González Dávila, Amado

Profesor, geógrafo, escritor y poeta. Nació en Tlacoachistlahuaca. Perteneció a una familia de origen muy humilde de indígenas amuzgos.

Su amor al estudio le valió obtener una beca en el Colegio del Sagrado Corazón de Chilapa y posteriormente en el Seminario Conciliar de la misma ciudad, lugar donde florece su pasión por la historia del estado de Guerrero y descubre su innata vocación por la escritura; además, por sus ideas liberales, decide trasladarse a la Ciudad de México para ingresar, becado por el Gobierno Federal, a la Escuela Nacional de Maestros, en la que se gradúa en 1928. Hizo la especialidad de Geografía en los Cursos de Verano de la Escuela Normal Superior de México, donde obtuvo mención honorífica por un estudio sobre la analogía y sus partes.

Al término de su instrucción, inicia lo que es considerada una admirable labor investigadora y de servicio en el ámbito educativo; destaca su desempeño como inspector escolar en los estados de Sonora, Nayarit, Durango, Sinaloa y Guerrero; y luego, como director de Educación Federal en estas cuatro últimas entidades.

Apasionado de las letras, el periodismo y la poesía, se distinguió como escritor y poeta en varias entidades de la República, participando en algunos juegos florales. En el carnaval de la ciudad y Puerto de Acapulco se hizo acreedor a la Flor Natural, por su poema titulado Preludio de Carnaval, en el año de 1944. Posteriormente, en 1945, funda y dirige el periódico Ometepec, de impresión y distribución trimestral, cuando tenía el cargo de inspector de la XIV Zona Escolar en el estado de Guerrero.

A su paso, dejó fe y testimonio de su interés y compromiso para con los lugares donde residió, prueba de ello son el Diccionario geográfico, histórico, biográfico y estadístico del estado de Sinaloa (1959); Geografía del estado de Nayarit, Durango y Sinaloa; Monografía de Tlacoachistlahuaca (1972); la ampliamente conocida Geografía del estado de Guerrero (1959), y sus novelas Los encuerados y La normal que yo conocí (1971).

De entre sus múltiples actividades destacan el haber presidido el Consejo de Vigilancia de Costa Chica en Marcha, constituida en 1966 en la Ciudad de México, y la de corresponsal de la revista Adelante, a partir de 1967.

En su honor hay escuelas e instituciones que llevan su nombre.

(JRV/JPLC)