Hernández Pineda, Agapito

Profesor y poeta. Nació el 5 de agosto de 1908 en Placeres del Oro, municipio de Coyuca de Catalán. Murió el 27 de abril del 2001 en Paso de Arena, del mismo municipio.

Cursó la primaria en su pueblo natal y la secundaria en la Escuela Federal Valentín Gómez Farías, de Temixco, municipio de Arcelia. En Iguala, muy joven y sin carrera magisterial, se inicia en la docencia en el Instituto Ignacio Manuel Altamirano, bajo la dirección del profesor Urbano Lavín Román, quien posteriormente fue gobernador provisional del estado para reemplazar a Rodolfo Neri Lacunza. Durante un tiempo trabajó como agente viajero, vendiendo ropa y abarrotes a lomo de equino en localidades de la Sierra Madre del Sur, Tierra Caliente y Costa Grande.

En 1927 ofrece sus servicios y es aceptado como profesor de primaria en Placeres del Oro, pues había una aguda carencia de maestros en toda la entidad. Una década después, la Secretaría de Educación Pública le otorgó el nombramiento de maestro rural federal y laboró oficialmente como profesor de instrucción básica en Las Cruces, Monte Grande, Cutzamala de Pinzón y Paso de Arena, municipio de Coyuca de Catalán; en esta última población fundó su hogar y laboró 32 años en la escuela primaria local. Fue un maestro que trascendió las aulas y fue muy respetado en la región. Una calle de Paso de Arena lleva su nombre.

A los 12 años comenzó a escribir poesía. Publicó en las revistas: Analecta, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, y Cuauhtémoc, editada en la Ciudad de México; en los periódicos: Chuperio, que circuló en Ciudad Altamirano; en El Sol de Acapulco, y en Trinchera, de circulación en Tierra Caliente.

Aunque nunca publicó su obra poética, su familia tuvo el acierto de reunirla y conservarla. Su producción es extensa y variada, pues escribió en verso y prosa; en ella se nota la influencia de grandes poetas universales, como Federico García Lorca, Pablo Neruda, Gustavo Adolfo Bécquer y otros. Una muestra al azar de algunos párrafos de sus poemas comprueban el influjo de estos escritores en su obra; por ejemplo en Libertad guarda silencio, poema motivado por el asesinato de Felipe Peñaloza García, “Efraín”, guerrillero zirandarense que pertenecía al Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), se aprecia la intensidad de la poesía de García Lorca:

Pájaros de mal agüero
cantando van por el alba.
La noche juega cocuyos
los campos huelen a malva.
El río habla quedito,
temeroso que lo apresen
las guardias blancas malvadas.
La muerte viene de arriba,
la presienten las zirandas.
El río, culebra de agua,
enchina su escama blanca,
mientras la traición se esconde
sigilosa entre las bardas.

Dentro de su producción no podía faltar la poesía regional, y de ella se distingue Feria de Paso de Arena, que dice así:

Hay luz de luna llena
y fandangos en derroche;
comienzan a abrir su brecha
el jazmín y la azucena,
vamos a Paso de Arena
en el lomo de la noche
y no me hagas ningún reproche
porque te cuente mi pena.

Su poema El templo de los silencios ha sido traducido al francés, árabe y alemán.

(JRV/FLE)