Poeta, escritor y profesor. Nació en Arcelia el 23 de junio de 1930. Fueron sus padres José Hernández y Evodia Avelar.
Poco se sabe del afecto paterno, pero doña Evodia cuidó la vida del hijo con esmero y calidad humana. La presencia de don Antonio Sánchez Molina, profesor ilustre, geógrafo acucioso, fue apoyo espiritual y moral para lograr caminos mejores: lo llevó al Internado 2, de la Ciudad de México, escuela a la que asistían los hijos del Ejército, para concluir la primaria.
En la Escuela Nacional de Maestros estudia la secundaria y la enseñanza normal. Se especializa, en la Escuela Normal Superior, en Lengua y Literatura Españolas.
Libros excepcionales nutrieron su alma; durante 30 años fue profesor de Literatura; llegó a ser director de secundaria.
En la Normal Superior funda, con Alejandro Miguel, José Rodríguez Salgado, Pascual Juárez y Jorge Félix González Sánchez, el grupo literario Rímbora, a fin de publicar libros, dictar conferencias, divulgar la cultura. Agripino publica bajo ese alero su primer libro, que lleva profético prólogo de Salvador Novo, quien dice: “saludo jubiloso, a un joven y auténtico poeta de robusta y limpia inspiración”.
Tres pilares de amor sostienen su alma: doña Evodia, el recordado Antonio Sánchez Molina y Epifanía, que ha compartido la vida con el poeta.
Publicó: Vigilia en la tierra (1965); Papel para el silencio (1966); Laurel de los amantes (1969); La poesía de Jesús Arellano (ensayo, 1969); El corazón habitado (1972); Ésta es la luz (1973); Arcelia al pie de la tierra (1997); La rama oscura (1998); Están ladrando los perros (cuentos, 1998); Tu superficie es el maíz (1999); Canteras de junio (2002); Una agreste fragancia (recopilador, 2002); En la margen del sur, compilación (2003).
Los temas que canta son universales: el amor, el dolor, la vida, la muerte, la protesta, el área que lo circunda. Domina los metros tradicionales con pulcritud; los sonetos son rotundos, donde campea la eufonía; el verso libre se ajusta a las exigencias de los grandes maestros; los romances tienen vida propia; adjetiva con precisión, y las metáforas despiertan la imaginación sin colisionarse con la lógica.
En los cuentos, los personajes quedan esbozados por diálogos o soliloquios; el hilo de la trama se toma de los hechos reales; el lenguaje se adapta a las circunstancias; el desenlace parte de la existencia que se vive.
Ha recibido los premios: Valores guerrerenses (1997) y al Mérito Literario Juan Ruiz de Alarcón (1998); ambos otorgados por el Gobierno del estado de Guerrero. En 1999, le fue otorgado el Doctorado Honoris Causa por la Academia Mundial de Arte y Cultura de Los Ángeles, California, EU. En 2000 ganó la Dalia de Plata de primer lugar en los Juegos Nacionales de la Plata, en Taxco, con el poema La emoción distante.
Escritores Guerrerenses, A. C. publicó Reunión del mar, poesía y prosa, en el número 3 de la Biblioteca Guerrerense, que incluye los libros citados, más Quién es Agripino Hernández Avelar (hemerografía compilada por el doctor César Augusto Hernández Jaimes), en un volumen de 732 pp. (1998).
La Casa de Cultura de Arcelia lleva su nombre. Fue nombrado cronista de la ciudad.
El 14 de septiembre de 2001 fue electo miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española en Nueva York.
En marzo de 2009 recibió la presea al Mérito Cultural, otorgada por el PRI. En ese mismo mes y año, el Ayuntamiento Municipal de Arcelia y diversas organizaciones ciudadanas le rindieron un homenaje de reconocimiento.
(AND/HCB)