Bailarina profesional, maestra de danza y coreógrafa. Nació en 1952 en Ometepec, Guerrero. Es considerada un icono de la danza contemporánea. Se inició muy joven en el Ballet Nacional de México, donde aprendió la técnica Graham; ahí se hizo bailarina y maestra. Después abandonó el ballet porque deseaba otras experiencias dancísticas y comenzó a bailar jazz con Emma Pulido. Desarrolla así un apego a la disciplina, a la constancia y al compromiso.
La enseñanza significa mucho para ella, disfruta transmitiendo sus conocimientos: “hacerlo con claridad para que mis alumnos comprendan lo que les comparto y les sea útil (…) en la danza hablamos con el cuerpo y éste debe adiestrarse para comunicar emociones, lo mismo tristeza que alegría y coraje. Tomar en serio lo que uno hace, disciplinarse, ser constante”.
Cree en todo lo humano, le interesa y quiere expresarlo de manera pulcra. Se define como una bailarina de 24 horas que, en su condición de mujer, debe limitar el tiempo para la familia y los hijos, pero la danza lo compensa todo.
Después de trabajar cinco años con Emma Pulido llega al Ballet Teatro del Espacio. El 28 de febrero de 2002 la Coordinadora Nacional de Mujeres y el Ballet Moderno Mexicano le hacen un homenaje a Victoria Camero en el Teatro de la Danza, evento inscrito en el VI Encuentro Internacional de Mujeres en el Arte, y se le otorga la presea Xochipilli. También fue ganadora en ese año del Premio Nacional de Danza Nueva Época de José Limón. Es muy apreciada por sus alumnos y alumnas.
Victoria Camero, gloria de la danza contemporánea y del estado de Guerrero, recibió el Premio Estatal al Mérito Escénico Domingo Soler en 1996.
(MVEC)