Navegante y explorador italiano. Nació en Mulazzo en 1754; murió en Pontremoli el 9 de abril de 1810.
Hijo de familia noble, creció en la corte virreinal de Sicilia; marchó a Roma para asistir al Colegio Clementino, donde estudió física. Hablaba italiano, español y francés.
A los 20 años ingresó a la Escuela de Guardiamarinas de Cádiz. Como oficial de la marina española, capitaneó el navío Asunción, que remontó los mares de Asia y Oceanía (1782–1784); más tarde, circunnavegó la Tierra a bordo de la corbeta Astrea. Al frente de los navíos La Descubierta y La Atrevida, con 102 hombres cada uno, llegó al puerto de Acapulco en los albores de 1791; aquí realizó tareas científicas hasta el 20 de diciembre. Además de los naturistas (flora y fauna), se efectuaron innumerables trabajos astronómicos, como el levantamiento cartográfico y la instalación de un observatorio permanente; materiales que serían de gran utilidad en los estudios que años después llevaría a cabo Alejandro de Humboldt. Gracias a los pintores y dibujantes de la expedición –José Guío, Francisco Lindo, José Cardero, Tomás de Suria y los italianos Ravenet y Brambila– hoy contamos con vistas de Acapulco de aquel año, incluyendo reproducciones de pájaros, insectos, iguánidos, cuadrúpedos, moluscos y peces multicolores.
Los exploradores no descuidaron los aspectos costumbristas de la región; recogieron datos sobre las bebidas favoritas y las diversiones de los costeños, cómo vestían y cómo eran sus viviendas, muebles y trastos. En sus documentos se dice que la mayor parte de los habitantes del puerto eran negros y mulatos; también había un número crecido de indios, cierta cantidad de orientales que llegaban en el Galeón de Manila o Nao de China. Los blancos constituían la minoría. El cura del lugar aseguró a los marinos que los nativos solían ser peleoneros y chismosos, pero que, no obstante, con los fuereños eran agradables.
Junto con la información obtenida, se envió a España el material reunido, en varias remesas (animales, mapas, herbarios, objetos de las etnias), que fue depositado en la Dirección de Hidrografía.
A su regreso, Malaspina fue aclamado y ascendido a brigadier; poco después, no obstante, cayó en desgracia a causa de la envidia de Manuel Godoy, favorito de Carlos IV y su esposa María Luisa de Parma. Confinado en la cárcel de San Antón de la Coruña a principios de 1796, salió desterrado a su patria a finales de 1802, por gestiones del conde de Melzi y de Napoleón Bonaparte.
(BM)