es cuando confirma su vocación literaria y se identifica con el estilo de importantes escritores sudamericanos.
En 1985 publica su primer libro, Los teléfonos muertos, donde hace hincapié en la importancia de la incomunicación humana. En 2002 escribe Vida en verde, antología que recoge ensayos, poemas, relatos y artículos, y que refleja un gran conocimiento del sentir humano. En este libro se incluye el texto Chilpancingo, un cuento que huele a toronjil, que representa una profunda entrega a su ciudad.
También se ha interesado por el estudio de la psicología.
(RFPS)