Profesor y pintor. Nació el 18 de septiembre de 1954 en Apanguito, municipio de Atenango del Río, Guerrero. Sus padres, el señor Nicéforo Hernández y la señora Celia Marbán Sánchez.
Inició sus estudios en la tierra natal y los continuó en el Distrito Federal. Su vocación docente lo llevó a concluir la carrera de profesor de educación básica en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos; complementó su formación con una de sus pasiones: la pintura, cursando la carrera de Artes Plásticas en la Escuela Normal Superior de México. Ávido por el conocimiento de la historia, cursó dicha especialidad en la Escuela Normal Superior de la Universidad Autónoma de Guerrero.
En 1975, inició su labor docente trabajando como maestro rural en escuelas primarias de la región Centro del estado de Guerrero. Se desempeñó también como profesor de educación secundaria. Apegado a sus convicciones, ejerció como catedrático de la institución que tiempo atrás lo formó: la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, en la cual inició, junto con otros maestros, la apertura para diversificar la oferta educativa, ofreciendo diplomados a los profesores en servicio.
Como pintor ha utilizado diversas técnicas: desde las tradicionales, como el temple, la acuarela y el óleo, hasta las innovadoras ubicadas en la corriente denominada neográfica. Su búsqueda expresiva se ve reflejada en su obra, que da cuenta de la realidad cotidiana que captura desde el paisaje, el retrato, una callejuela o la escena diaria de la vendedora que ofrece los frutos de la tierra en el mercado.
Se ha distinguido como promotor cultural en varios ámbitos:
- En la Biblioteca Pública Ignacio Manuel Altamirano en Tixtla de Guerrero (1986–1989), diseñó y puso en marcha uno de los primeros proyectos por medio del cual se ofertaron una gama de talleres, tanto para niños y jóvenes como para adultos, con el fin de promover la lectura, ya fuera como fin en sí misma o como vehículo para acercarse a otras disciplinas tales como: el teatro o la oratoria, estrategias que más tarde se extenderían por el estado y posteriormente al país. Con el objetivo de alentar a escritores e impulsar a los jóvenes que se interesaban en escribir, ya fuera en prosa o en verso, fundó una publicación periódica denominada Próspero, en honor al maestro Ignacio Manuel Altamirano, quien utilizó dicho seudónimo para firmar sus artículos periodísticos.
- De 1986 a 1991 formó parte del equipo de pintores que, bajo la dirección del maestro Jaime Antonio Gómez del Payán y Medina, diseñaron y ejecutaron los murales que hoy en día podemos apreciar por su alto valor estético, pictórico, cultural e histórico en los corredores de la casa que habitó el ilustre general Vicente Guerrero Saldaña y actualmente ocupa el H. Ayuntamiento Municipal de Tixtla de Guerrero; quedando no sólo su nombre plasmado en los paneles de las distintas etapas de la obra mural, sino su imagen que muestra al sembrador, en el panel denominado La Constitución de 1917. Asimismo participó en el proyecto denominado Jardín del Arte, que se desarrolló paralelamente a la ejecución del ciclo mural, en el cual niños y jóvenes tuvieron la oportunidad de descubrir su vocación artística.
Fue miembro fundador del Centro Universitario Simón Bolívar, institución que ha formado maestros de educación artística. Entre 1998 y 1999 diseñó los planes de estudio de las licenciaturas de Danza, Música, Artes Plásticas y Teatro de dicha institución educativa.
En 2006 recibió la misión de impulsar junto con su esposa, la maestra Rosa María Franco Catalán, la enseñanza de lenguas indígenas en las escuelas normales del estado de Guerrero, diseñando para tal fin una propuesta curricular y metodológica.
Comprometido en transmitir una conciencia ambiental a las nuevas generaciones, fundó, junto con un grupo de profesionistas y personas conscientes de la problemática que vive el valle de Tixtla, la organización Armonicemos nuestro entorno, que entre otras acciones se ha fijado promover la cultura del cuidado de los recursos naturales por medio de talleres, conferencias, mesas redondas y la reforestación como el reto ambiental.
Su espíritu emprendedor y de búsqueda lo ha llevado a recorrer veredas, caminos sinuosos, pero siempre con la esperanza viva de contribuir con la educación, la cultura y la sociedad guerrerense.
(HCN)