Comerciante y hacendado. Nació en Chilpancingo, no se sabe en qué fecha; murió en Tepecoacuilco en 1847. Hijo de Juan Gómez y Rosa Ortiz.
Desde niño creció a la sombra protectora del acaudalado comerciante Antonio Gómez Maturana, establecido en Tepecoacuilco, quien lo hizo prosperar en el comercio.
Celebró nupcias con Dolores Catalán, nativa de Chilpancingo, y hermana del general Nicolás Catalán. Se trasladó a trabajar con Antonio Gómez Maturana a Tepecoacuilco; enviudó y contrajo segundas nupcias con la también chilpancingueña Ignacia Leyva.
Tepecoacuilco fue durante el Siglo XIX una plaza de mucha importancia comercial; y, además de ese lugar, puso sucursales de tiendas en varios puntos de la región sur; también tuvo haciendas y ranchos en Xolocamotla, Almolonga, Acayahualco y Zacapalco.
Se integró al movimiento insurgente en Tepecoacuilco y apoyó con sus recursos a la causa. Intervino en el combate contra el teniente coronel realista José Antonio Andrade el 2 de diciembre de 1810, donde Gómez resultó herido en ambas piernas. Su cuñado, Vicente Leyva, lo salvó, conduciéndolo a la Cueva de los Murciélagos, cerca de la comunidad de Maxela; se recuperó de las heridas, pero quedó imposibilitado para montar a caballo. En Maxela sostuvo amoríos con una mujer de apellido Miguel, con quien procreó un hijo; regresó a Tepecoacuilco, y volvió a enviudar; casó con Teodorsia Pillado y tuvieron varios hijos.
Cultivó amistad con distinguidos insurgentes; con el propio general José María Morelos y Pavón, Valerio Trujano, Nicolás Catalán y los hermanos Bravo.
Leonardo Bravo le administró la hacienda de Acayahualco; después desempeñó el mismo cargo su hermano Víctor Bravo.
(JRV)