Heroína de la Independencia. Sólo se sabe que es originaria del hoy estado de Guerrero, ignorándose el lugar y fecha de nacimiento y de defunción.
Interesada por la causa enarbolada por Morelos y seguida en esta región por Vicente Guerrero tenía gran interés por adherirse a sus fuerzas y participar en las campañas; lo encontró en el cerro de Papalotla, siendo testigo de su victoria sobre el realista José de la Peña, a quien confiscó armas y municiones.
Desde entonces la Serrana de Dolores se dio de alta como soldado raso en las filas de Vicente Guerrero; militó siempre a sus órdenes. Estuvo en el cerro del Chiquihuite, donde Lamadrid atacó a Guerrero y fue derrotado por los insurgentes. Participó en el triunfo sobre los realistas en Tlalixtaquilla y Atlamajalcingo del Monte; después en Xonacatlán y Los Naranjos, quitándoles el convoy que custodiaban Lamadrid y Samaniego, cerca de Apaxtla; en esta serie de acciones, que fueron tan enconadas, la Serrana de Dolores tuvo actuación digna de encomio, peleaba con tal bravura que “parecía una leona”, sin comer, sin dormir, y siempre en pie de lucha esperando al enemigo.
En agosto de 1815 participó en la batalla de Tlapa y en la persecución que Guerrero hizo a las tropas de Armijo hasta Olinalá, donde se refugió. Se distinguió en el asedio que Guerrero hizo a Tlapa y hubiera entrado en ella pero Morelos le ordenó saliera hacia Izúcar, lugar que ocupó más tarde; la lucha fue muy enconada, en esta acometida Guerrero se acercó a prender fuego a un cañón, el enemigo venía tan cerca que, no obstante el peligro, no abandonó su propósito; la Serrana de Dolores, percatándose del riesgo a que estaba expuesto su jefe, corrió en busca de auxilio, gritó e inmediatamente una sección, haciendo uso del arma blanca, logró desalojar a los contrarios que corrieron en desbandada; Guerrero, no obstante el trance en que se vio envuelto, no abandonó su puesto, la Serrana de Dolores estuvo a la altura de las circunstancias y le salvó la vida.
Guerrero inició una serie de batallas en Acatlán, contra Flon; en Los Naranjos, contra Lamadrid; volvió a derrotar a éste en Xiputla; después, en Huamuxtitlán.
En todas las acciones militares de Guerrero tomó parte la Serrana de Dolores, siempre peleando en primera línea. Después de cada combate ayudaba a levantar el campo, dando ánimo a los heridos y curándolos con ungüentos preparados con hierbas que ella misma conocía; dichas atenciones hacían que los soldados la respetaran y apreciaran.
Siempre se le vio contenta, a pesar de las largas jornadas que hacía casi a pie; su único ideal era la causa que defendía.
Después de terminada la Guerra de Independencia, cuando el país disfrutaba de paz, vino a ensombrecerse esta etapa porque Iturbide se proclamó emperador de México, Guerrero lo aceptó de momento pero luego lo desconoció, se adhirió al Plan de Veracruz, se pronunció con Nicolás Bravo contra Iturbide, se mantuvo en el Sur, pero la batalla que presentó en Almolonga, el 23 de enero de 1823, le fue adversa, siendo herido en una pierna; la Serrana de Dolores lo curó, logrando que la herida evolucionara satisfactoriamente. De la vida de la Serrana de Dolores sólo se recoge su etapa de guerrillera, en la que destaca siempre que peleó a lado de Vicente Guerrero.
(JSA)