Médico y escritor. Nació en la Ciudad de México en 1903, pero fue registrado en Tixtla; murió en la capital del país el 20 de agosto de 1987. Sus padres, ambos tixtlecos, fueron Nieves Hernández Blanco y Vicenta García González. No conoció a su papá, quien murió en 1903, víctima del tifo. La mamá se hizo cargo de la crianza y educación de sus cuatro hijos, tres varones: Bernardo, Heriberto y Nieves, y una mujer: la eminente maestra Beatriz Hernández García. (Nieves y Beatriz dedicarán, muchos años después, parte de su trabajo como escritores a recordar y enaltecer a la madre abnegada; el primero publicó, en 1983, La heroína anónima, en la que rinde “tributo a una mujer [su mamá] a quien la vida golpeó con injusticia”; la segunda dio a conocer, en mayo de 1971, con el título de La maestra, su autobiografía, donde describe y comenta, entre otros hechos, el esfuerzo, el tezón, el cariño por sus hijos y la determinación de doña Vicenta).
Los últimos meses de 1903 y hasta 1910 vivió en Tixtla, donde aprendió las primeras letras; del segundo al sexto grados los cursó en el Distrito Federal, en las escuelas primarias 39 y Fray Pedro de Gante. Ingresó más tarde a la Escuela Nacional Preparatoria y, en 1925, obtuvo el diploma de Bachiller en Ciencias y Letras. Los estudios profesionales de Medicina los realizó en la Universidad Nacional Autónoma de México; se tituló en 1935 y se especializó en Obstetricia, disciplina en la que profundizó y alcanzó prestigio.
Como médico, prestó sus servicios en la Secretaría del Trabajo (ST), en los Ferrocarriles Nacionales de México (FFCCN de M) y en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) (en esta última dependencia se jubiló en 1967). Como administrador, desempeñó algunos cargos directivos: fue subjefe de la Oficina de Medicina Consultiva (ST) y jefe del Departamento de Tabulación de Riesgos y Enfermedades (FFCCN de M). Sin embargo, es en el quehacer de médico familiar y en la atención que ofrecía en su propio sanatorio donde el ejercicio de la profesión le ofrece las mayores satisfacciones y propicia que sus pacientes lo identifiquen como “el médico de los pobres”.
En el ámbito político tuvo una participación muy activa: Fue líder destacado de sus compañeros y de un amplio sector de la burocracia; creyó en las organizaciones sindicales como instancias para el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y para el avance de la nación. Durante la campaña por la Presidencia de la República en 1946 finalmente se unió a los sectores que impulsaron la candidatura del licenciado Ezequiel Padilla Peñaloza; pasadas las elecciones, en noviembre de ese mismo año, se exilió en San Antonio, Texas; regresó a México el mes siguiente, y desilusionado de la política, se refugio en la medicina.
Cuando el doctor Hernández García desmantela su sanatorio decide obsequiar el mobiliario y el equipo médico al Centro de Bienestar Social Rural de Tixtla. El ayuntamiento de la ciudad (1975–1977), a través de su presidente municipal, el señor Vicente Astudillo Alcaraz, agradeció el donativo.
En su juventud, Nieves Hernández García fue un brillante jugador de futbol soccer; estuvo en varios equipos de primera fuerza, entre otros el Marte y el América; formó parte de la Selección Nacional que representó a México durante la IX Olimpiada, celebrada en Ámsterdam, Holanda, en 1928.
Escribió las obras siguientes: La heroína anónima; Las raíces del abstencionismo (Almazán y Padilla, traidores al pueblo); El dedazo o la política sui géneris de México; Dos errores del régimen de Gustavo Díaz Ordaz; Poemas: verso blanco.
(CCL/JGCL)