Militar y político. Nació en Zumpango del Río, municipio de Eduardo Neri, el 26 de marzo de 1840; murió envenenado, por orden de Victoriano Huerta, en Chilpancingo el 10 de septiembre de 1895.
Durante su juventud, se dedicó a las labores del campo, y abrazó más tarde la carrera militar. Destacó por su participación en el sitio de Querétaro, donde peleó a las órdenes del general Mariano Escobedo contra las fuerzas conservadoras. Recibió del gobierno de Juárez, en premio a su esfuerzo, un reconocimiento y una condecoración. Apoyó al general Vicente Jiménez Bello en la rebelión de agosto de 1870 contra el gobierno del general Francisco O. Arce, pero fue derrotado por el entonces comandante de las fuerzas en Guerrero, general Diego Álvarez, en julio de 1871. En noviembre de ese mismo año, apoyó el Plan de la Noria, de Porfirio Díaz, y fue otra vez vencido. Después, se acogió, junto con el general Vicente Jiménez, a la amnistía ofrecida por el presidente Sebastián Lerdo de Tejada.
En octubre de 1877, resultó electo vicegobernador del estado, en la fórmula que encabezaba el general Rafael Cuéllar, quien gobernó constitucionalmente del 3 de octubre de ese año al 31 de marzo de 1881. Fue gobernador interino del estado y, a su vez, jefe de las fuerzas armadas, del 26 de abril al 24 de mayo de 1878.
En octubre de 1893, se pronunció en el pueblo de Mezcala, declarando ilegal al gobierno de Mariano Ortiz de Montellano, que presuntamente pretendía preparar la cuarta reelección del general Francisco O. Arce; sin embargo, el 3 de noviembre del mismo año el general Arce renunció desde la Ciudad de México. Envió a la Legislatura del estado el mensaje siguiente: “No deseo alentar ambiciones ilegítimas y violentas, ni ser motivo ni pretexto para perturbar la paz pública, o hacer daño al pueblo y alarmar a la República”.
Habiendo logrado el objetivo que se propuso, el general Canuto Neri dejó las armas el 19 de noviembre de 1893. El H. Congreso del estado otorgó una amnistía a todos los rebeldes que se rindieron, incluyendo al propio general Neri.
El general Canuto A. Neri, quien desde joven se sumó a la lucha por la restauración de la República, vivió con la idea de ser gobernador constitucional de su estado, anhelo que le fue vetado de por vida por el régimen porfirista.
(AMA)